Con seis millones de personas que circulan diariamente y se desplazan por el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en 1,6 millones de autos, 10.000 colectivos y 37.000 taxis, la transición hacia un sistema de transporte más sustentable y limpio es imperiosa y no admite dilaciones. Considerando que el 86 % de los viajes y conexiones se realiza en colectivo, los expertos coinciden en que hacia allí debería apuntar la prioridad del gobierno porteño sin que eso implique dejar de lado los incentivos que permitan la progresiva incorporación de taxis y automóviles particulares eléctricos.
En su trabajo Roadmap and Infrastructure Assessment to Introduce Electro Mobility in Buenos Aires City, premiado por el World Energy Council (WEC), los ingenieros Gastón Turturro, del Comité Argentino del Consejo Mundial de la Energía (CACME), y Matías Ubogui, de la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos (AAVEA), alientan a profundizar esa política, pues advierten que "el mayor impacto ambiental en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) lo producen los colectivos, debido a los gases de efecto invernadero y la polución sonora que generan". Si bien representan menos del 1 % de los vehículos de combustión interna que circulan por nuestras calles, producen un cuarto de las emisiones contaminantes.
En ese sentido, estos dos expertos recomiendan implementar una serie de políticas para reemplazar gradualmente las unidades de colectivos hasta alcanzar una flota 100 % eléctrica en 2030. Algunos tímidos pasos ya se están dando: la administración de Horacio Rodríguez Larreta suscribió en 2017, junto con otras once grandes urbes de todo el mundo, un compromiso para incorporar a partir de 2025, únicamente autobuses eléctricos a las flotas de transporte público; y, en el caso de Buenos Aires, el gobierno porteño se dispone a lanzar en mayo un plan piloto con ocho unidades eléctricas que se incorporarán, de manera experimental, al servicio que prestan las líneas 12, 34, 39 y 59.
En diálogo con DEF, Matías Ubogui, quien se encuentra actualmente en Barcelona, destacó el "efecto demostración" que tiene este tipo de medidas, ya que "el transporte público eléctrico tiene la ventaja de permitir que el usuario se acerque a esta nueva tecnología y le pierda el miedo". En lo que respecta a las baterías, explicó que en la actualidad existen algunas de carga rápida y otras de carga más lenta: "Se podrían cargar las baterías en las terminales, para lo cual deberían ser lo suficientemente grandes como para aguantar todo el recorrido. La otra opción son los buses con baterías más pequeñas, para lo cual deberían existir instalaciones intermedias, donde la unidad esté parada durante cinco o diez minutos para que pueda realizar una carga rápida y continuar el trayecto. Lo que aumentaría, en este último caso, son los costos de infraestructura". Y añadió: "Cuando las baterías de litio bajen significativamente sus precios, lo más lógico es que se vaya hacia el modelo de las baterías de mayor capacidad que aguanten el recorrido completo".
En cuanto a los vehículos particulares, en el marco de la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica, Argentina ha impulsado una serie de beneficios, como la disminución de aranceles para las automotrices que importen vehículos híbridos y eléctricos. Las facilidades incluyen el pago del 2 % del arancel aduanero en el caso de los vehículos eléctricos y del 5 % en los híbridos, frente al 35 % que se debe abonar por la importación de vehículos de combustión interna. Los primeros modelos 100 % eléctricos que se pusieron a la venta en nuestro país fueron el Nissan Leaf y el Renault Kangoo ZE. Por su parte, la empresa CTS Auto fue autorizada a importar veinte unidades del modelo eléctrico chino BYD e5.
La revolución de la movilidad eléctrica también está recibiendo un fuerte impulso de Enel-X, una división del grupo italiano Enel dedicada a este tipo de soluciones para el transporte urbano. La empresa, que es concesionaria de la distribuidora Edesur y está presente en los segmentos del transporte y la distribución, fue pionera en la instalación del primer cargador eléctrico en su sede central de San José y Alsina. Además, posee uno en su sede de Costanera Sur, donde funciona la central termoeléctrica Costanera, que alimenta la camioneta Renault Kangoo ZE utilizada internamente por la compañía. Y, a fines del año pasado, en el marco de un acuerdo con la distribuidora de combustibles Axion –del grupo Bridas–, se abrió al público la primera "colonnina" (cargador eléctrico) en la estación de servicio de Avenida del Libertador y Jerónimo Salguero.
"Se trata de un servicio promocional, por ahora gratuito", aclaró el responsable de Relaciones con los medios de Enel, Pablo Hacker. "También estamos avanzando en convenios con supermercados, cines y shoppings, para que, mientras realizan sus compras, los propietarios de autos eléctricos puedan dejar cargando sus vehículos mientras realizan sus compras", añadió Hacker, quien afirmó que estamos viviendo un "cambio de paradigma". "El auto eléctrico es una batería con ruedas", ilustró, al tiempo que dio el ejemplo de lo que ocurre hoy en California, donde parte de la energía no utilizada por los vehículos eléctricos en el día es inyectada a la red y comercializada por los propios usuarios. "El cliente ya no es un mero consumidor pasivo, sino que pasa a ser un generador y un productor de energía", concluyó.
No se trata de un escenario de ciencia ficción. La transición hacia la movilidad eléctrica es una realidad, ya está en marcha y el mundo está pensando en cómo transitar de los vehículos con motores a combustión hacia estos nuevos modelos que marcarán nuestras vidas, las de nuestros hijos y nuestros nietos en las próximas décadas.
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