Ubicada en el departamento Belgrano, a 98 km al oeste de Rosario, en la provincia de Santa Fe, Armstrong se destaca por ser una de las ciudades que más ha evolucionado en materia energética en la Argentina y ha llegado a generar su propia energía renovable.
Con una planta fotovoltaica que tiene una potencia de 200 kW, abastece la demanda residencial y cuenta con una red de paneles solares, tres molinos eólicos y techos solares en viviendas y edificios públicos.
Además, con equipos inalámbricos instalados en los domicilios de la ciudad se puede monitorear el servicio eléctrico y obtener información de manera remota sobre la calidad de la prestación, las diferentes condiciones de la red o las características del consumo de cada residencia.
En diálogo con DEF, Pablo Jorge Bertinat, ingeniero electricista a cargo de la iniciativa, dio detalles del funcionamiento y puesta en marcha de un proyecto que comenzó a delinearse en 2016. "En este camino, estamos trabajando desde hace ya muchos años, con la idea de poder alcanzar una mejor calidad de vida con menos materia y energía, en consonancia no solo con los derechos de las personas, sino también con los derechos del planeta", expresó.
Especialista en sistemas ambientales humanos, Bertinat cree que existen límites planetarios que impiden el desarrollo, que los recursos materiales y energéticos son finitos, razón por la cual no se puede aspirar a un crecimiento infinito. Por eso, advierte sobre la necesidad de encontrar la forma de satisfacer las necesidades humanas y de alcanzar la felicidad con menos materia y energía.
-¿Qué es una red eléctrica inteligente o smart grid?
-Es una red en la cual se han incorporado algunos elementos que permiten manejar la energía de una forma diferente a la de una red convencional. Entre esos elementos, encontramos medidores inteligentes con sistemas de comunicación adaptados o algunos elementos que permiten medir las variables, además de la energía acumulada. Una red inteligente también incorpora elementos de maniobra, de control y de monitoreo que posibilitan corroborarla más allá del control manual habitual.
-¿En qué consiste el Proyecto de Redes Inteligentes con Energías Renovables (PRIER) en la localidad de Armstrong, Argentina?
–Es un proyecto que tiene dos partes. Una tiene que ver con el desarrollo de una red inteligente en la localidad de Armstrong, en donde instalamos alrededor de mil medidores inteligentes, en total hay cinco mil en la ciudad, mil de ellos son inteligentes. Se han incorporado también equipamientos de maniobra y control de la red de distribución como seccionalizadores, reconectores de un sistema a escala que permite monitorear la red y eso es todo una primera etapa, que es una experiencia piloto del funcionamiento de una red inteligente. Estamos probando diferentes tecnologías, en lo que se refiere a medidores, sistemas de comunicación y almacenamiento. Eso permite tener un sistema y empezar a poder monitorear y operar la redistribución de otra manera.
Sobre esa experiencia de red inteligente estamos montando todo un sistema de generación distribuida con energías renovables, que es un sistema que nos permite generar energía eléctrica mucho más cerca de los usuarios, no en centrales, sino en pequeñas centrales de generación distribuidas por toda la localidad. En ese marco, tenemos una planta fotovoltaica de piso en el área industrial, estamos instalando unos 70 techos solares en viviendas particulares y edificios públicos, y tenemos ya instalados tres molinos eólicos pequeños.
-¿Qué beneficios trae este proyecto?
-Todo eso está conectado a la red de baja y media tensión de la cooperativa eléctrica y genera electricidad en puntos mucho más cercanos a los del consumo, por lo cual muy probablemente estemos reduciendo pérdida de transmisión, pérdida de distribución y estemos logrando disminuir la cantidad de energía que la cooperativa aporta del sistema interconectado, porque una parte de esta energía que se consume en el ámbito de la cooperativa está siendo generada de esta manera.
-¿En qué etapa se encuentra el proyecto en la actualidad?
–Estamos en la parte de la medición inteligente, de cualquier manera, tenemos la ambición de poder ampliar la cobertura de medidores inteligentes de la ciudad, lo que depende de los factores económicos. En la parte de la generación distribuida, estamos terminando de montar las etapas de generación y también desarrollando el sistema de gestión de la generación distribuida, porque recordemos que estamos en el marco de una distribuidora eléctrica que es una cooperativa, que habitualmente está acostumbrada a gestionar la distribución de energía y ahora tiene el nuevo rol que es gestionar la generación de energía, controlar, monitorear y en esa etapa estamos terminando de hacer la instalación y al mismo tiempo desarrollando sistemas de gestión de la generación distribuida, del monitoreo y en definitiva ver y estudiar cómo funciona la red con este sistema.
-¿Cómo funcionan las redes inteligentes en países dónde las smart grid son casos testigo?
-Hay una tendencia a incorporar determinado grado de inteligencia a las redes. En este sentido, hay muchas experiencias dando vueltas. De cualquier manera, me da la impresión de que nosotros también tenemos que mirar esa experiencia desde un enfoque crítico también, en función de la realidad que tenemos en nuestro país. Algunas de esas experiencias son viables, otras no. Hay que ver en qué grado conviene incorporar transferencia tecnológica sin una mirada crítica en función de la realidad nacional y las prioridades que tenemos en nuestro país, en materia energética, y en particular en las redes eléctricas.
-¿Qué tendría que cambiar en el país para que las energías renovables sean las principales fuentes de generación de energía? ¿Es una utopía o podría llegar a ser una realidad?
-No, no es una utopía, muchos países están ya avanzando en este sentido. Es posible avanzar en una penetración de las energías renovables mucha más alta en las redes. Para ello hacen falta cambios normativos, regulatorios, económicos en cuanto a un blanqueo de subsidios a los combustibles fósiles, que sean orientados fundamentalmente a las energías renovables. Hoy en día es necesario pensar en un sendero que nos permita realizar una transición ordenada para ir abandonando el peso específico de los combustibles fósiles e ir migrando hacia las energías renovables. Seguramente eso implica un esfuerzo técnico para que las redes sean estables, viables, desde el punto de vista técnico, normativo, y creemos que eso es posible con las capacidades técnicas que existen en nuestro país.
-¿Cómo ve la generación de energía en cincuenta o cien años?
–Es muy probable que vayamos hacia una disminución del peso de los combustibles fósiles en todas las matrices energéticas y, en particular, en la eléctrica. Creo que terminará siendo totalmente renovable. Seguramente, dentro de cuatro o cinco décadas, la matriz energética va a ser muy distinta a la actual, dependiente ciento por ciento de las energías renovables, tales como la solar, la eólica, la biomasa, y la hidráulica.
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*La versión original de esta nota fue publicada en la revista DEF N.121