Hablar de permanencia argentina es hablar del desarrollo científico de nuestro país, que durante 40 años fue el único ocupante permanente de este continente, el último en ser descubierto explorado.
Más de un siglo después, la Argentina cuenta con seis bases permanentes –que funcionan todo el año–: Orcadas, Marambio, Carlini, Esperanza, San Martín y Belgrano II; y siete temporarias –habilitadas en verano–: Almirante Brown, Matienzo, Primavera, Cámara, Melchior, Petrel y Decepción. Se trata de establecimientos científicos ubicados en el denominado Sector Antártico Argentino cuya misión es la investigación.
Un poco de historia
Los argentinos, en realidad, estuvimos presentes en el sector desde principios del siglo XIX, cuando los cazadores de focas comenzaron a utilizar como zona secreta de caza el norte de la península Antártica en busca de pieles y aceites que posteriormente comercializaban en los mercados orientales. El silencio mantenido por los foqueros rioplatenses con el fin de que no se difundiera su actividad tuvo como consecuencia que, pese a que existían claras evidencias de su presencia en el sector, el descubrimiento de estas tierras les fuera adjudicado a otros navegantes.
En 1901, partió del Puerto de Buenos Aires una expedición científica sueca al mando del doctor Otto Nördenskjold de la que formó parte el alférez José María Sobral, como meteorólogo, magnetólogo y geodesta, cuyo objetivo era explorar el continente antártico. El Antartic, velero de tipo ballenero, quedó atrapado en el hielo marino y naufragó. La expedición quedó aislada durante dos años hasta que el gobierno argentino envió la corbeta de la Armada Argentina A.R.A. Uruguay, comandada por el teniente de navío Julián Irízar, para su rescate. El éxito de esta misión en el rescate de la tripulación del Antartic inauguró la historia de solidaridad y cooperación argentina en el sexto continente, tradición que nos caracteriza hasta el presente.
Los argentinos, en realidad, estuvimos presentes en el sector desde principios del siglo XIX, cuando los cazadores de focas comenzaron a utilizar como zona secreta de caza el norte de la península Antártica.
En 1902, llegó a la región otra expedición científica, escocesa, al mando del doctor Williams Bruce, que fue enviada por la Real Sociedad de Geografía de Escocia, en el marco del VII Congreso Internacional de Geografía realizado en 1899, con la misión de explorar el casquete polar. Después de haber recalado en las islas Malvinas, y dado que el hielo les impedía continuar la navegación, se dirigieron a las Orcadas. Era a fines de verano, época en que los mares se cubren rápidamente de hielo, y su barco, el Scotia, quedó aprisionado, lo que obligó a los expedicionarios a invernar en la isla Laurie, del archipiélago ubicado al norte de la península Antártica, a alrededor de 1100 kilómetros de la isla de los Estados. Para sobrevivir en una geografía tan hostil, construyeron una vivienda –una casilla de madera protegida por piedras, llamada Osmond House–, un observatorio meteorológico y una estación magnética. Allí lograron pasar el invierno esperando el deshielo que les permitiera salir con el Scotia. Cuando el doctor Bruce llegó a Buenos Aires, preocupado por la continuidad de las observaciones meteorológicas iniciadas, cedió el establecimiento científico al gobierno argentino.
Una donación histórica
El día 2 de enero de 1904, con el Decreto 3073 del entonces presidente Julio A. Roca, se creó el Observatorio Nacional Magnético y Meteorológico, y el día 22 de febrero de ese año se concretó el traspaso con el izamiento de la bandera nacional, lo que dio continuidad a observaciones meteorológicas que brindaron mayor precisión a los pronósticos nacionales desde entonces. Ese mismo día, comenzó a funcionar la primera oficina de correos antártica de la historia, la Estafeta Postal Orcadas del Sur, que continúa hasta la actualidad. Desde entonces, se celebra en esa fecha el Día de la Antártida Argentina.
El día 2 de enero de 1904, se creó el Observatorio Nacional Magnético y Meteorológico, y el día 22 de febrero de ese año, se izó –por primera vez– la bandera nacional en territorio antártico.
Base Orcadas
Operada por la Armada Argentina, forman parte de su dotación dos guardaparques, y su estación meteorológica integra la red meteorológica nacional. En la actualidad, científicos y técnicos del Instituto Antártico Argentino y de otras instituciones llevan adelante, entre otras actividades, investigaciones de meteorología de superficie y de altura, glaciológicas, geológicas y geodésicas, estudios de hielo marino y de fauna.
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