Cada día son más las mujeres que hacen más tareas sin descanso. En el mundo son muchas las que salen de sus casas para realizar diversas actividades, sobre todo trabajar, sin descuidar la crianza de sus hijos, la atención de la casa y sus maridos. Se las denomina "mujeres orquesta" por su habilidad para llevar a cabo muchas actividades. En la Argentina también es una tendencia que ve reflejada incluso en el deporte de alto rendimiento. Los casos de Paula Pareto (campeona olímpica de judo, médica en ejercicio y con proyectos solidarios) o Jennhy Dalghren (lanzadora de martillo que además pinta, toca la guitarra y escribe libros para chicos) resultan conocidos, pero no son los únicos.
Pilar Geijo, nadadora de aguas abiertas, es otra mujer multifunción. Capaz de competir dando brazadas durante nueve horas sin parar en ríos y mares, la porteña necesita entrenarse en doble turno porque su deporte así lo exige. Sin embargo, la cuatro veces campeona del mundo estudió durante cinco años para ser contadora pública nacional, ahora le faltan pocas materias para ser periodista con uno de los mejores promedios del Instituto River y, a la vez, le queda tiempo para dar charlas y desarrollar una vasta tarea solidaria, en especial con su sponsor Weber Saint Gobain.
"Me parece que tiene que ver más con una inquietud mía y también de este grupo de deportistas contemporáneos. No tiene que ver tanto con una cuestión de dinero sino con el entusiasmo de cada uno por mejorar su versión y de ir proyectando el futuro", explica Pilar, de 32 años. Además de exhibir una cabeza distinta, ella hace hincapié en la organización y la pasión para poder hacer todo. "Saber dividir los tiempos es clave y lo otro es bucear en lo que te atrapa. A mí, por caso, me encanta comunicar, dar mensajes y escribir. Tanto como entrenar y competir", comenta. Y hablando de mensajes, la nadadora es bastante clara. "El gran error es pensar que no se puede estar enfocado en el deporte mientras realizás otras actividades. La natación es mi prioridad, porque a la vez es mi trabajo, pero yo siempre encontré el modo de entrenar perfecto y, a la vez, estudiar, dar charlas y colaborar con la comunidad. No es fácil, pero está lejos de ser imposible. Yo, imagínate, entreno en doble turno y luego curso, termino a las 23. Cansada, pero feliz. Lo que hago con pasión me da pilas", reconoce ella.
-Además tal vez te saque un poco de estar todo el día pensando en natación.
-Tal cual. Moverme en otro ambiente, conocer personas nuevas y darme cuenta de que hay cosas tan importantes como lo mío me hace muy bien a mi cabeza. Estoy convencida que uno obtiene un alto nivel físico y competitivo cuando desarrolla la mente. Y eso es lo que hago estudiando, dando charlas… lo siento, además, como una necesidad porque cuando lo dejé, me sentí estancada.
-¿Y qué te da el periodismo deportivo?
-Me incorporó conocimientos, como saber más otros deportes que no frecuentaba tanto y entender por qué nuestros deportes, los olímpicos, no tienen tanta difusión. Los profes nos dicen "eso pasa porque la mayoría de la gente sólo ve fútbol" y yo les pregunto "¿Y qué pasa si le empezamos a dar otra cosa?". También me dio herramientas para otras actividades, como el hablar en público.
-Y ahora, que sabés de qué se trata, ¿cómo ves al periodismo actual?
-Noto una facilidad muy grande para la crítica. Simplemente por decir algo, por opinar, se abren juicios tajantes sobre situaciones que se desconocen. Son muy complejos los deportes de alto rendimiento, hay demasiadas variables que juegan y a veces los periodistas no conocen. Pero igual opinan, con demasiada liviandad.
Pilar, como en todo, trata de ser de las mejores. Y no parece casualidad que tenga una de los cuatro mejores promedios del Instituto River. Por eso se ganó el derecho de hacer una pasantía en el área de prensa del club. "Cada jueves nos darán un cronograma de los deportes que se practicarán el fin de semana y los cubriremos. Luego tendremos que escribir un comentario y una entrevista. Será una gran experiencia para saber in situ cómo es verdaderamente la profesión. Y un honor hacerlo en el departamento de prensa de River, que es un ejemplo por cómo funciona", explica quien arrancó el año de circuito mundial con un séptimo puesto en la carrera Santa Fe-Coronda y la próxima la tiene en Canadá.
Faltan dos meses pero en este período, de pleno entrenamiento, no puede aflojar. "En estos parates de competencia es donde más progresás, porque llevás a cabo un plan de entrenamiento especial", explica quien se define como una luchadora de su deporte. "Hay que tener talento a este nivel, sin dudas, pero si tengo que hacer un paralelismo con el tenis yo soy más un Nadal que un Federer", describe quien admite que es capaz de disfrutar nadando durante nueve horas.
Disfrutar también disfruta ayudando, algo que asegura descubrió gracias a Weber Saint Gobain. Cuando su sponsor comenzó con el programa Huella Weber, en el 2012, ella fue una de las pioneras en encontrar un lugar para colaborar. Fue el Ringo Boxing Club del ex boxeador Pedro Franco, lugar de práctica del deporte pero, a la vez, de contención social. "Weber puso materiales y capacitaciones y los pupilos levantaron paredes, hicieron sala de computación y mejoraron el gimnasio", cuenta Geijo. Ella se comprometió como nadie.
"La empresa, más allá de ser sponsor, me despertó el interés por ayudar, el deseo de pensar en el otro… me lo activo y yo lo he ido aumentando", dice quien hasta invirtió dinero de su bolsillo para donar ventiladores a su segundo proyecto: el de mejorar una escuela especial, de muy bajos recursos, en Paraná. "Se hicieron muchas cosas y ahora, como me encanta, ya tengo apuntado un nuevo lugar para mejorar", revela. Pilar no para. En el agua y afuera. Una mujer orquesta que marca un camino y deja claro que se puede ser mucho más que una gran deportista.
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