“Queremos que las mujeres tengan autonomía económica”

En diálogo con DEF, Andrea Grobocopatel cuenta su experiencia como cochair del W20 y detalla lo que le pidieron a los líderes mundiales para cerrar la brecha entre varones y mujeres. De la Redacción de DEF

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Andrea Grobocopatel en sus oficinas
Andrea Grobocopatel en sus oficinas de Carlos Casares, provincia de Buenos Aires. Foto: Fernando Calzada/DEF.

Su apellido la conecta automáticamente con uno de los grupos más poderosos de la agroindustria argentina. Pero, para Andrea Grobocopatel, ese es solo un ítem más en su hoja de vida. "Soy una acumulación de roles", se describe durante una charla con DEF en sus oficinas en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, su ciudad natal. Se define más bien como "madre de cuatro hijos y emprendedora". "Con pasión por hacer", completa.

Ya retirada del directorio del Grupo Los Grobo, del que fue vicepresidenta varios años, dirige la Fundación FLOR (Fundación Liderazgos y Organizaciones Responsables), desde donde fomenta programas para la mujer en el ámbito académico, y en el campo del trabajo social y el del desarrollo local. Su compromiso con el fortalecimiento del rol de la mujer la llevó a ser cochair en el W20, un grupo de afinidad que trabaja en el marco del G20 para promover el empoderamiento económico de las mujeres y la equidad de género.

En el día en que los líderes mundiales se dan cita en Buenos Aires, Andrea Grobocopatel da algunos detalles al respecto.

-Usted participó por seis meses como cochair en el W20. ¿Cómo fue aquel trabajo?
-Estuvimos discutiendo junto con más de cien delegadas de los 20 países los puntos a incluir en el comunicado que se les presentó a los presidentes del G20 en la cumbre en Buenos Aires. Uno de los principales temas planteados es que se necesitan muchos espacios de cuidado, ya sean guarderías para pequeños, como lugares para gente grande con discapacidad. Las mujeres dedican, en promedio, cuatro horas más que los hombre en tareas en sus casas, en trabajos que no son remunerados. Entonces, cuando quieren acceder a un crédito, no pueden, porque no cuentan con un recibo de sueldo abultado. Hay muchas emprendedoras que no pueden seguir trabajando si tienen hijos. Y en el mercado informal es peor esta situación, esas personas no tienen donde dejar a sus hijos, y menos si tienen un hijo con discapacidad, tenés una complicación porque tenés que dedicar tu vida para tener a tu hijo. Después hicimos mucho hincapié en el tema de la educación en tecnologías y con foco en las mujeres.

-¿Por qué en esa área en particular?
-Porque el futuro del trabajo viene por el lado digital y tecnológico, y todavía hay una creencia de que no son carreras para las mujeres. Entonces, hay que trabajar esos aspectos para que haya más mujeres que estudien este tipo de carreras, que no solo tienen futuro, sino que son altamente demandadas y tienen mejores remuneraciones. Si queremos que la cancha esté equilibrada, tenemos que apuntalar mucho más a la educación en tecnología hacia las mujeres. Hoy la cancha no está equilibrada.

El futuro del trabajo viene por el lado digital y tecnológico, y todavía hay una creencia de que no son carreras para las mujeres.

-¿El documento tiene algún tipo de compromiso por parte de los países?
-Todos los grupos de afinidad, sea el B20 (de empresarios), el L20 (de trabajadores), preparamos un comunicado que se presenta ante los presidentes. Allí ellos eligen qué temas tienen más fuerza para el año y se ponen de acuerdo.

Foto: Fernando Calzada/DEF.
Foto: Fernando Calzada/DEF.

-Después de dejar el directorio de Los Grobo, fundó la Fundación FLOR. ¿Qué la impulsó a desarrollar esta iniciativa?
-FLOR nació como una manera de transmitir los aprendizajes. Vengo de una empresa de agricultura familiar, donde me di cuenta que el rol de las personas es diferente. Yo trabajaba mucho con mi padre y con mi hermano, y sentía que mi estilo de liderazgo era diferente. No entendía, yo creía que no era buena líder, más que nada, porque no tenía un estilo de liderazgo masculino. Me había hecho cargo de los negocios de Paraguay y consultaba, intercambiaba ideas, era la forma en que me gustaba funcionar. Entonces, FLOR nació en 2012 para compartir esos aprendizajes desde mi visión de mujer, en una empresa familiar, sobre cómo definir los estilos de liderazgo desde otro lugar. Y también para compartir todos los temas que tienen que ver con empresas de familia, cómo hacer para que sean sustentantes en el tiempo. Esos son los temas que más me apasionan.

-¿Qué áreas temáticas abarcan?
-Contamos con cuatro grandes temas. El primero es un programa académico o ejecutivo que prepara a mujeres en temas de gobierno corporativo con perspectiva de género. Se llama "Mujeres en lugares de decisión" y ya tenemos casi 300 egresadas de ese programa. Son mujeres que pueden llegar a ser número uno, directoras, o ministras. La idea es que las preparemos para que se den cuenta de que pueden, que pueden bajar la auto exigencia, y que entiendan que pueden equilibrar su vida familiar y laboral. Pueden tener hijos y llevar adelante su vida profesional, no es que hay que elegir entre una y la otra. El segundo programa se llama "Cosas de mujeres" y está pensado para el interior del país. Por ejemplo, en Carlos Casares tenemos tres de estos programas.

-¿Por qué para el interior del país?
-Queremos que las mujeres tengan autonomía económica. Lo que hacemos es tratar de reinsertarlas en el mercado laboral o que tengan un objetivo diferente en su vida que cuidar a sus hijos. También tratamos que muchas mujeres que no pudieron ir a estudiar, que saben y tienen algún oficio que quieren llevar adelante, puedan hacer sus propias empresas. Otro tema que tiene la Fundación FLOR es el Premio a la gestión de la diversidad. Es un reconocimiento que entregamos a las organizaciones, empresas o instituciones que mejor gestionan la diversidad.

-¿Cómo se mide esa diversidad?
-Por cuántas mujeres tienen en lugares de decisión, cuántas personas con discapacidad tienen trabajando, cuántas personas de vulnerabilidad incluyen (por ejemplo, recuperados de adicciones), cuántos distintos géneros tienen incorporados, etc. En función de eso, les damos un premio, a la gran empresa, a la Pyme, a la ONG, y ahora incorporamos por primera vez al sector público. Se han presentado ya algunos organismos públicos y hemos contado que uno solo cumple con la ley de discapacidad. El año pasado, ganó una fundación que incorpora personas mayores de 45 años en el mercado laboral. Mucha gente mayor a esa edad no encontraba trabajo.

Andrea Grobocopatel junto a su
Andrea Grobocopatel junto a su equipo de trabajo. Foto: Fernando Calzada/DEF.

-¿En qué consiste "Líderes por la diversidad"?
-Es es el cuarto programa de FLOR. Lo que hacemos es sentar a los hombres a conversar, a intercambiar ideas, ver qué sienten, qué les preocupa y por qué creen que no hay más mujeres en lugares de decisión.

-¿Qué encuentran en esas reuniones?
-Por ejemplo, con hombres que dicen "no me gusta que mi mujer gane más que yo" y que se sienten mal al respecto. El segundo tema es la licencia de maternidad/paternidad: muchos hombres dicen que no saben qué hacer en sus casas. Lo que hacemos es trabajar 360 grados, hombres, mujeres, organizaciones, de distintos lugares, porque el cambio cultural se logra si se trabaja en todos los aspectos. Primero, por supuesto, las mujeres. Esa es la fundación FLOR.

-Se habla mucho al respecto, ¿pero se produjo algún cambio cultural real en los últimos años?
-Para mí muchísimos, pero no los suficientes como para que podamos dejar de hablar del tema. Se está trabajando mucho en la Argentina y se ha hecho mucho.

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*La versión completa de esta nota se publicará en la Revista DEF N.124

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