La dinámica de la innovación tecnológica se incrementa exponencialmente día tras día. Cuando las distintas tecnologías se combinan entre sí, pareciera no haber límites para sus múltiples usos en los distintos ámbitos de la vida cotidiana y de las organizaciones de todos los sectores. A partir de la era de Internet, la conectividad generó una multitud de cambios, pero uno de los de mayor envergadura ha sido la generación constante de datos. Su enorme circulación exige que las empresas y los organismos públicos se actualicen para que esos datos aporten valor, transformándolos en información.
Esta problemática fue abordada durante la reciente jornada organizada por el Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT) y por el Instituto Argentino para la Calidad (IACP) en la Sociedad Científica Argentina. Allí se habló de la importancia de los datos de calidad como diferenciador crítico que impulsa la transformación digital, y se hizo especial énfasis en las características económicas, políticas y sociales de las diferentes empresas y organismos públicos. Ya no hay vuelta atrás: el Big Data y la inteligencia artificial (IA) trabajan cada vez más en forma complementaria. Los datos son los habilitadores de nuevas tecnologías y soluciones; y de ellos se derivan los conocimientos empresariales importantes y procesables. Sin embargo, la mayoría de los ejecutivos están preocupados por la calidad de los datos de los que dependen sus soluciones y conocimientos. Muchas organizaciones y tomadores de decisiones no entienden qué significa "información de calidad" y cómo puede obtenerse, generarse, recopilarse y utilizarse.
El Big Data y la inteligencia artificial (IA) trabajan cada vez más en forma complementaria; los datos habilitan nuevas soluciones y de ellos se derivan conocimientos importantes y procesables.
Cuando hablamos de Big Data, nos referimos a combinaciones de conjuntos de datos, cuyo tamaño –volumen–, complejidad –variabilidad– y velocidad de crecimiento – dificultan su captura, gestión, procesamiento o análisis mediante tecnologías y herramientas convencionales, tales como bases de datos relacionales, estadísticas convencionales o paquetes de visualización, dentro del tiempo necesario para que sigan siendo útiles.
Aunque no está claramente definido el tamaño requerido para establecer si un determinado conjunto de datos es considerado Big Data, la mayoría de los analistas y profesionales actualmente se refieren a conjuntos de datos que van desde el rango de 30 a 50 terabytes hasta varios petabytes. La naturaleza compleja del Big Data se debe principalmente a la condición no estructurada de gran parte de los datos generados por las tecnologías modernas, como los weblogs, la identificación por radiofrecuencia (RFID), los sensores incorporados en dispositivos, la maquinaria, los vehículos, las búsquedas en Internet -Google, particularmente, le agregó IA predictiva-, las redes sociales, computadoras portátiles, teléfonos inteligentes y otros teléfonos móviles, dispositivos GPS y registros de llamadas.
Una encuesta realizada por la Consumer Technology Association (CTA) de los EE. UU. revela que el 26% de sus asociados cree que las smart homes (“casas inteligentes”) serán la tendencia emergente que más entusiasmo generará en los próximos años.
Lo que hace que el Big Data sea tan útil para muchas organizaciones es el hecho de que proporciona respuestas a muchas preguntas que las sectoriales ni siquiera se habían formulado. En otras palabras, proporciona un punto de referencia. La recopilación de grandes cantidades de datos y la búsqueda de tendencias dentro de los datos, permiten que las empresas y organismos públicos se muevan mucho más rápidamente, sin problemas y de manera eficiente. También les permite eliminar las áreas problemáticas antes de que los problemas acaben con sus beneficios o su reputación. Los datos son los habilitadores de nuevas tecnologías y soluciones; y de ellos se derivan los conocimientos empresariales importantes y procesables.
Asistimos, por un lado, a una generación constante de datos que necesitan ser canalizados y analizados. Gracias a la IA, estos datos son transformados en información útil para el desarrollo de diversos sectores y actividades. Una encuesta realizada por la Consumer Technology Association (CTA) de los EE. UU. revela que el 26% de sus asociados cree que las smart homes ("casas inteligentes") serán la tendencia emergente que más entusiasmo generará en los próximos años.
En cuanto a la revolución en el ámbito urbano, las autoridades gubernamentales impulsan acciones concretas para transitar hacia las smart cities, "ciudades inteligentes" que hacen la vida más fácil al ciudadano, gracias al uso eficiente de los datos que incluyen, entre otros, la prevención meteorológica, el transporte público, el manejo de las luminarias y semáforos; la transparencia en la administración, la seguridad ciudadana, la limpieza y recolección de residuos, el ahorro energético y la gestión del agua. De la misma manera, en la tecnología aplicada a la educación hay una gran cantidad de nuevas empresas que están desarrollando softwares para reemplazar a los maestros con IA. Si bien es cierto que resulta controversial, esa tendencia ya se observa en el aprendizaje de idiomas extranjeros mediante el uso de plataformas inteligentes, que se adaptan a las necesidades del usuario.
En el ámbito de la salud, basta citar lo que sucede en Alemania, donde la firma Ada Health GmbH, fundada en 2011 por un equipo de médicos, científicos e ingenieros, generó una plataforma basada en IA que ayuda a millones de personas alrededor del mundo a entender su salud y a buscar la asistencia adecuada, de forma personalizada. La app Ada se lanzó en todo el mundo en 2016 y es la aplicación médica número uno en más de 130 países. En Polonia sucede también algo parecido con la firma Infermedica, que desarrolla desde 2012 su propia tecnología de IA para recopilar datos, verificar los síntomas y guiar a los pacientes a la atención adecuada. La tecnología también puede detectar emergencias médicas. Es decir, salvar vidas humanas.
Nuevas plataformas basadas en el uso de inteligencia artificial permiten detectar enfermedades a tiempo y salvar vidas humanas.
También la IA y el Big Data irrumpieron fuertemente en la industria del entretenimiento a través del streaming, de la mano de servicios como Netflix, Spotify y similares. En este sentido, los dos últimos años fueron un punto de quiebre y, según datos de la encuesta realizada por la Consumer Technology Association, los usuarios están gastando más dinero que nunca en servicios de transmisión. Los ingresos estimados por este tipo de plataformas en 2018 fueron de alrededor de 20.000 millones de dólares.
El Programa de Gestión Digital de CEDyAT se encuentra trabajando en diferentes organismos públicos para lograr su "despapelización" y en la liberación de espacios físicos para que la obtención de información relevante de los tejidos de datos resulte especialmente valiosa para la ciudadanía en la simplificación de trámites burocráticos. Además, gracias a esta información, las organizaciones pueden mejorar la toma de decisiones estratégicas. Todo ello, por no hablar de los numerosos procesos manuales que pueden informatizar y automatizar o de los múltiples insights que pueden extraer para conocer la productividad de sus equipos y saber cómo mejorarla.
Los usuarios están gastando más dinero que nunca en servicios de transmisión, como Netflix y Spotify. Solo en 2018, los ingresos estimados por este tipo de plataformas fueron de alrededor de 20.000 millones de dólares.
Ya nadie duda del valor de los datos y de la analítica de datos para las organizaciones. Sin embargo, su aprovechamiento aún tiene mucho margen para la mejora. Tendencias emergentes, como la IA o el machine learning, empiezan a ser consideradas como claves para obtener un mayor valor a partir de esos datos, y trabajar en los obstáculos "no tecnológicos", es decir, las personas.
Los datos y la tecnología son recursos esenciales para la transformación digital, pero esa transformación también tiene que ver con la convergencia de las personas y la organización. Por lo mismo, es fundamental el aprovechamiento de las oportunidades para poder avanzar en un plan digital estratégico que ponga énfasis en el valor de las personas y de la cultura argentina en cada organización. Lo importante es no demorar más y poner manos a la obra.
* Fabián Ruocco es Director Ejecutivo del Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (@Cedy_at)
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