Patricia tiene el cabello negro y la mirada perdida. Está sentada en la habitación de su hija, Milagros. Con ambas manos sostiene un portarretratos donde se ve cara de la nena y, entre lágrimas, entona el "Arroró mi niño", la canción de cuna con la que alguna vez hizo dormir a su bebé. Hace más de trece años que Patricia no sabe donde está su hija: desapareció en 2006 de la puerta de su casa de Grand Bourg cuando tenía cinco años.
La desaparición de Milagros no es un hecho aislado. De acuerdo con las cifras del Registro Nacional de Información de Personas Menores Extraviadas, durante 2018 se recibieron 1509 denuncias de búsqueda. Traducción: por día, se pierden alrededor de cuatro niños, niñas o adolescentes en el país. Según Lidia Grichener, presidenta de la Asociación Civil Missing Children, ante la ausencia de un menor, lo primero que hay que hacer es una denuncia policial. Tiempo atrás se sostenía que debían esperarse entre 24 y 48 horas para realizar el trámite, lo cual impedía tomar las medidas primordiales frente a esta grave situación. "Desde Missing children esperamos que ninguna familia reciba una respuesta de estas características al presentarse en una comisaría", afirma. Y agrega: "Hace poco, participé de un congreso internacional donde se hablaba de 'la hora de oro' en referencia a la primera hora en la que un niño se pierde. Lamento que en Argentina no tengamos ni siquiera 'el día de oro', porque entre que la familia hace la denuncia, y comienza la intervención judicial se pierde el tiempo más valioso".
Ante la ausencia de un menor lo primero que hay que hacer es una denuncia. Si bien cada familia sabe a partir de qué momento debe comenzar a preocuparse, es preferible adelantarse, a tener que lamentarse.
En caso de que en una sede policial se nieguen a tomar la denuncia, dice Grichener, es importante exigir que lo hagan y solicitar una copia. También es clave pedir ayuda al entorno del menor, amigos, compañeros, vecinos, familiares y todo aquel que pueda aportar un dato de interés. Ante la duda sobre cuándo hay que notificar una desaparición, Grichener cree que, si bien cada familia sabe a partir de qué momento debe comenzar a preocuparse, es preferible adelantarse, a tener que lamentar no haber realizado la denuncia.
"GRACIAS POR PRESTARNOS TUS OJOS"
Ese es el lema de Missing Children. Ni oficinas ni grandes estructuras, solo voluntarios que atienden, desde sus casas, llamadas de una línea que se transfiere a través de la página web. A esta metodología, se le sumó el aporte cada vez más significativo de las redes sociales. "En la actualidad recibimos muchísimas denuncias a través de WhatsApp, Facebook, Instagram y Twitter", dice Grichener.
Ante una emergencia, el procedimiento ya está determinado: el primer paso es comunicarse con la familia para que hagan la denuncia policial (requisito indispensable para dar inicio a la búsqueda), luego deben firmar las autorizaciones para publicar las fotos del niño. "En ese momento, es clave que la imagen se multiplique: cuántas más personas estén involucradas, más fácil será encontrar al menor extraviado", dice Grichener. Para activar búsquedas en las redes, Missing Children cuenta con una herramienta denominada "Bandera Blanca" que permite difundir las imágenes de forma rápida y efectiva. Una vez que el menor es encontrado, se trasmite la buena nueva a través de la Bandera Verde. "Siempre pedimos que compartan las fotos desde el Facebook de Missing Children para evitar que circulen imágenes de niños que ya aparecieron", advierte la especialista.
Siempre pedimos que compartan las fotos desde el Facebook de Missing Children para evitar que circulen imágenes de niños que ya aparecieron.
Con la colaboración de agencias publicitarias, los modos de difusión se fueron diversificando. Uno de los emprendimientos (llevado adelante desde 2016 con la empresa Infopan) consiste en colocar las fotografías de los menores perdidos en bolsas ecológicas que se distribuyen en alrededor de 1200 panaderías de casi 20 provincias. "Infopan bolsas no solo nos permite replicar las imágenes de un modo sorprendente, sino que también ayuda a la toma de conciencia", comenta Grichener. En el mismo sentido se desarrolla el proyecto de Ecovita, empresa que divulga las fotos en los envases de los artículos de limpieza.
Otra iniciativa para dar visibilidad a las búsquedas y captar la atención de la gente es a través del arte callejero. El proyecto se llama "Paredes que buscan". Consiste en pintar murales con la cara de los niños extraviados en lugares estratégicos de la ciudad de Buenos Aires. "Fue una tarea realizada por artistas urbanos que aceptaron la propuesta y lograron reproducir perfectamente las imágenes, aun cuando en la mayoría de los casos solo contaban con fotos pequeñas", dice Grichener. Y destaca: "La repercusión fue altísima. La mayoría de las personas no se limitan a mirar los graffitis sino que los fotografían y replican en las redes sociales. Las miradas de esos dibujos interpelan: parece que pidieran que los buscaran".
ALEJARSE DE CASA
Hasta hace unos años, la edad promedio de los niños y adolescentes que decidían abandonar a su familia oscilaba entre los 14 y 15 años. En la actualidad bajó a 12, hecho de por sí alarmante, al que se suma la tremenda posibilidad de que no estén lejos por propia voluntad, o de que sean víctimas de la de la trata de personas.
Según datos oficiales, de las 1509 denuncias de búsqueda recibidas durante 2018, el 61 % corresponden a mujeres y el 39 % a varones. Discriminado por franja etaria, el informe del Registro Nacional de Información de Personas Menores Extraviadas, establece que el 71 % de las búsquedas corresponden a niñas y adolescentes de entre 13 y 17 años. En lo que hace al país, existe una gran diferencia entre las diversas regiones geográficas que oscilan entre 14 casos de búsqueda de paradero denunciados en las provincias del noroeste y los 486 de la zona de Cuyo.
De las 1509 denuncias de búsqueda recibidas durante 2018, el 61 % corresponden a mujeres y el 39% a varones.
¿Cuáles son las causas que llevan a los menores a ausentarse de su casa? Los motivos son múltiples pero, en líneas generales, se destacan los propios de la adolescencia; los problemas familiares relacionados con la violencia y el maltrato; y la sustracción entre padres, realidad que va en aumento. "Hay muchos que afirman que si un niño se encuentra con alguno de sus padres no está perdido. Nosotros no estamos de acuerdo, porque al estar separado de alguno de sus progenitores, el niño padece situaciones a las que no debería verse expuesto, como mentiras o cambio de escuela", explica Grichener.
En cuanto a las huidas, el mayor índice se da en chicos con problemas de drogadicción, porque no aceptan tratamientos o regresan con sus familias, pero vuelven a irse. "Es necesario tratar a fondo este tema para evitar reincidencias. El uso de las redes facilita que los menores se relacionen con extraños que pueden ponerlos en peligro. Por tal motivo debemos tomar medidas de precaución y educar en el uso responsable de la tecnología", sostiene la presidente de Missing Children. Y cierra: "Encontrar a los chicos que se pierden es responsabilidad de todos. Nosotros podemos ser las voces, pero si la comunidad no colabora, no sirve".
Más información en www.missingchildren.org.ar
Para realizar denuncias o brindar datos: info@missingchildren.org.ar
Teléfonos: +549 111573101 (para mensajes) y 0800 333 5500
LEA MÁS
Niñez en crisis: juegos a pesar de las bombas y la violencia
Trabajo infantil: Nacer, comer, jugar y dormir en un basural