Diariamente se generan 2.500 millones de GB de datos, según estimaciones del gigante IBM, y los investigadores de Cisco estiman que en 2020 habrá más de 50.000 millones de máquinas conectadas a Internet. Esto, invariablemente, impacta de lleno en todos los aspectos de la vida cotidiana, y las fábricas no son la excepción.
Los desarrollos tecnológicos de los últimos años produjeron una transformación en los escenarios productivos conocida como la cuarta revolución industrial, o industria 4.0, entendida como una nueva etapa en la evolución de los procesos industriales.
Este fenómeno se basa en tres pilares: la digitalización, la conectividad y los sistemas ciberfísicos, que son los que, en definitiva, van a generar esta transformación. Se combinan dispositivos, máquinas, equipos, elementos en general con software y algoritmos que configuran una red que puede gestionar operaciones de manera prácticamente autónoma.
"Hoy se vincula el proceso de transformación tecnológico con la industria 4.0, una cuarta revolución industrial, que uno puede identificar como una evolución de los procesos industriales", explicó a DEF Leopoldo De Bernárdez, doctor en Ingeniería de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y profesor de Materiales y Procesos de Manufactura, Tecnologías y Procesos de Producción y Plantas Industriales en el Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA).
Para De Bernárdez, quien, a su vez, es fundador de Novares Argentina, compañía que ofrece soluciones de energía sustentable, la digitalización de los procesos productivos es la característica clave de las fábricas del futuro.
-¿Cómo se plantea el futuro de las fábricas?
-Es un tema apasionante por una parte y necesario de elaborar, de pensar, porque es una transformación inexorable, las industrias van a vivir un proceso de transformación en los próximos años, algunas más rápido, algunas un poco más lento, pero todas van a terminar adoptando nuevas tecnologías o formas novedosas de repensar la producción.
-¿En qué ayuda la conectividad a las fábricas?
-Hay una paleta muy importante de posibilidades y de tecnologías, que las empresas pueden utilizar para obtener mejores resultados. Hoy se piensa en términos de productividad; en el futuro, la producción será a demanda. La mayoría de las empresas van a tener que incorporar estos conceptos para mantenerse en el mercado, para no perder el tren que acelera a una velocidad cada vez mayor.
-¿Hay sectores en los que estos cambios se dan en mayor medida?
-Hay empresas que ya están adoptando estas tecnologías, y en algunos casos, han comenzado por áreas que son de ciberseguridad o analytics, es decir, el manejo de información y otras van incorporando tecnología más vinculadas con manufactura aditiva, que sería impresión 3D, estimulación o realidad aumentada para algunas tareas de capacitación, o computación en la nube, que hoy también está disponible.
-¿Qué busca la industria 4.0?
-La industria 4.0 apunta a utilizar sus operaciones en los aspectos vinculados a exigencias, pero aprovecha una palestra de recursos para lograr esos objetivos a partir del manejo de grandes volúmenes de datos (big data), analytics, o la simulación, lo que permitiría poder prever qué pueda pasar con un sistema, con una planta, con una fábrica o una empresa sin necesidad de que estemos viviéndolo en tiempo real. También será importante la robótica colaborativa o autónoma, que estará interactuando con las personas, algo que, de hecho, ocurre y cada vez va a ser más significativo. De esta palestra de alternativas, se nutre la industria para generar esta nueva revolución, que es un poco como se plantea a futuro. Vamos en camino a la digitalización.
También será importante la robótica colaborativa o autónoma, que estará interactuando con las personas, algo que, de hecho, ocurre y cada vez va a ser más significativo
-Ante esta revolución, ¿los trabajos se ven amenazados?
-La gente, en lugar de trabajar en espacios físicos en una empresa, empezará a trabajar casi en cualquier lugar, en cualquier momento, ya no más en un horario definido, con cualquier dispositivo ya sea un smartphone o una computadora. Va a haber equipos de trabajo más pequeños, flexibles y sensibles, en espacios de colaboración o coworking, se van a combinar actividades presenciales con virtuales o a distancia y muy seguramente los trabajos no serán rutinarios, porque los trabajos rutinarios serán reemplazados y desarrollados por algún dispositivo, una máquina o alguna inteligencia artificial. Los algoritmos reemplazarán trabajos que impliquen, por ejemplo, recolección de datos o supervisión.
-¿Cómo prepararnos para esto?
-La flexibilidad tiene ser la forma de actuar tanto de las personas como de empresas e industrias. Hay que adaptarse mucho más rápidamente de lo que se adaptaban las personas en otras épocas. Hoy quienes se incorporan a las empresas, a las fábricas, tienen un periodo, aprenden lo que consideran adecuado y cambian de trabajo, y requieren entonces para eso mucha flexibilidad. Ese factor va a ser imperativo para los próximos tiempos. Hoy, los algoritmos de Facebook y de Google ya están identificando qué es lo que necesitamos, sin que nosotros nos demos cuenta que lo estamos necesitando. Empiezan a proponer cosas que en realidad es lo que nosotros teníamos como intención obtener sin darnos cuenta, a través de nuestra interacción con las redes. Las empresas van a aprovechar eso y van a dar un servicio cada vez más personalizado, y las personas que estén involucradas van a tener que adaptarse más rápidamente. Es un escenario muy interesante, pero tiene sus riesgos.
-¿Cómo imagina las fábricas en cincuenta, cien años?
-Imagino una industria totalmente conectada con sus dispositivos internos, que se autogestionará. Tecnologías, como la impresión 3D, y, en general, la manufactura aditiva (en la que el material es depositado en capas, de manera controlada) van a empezar a jugar un rol cada vez más importante, porque van a poder producir un bien diferente de otro. Esto es clave, porque los usuarios finales o clientes son distintos, pretenden distintos productos. Finalmente, el servicio de posventa también va a poder realizarse con dispositivos inteligentes.
*La versión original de esta nota fue publicada en la revista DEF N. 124
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