Hace 15 años que Emanuel Ginóbili convive con la magia de la NBA, pero eso no le impide seguir sorprendiéndose como el primer día. La muestra de tal afirmación se dio en el ajustado triunfo de San Antonio Spurs sobre los Houston Rockets, con una actuación implacable de Kawhi Leonard.
Era un partido parejo en el que casi no lograban sacaban ventaja en cada cuarto. Quedaban apenas 30 segundos para el final del compromiso en el AT&T Center y Leonard, el líder de los Spurs, se calzó el equipo al hombro.
El joven de 25 años tomó el último tiro, flameó su cuerpo para ambos francos y encontró una pequeña hendija para lanzar de tres. Su tiro se clavó en el aro y puso a los de Texas arriba 110-108. Manu no podía creerlo.
Pero todavía quedaba una secuencia más: con el reloj jugando en su contra, James Harden perforó la defensa rival y se enfiló rumbo al aro para revertir el tanteador. Leonard apareció a toda velocidad desde atrás y le metió una tapa descomunal para recuperar la bola y bajarle la persiana al encuentro. Finalmente, el tanteador fue de 112-110 para los Spurs.
Kawhi fue el líder de su equipo con 39 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias. En la vereda rival, Harden también se despachó con 39 puntos y la friolera suma de 12 asistencias. Manu disputó 20 minutos y colaboró con 9 puntos, 2 asistencias y 3 rebotes.
Los Spurs ya se clasificaron a la fase de playoffs, al igual que los Golden State. Son las únicas dos franquicias de toda la NBA en asegurarse el pasaje y los de Texas lograron acceder a dicha instancia por 20ª consecutiva.
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