En el libro “Defensa hemisférica. Agenda para un tiempo de cambio”, editado por TAEDA, varios especialistas en la materia exponen la realidad de serios peligros que se ciernen sobre nuestro Hemisferio y que una manera de enfrentarlos es mancomunar los esfuerzos. Desde Canadá hasta el Cono Sur, diversos expertos recomiendan aprovechar el momento histórico que vivimos para estrechar vínculos y aliarse para enfrentar los desafíos.
El general Sergio Echegoyen, exministro de Seguridad del Brasil, sostiene en este libro que esta es una oportunidad única para Sudamérica. El general Julio Hang, reconocido experto del CARI, el think tank mejor posicionado de América Latina, apunta que la integración de los sistemas de defensa regionales podría fortalecer la posición del conjunto.
El coronavirus vino a remarcar la existencia de desafíos inéditos para los Estados, a pesar de que muchos han negado la posibilidad analizar las llamadas “nuevas amenazas”. La realidad los golpea en la cara y los deja solos con su ideología. En el libro mencionado, la doctora Gabriela Hoberman, experta en gestión de riesgos de la Universidad de Florida que estudia estos temas hace años, aludió a la desconexión entre los marcos legislativos y las prácticas existentes en los países de América Latina. Tampoco existen presupuestos suficientes para enfrentar las catástrofes y hay poco contacto entre las diversas agencias del Estado y privadas. Muchos Estados enfrentan la crisis con medidas que son respetadas de forma masiva en sociedades acostumbradas a seguir las órdenes de su gobierno, especialmente las sociedades de cultura autoritaria. Las democracias toman diferentes caminos, algunos parecidos a las medidas que Michel Foucault estudió sobre el combate a la peste en la Edad Media. Otros ensayan medidas más suaves, con resultados variados.
Los sistemas de Defensa aparecieron en todos los casos como herramientas fundamentales para enfrentar el peligro mortal de la pandemia. No es tiempo de recordar a los muchos autores que venían advirtiendo sobre esta realidad y la necesidad de reforzar los sistemas de salud y defensa. La satisfacción del “yo te lo dije” es ambigua. Es tiempo de aprovechar el consenso político y la unidad nacional en este momento de zozobra. El miedo es una emoción útil.
¿Aprovecharlo para qué? Para, de una vez por todas, pensar más allá de los propios intereses, tomar decisiones que ayuden a defendernos de este enemigo horroroso y poner a la Argentina en el camino del desarrollo sustentable. La situación económica mundial y los problemas locales agudizan esta necesidad de pensar un despegue hacia el futuro.
Los sistemas de Defensa fueron creados para enfrentar a los enemigos de la sociedad. Hoy se puede pensar que estos sistemas también son útiles para unir a los países bajo objetivos comunes. Este es el caso de los países del Cono Sur. El Mercosur fue una iniciativa estratégica de gran envergadura que no tuvo el éxito esperado. Sin embargo, frente a un contexto tan adverso, parece aconsejable unirse para contrarrestar nuestras vulnerabilidades.
BRASIL
Brasil es la potencia regional más importante y ha desarrollado un análisis de los posibles escenarios de Defensa que pueden configurarse hacia el 2040. Si bien el documento “Cenários de Defesa 2040” no es oficial, fue elaborado bajo la dirección de la Escuela de Guerra como insumo para las decisiones del gobierno sobre una estrategia de Defensa. Refleja la visión del mundo, de la región y del país de un sector importante de las fuerzas armadas brasileñas. Este es el país de los grandes geopolíticos, Golbery do Couto e Silva, Carlos de Meira Mattos, entre otros, y de los pensadores estratégicos contemporáneos, como Roberto Mangabeira Unger, Nelson Jobim y Celso Amorim. No sorprende entonces la iniciativa de presentar un texto donde se discuta el futuro de la defensa nacional. Aunque no sabemos la decisión que tomará el gobierno, algunas medidas nos dan indicios de hacia dónde apuntará.
Los escenarios posibles se presentan en cuadrantes formados por dos variables principales, el factor presupuestario y la polaridad del sistema internacional. A estas variables se les asigna un comportamiento positivo y uno negativo respectivamente. Del cruce emergen cuatro escenarios. El primero, un Brasil alineado con Estados Unidos, con recursos presupuestarios suficientes. El segundo es el país alineado con Estados Unidos, con restricciones presupuestarias. El tercero, un Brasil relacionado de manera global, con recursos presupuestarios suficientes. El cuarto, el país relacionado globalmente con presupuestos restringidos. Cada escenario expone una idea general, una descripción del contexto global, un entorno estratégico en el marco regional, incluido el Atlántico Sur, y una descripción del ambiente local.
En este desarrollo se visualiza la continuidad de la Directiva Estratégica de 2008, que otorgaba prioridad al desarrollo de la industria de Defensa, como un motor del desarrollo y un giro geopolítico, el alineamiento de Brasil con el país del Norte. El texto pone el acento en la necesidad de contar con recursos presupuestarios suficientes para desarrollar la industria de Defensa y sugiere como escenario ideal el alineamiento con Estados Unidos, apuntalado con esos recursos. Queda claro que Brasil pretende concentrar sus esfuerzos estratégicos en el Cono Sur y el Atlántico, descartando las aspiraciones globales de los geopolíticos mencionados. La decisión final del gobierno se verá plasmada en la Estrategia de Defensa, pero algunas acciones ya prefiguran su contenido.
En primer lugar, Brasil acordó y alcanzó el status de aliado extra OTAN, como el que tiene la Argentina desde la década de los 90. Barcos brasileños patrullan el Mediterráneo frente a Libia y al Líbano, como ocurrió con la fragata argentina que participó en la Guerra del Golfo Pérsico. Brasil firmó también un acuerdo de salvaguardias para la utilización estadounidense de la base aeroespacial de Alcántara. Esto podrá impulsar la investigación brasileña en un área que sufrió un atraso con la explosión de un cohete donde murieron muchos de los científicos que allí trabajaban.
En esta dirección, nuestro vecino firmó el tratado denominado REDT&E (Research, Development, Test and Evaluation) donde se proyectan convenios de Investigación y Desarrollo en común, préstamos de material, abastecimiento y equipos para proyectos cooperativos, formalizando el apoyo mutuo en materia aeroespacial. Se busca así facilitar el otorgamiento de licencias de exportaciones de satélites comerciales, sus tecnologías, componentes y sistemas. Mediante este acuerdo, Brasil pretende avanzar en materia de apoyo militar, lograr la prioridad en la entrega de excedentes militares y obtener acceso a la munición de uranio empobrecido. Firmará también acuerdos de entrenamiento de forma bilateral o multilateral, buscando la asistencia financiera militar para el leasing de elementos de Defensa. Brasil permitirá a los Estados Unidos el acopio de material de las Fuerzas Armadas estadounidenses en su territorio.
La reciente autorización del congreso de ese país de la fusión de Boeing y Embraer es un ejemplo de esta iniciativa política, que incluye la creación de una compañía de riesgo compartido, responsable de la producción y la comercialización del carguero militar KC-390. El objetivo principal parece apuntar a romper la lógica de cliente y proveedor reduciendo la dependencia tecnológica mediante la obtención de beneficios industriales, comerciales o tecnológicos. Adoptando el método de las compensaciones directas busca avanzar en la diversificación de socios, evitando la posición dominante de un estado extranjero y sus industrias.
ARGENTINA
Nuestro país debe expresar claramente una visión política, cuáles son sus objetivos y el modo de alcanzarlos. Política, objetivos y estrategia deben bajarse a tierra mediante planes concretos. Aun para quienes no comulguen con las ideas del presidente Bolsonaro, el ejemplo de Brasil es muy útil para comprender que la retórica ya no alcanza para poner el país en movimiento. Esta pandemia ha venido a despejar de la agenda política aquellos temas inicuos que embelesan a algunos grupos. Es una situación que ha logrado la unión nacional para salvar la vida de los argentinos, sin dilaciones. Las autoridades han estado a la altura de las circunstancias hasta el momento, demostrando ejecutividad y sentido común.
La crisis sanitaria ha demostrado también la utilidad de las Fuerzas Armadas para responder al peligro. Quedó en evidencia su sentido del deber, su vocación de servicio y por primera vez en décadas, los medios no han ocultado el trabajo de soldados, marinos y aviadores al servicio de la sociedad. Fabián Calle sostiene en el libro que la Argentina del futuro debe apoyarse en alianzas internacionales, gestión pública eficiente y un buen instrumento de Defensa.
Por su parte, Mariano Bartolomé asegura que los modelos teóricos tradicionales de estructura del sistema internacional están agotados. Las grandes potencias hacen lo esperado, cerrarse y aislarse para protegerse y fortalecerse. Estamos solos. Sin embargo, Juan Battaleme recuerda que la Argentina debe mantener la lógica de sociedad: somos socios de Brasil y Chile y para ser socios tenemos que ser pares. Es la hora de las decisiones de estadista. Las alianzas que puedan tejerse en medio de este tembladeral tendrán la autenticidad que exige un problema de vida o muerte. Es claro que en el plano económico la competencia no cejará. El capitalismo se rige por las ganancias. Los sistemas de Defensa no se generan en esta lógica.
Cualquier alianza estratégica que se apoye en la Defensa seguirá la lógica de los Estados, que fueron creados para proteger y defender a los ciudadanos de a pie. Como expresa Alejandro Corbacho, en el mundo realista en que vivimos, las frases o palabras necesitan ir acompañadas de capacidades reales. Nuestras capacidades reales son las que nos salvarán frente a esta grave contingencia. Allí están nuestros vecinos, tan jaqueados por la economía y la pandemia como nosotros. Como han dicho los expertos mencionados, es una gran oportunidad. La Argentina del origen, la grande, la generosa que recibió a millones de inmigrantes desesperados, los protegió y les dio un futuro, tiene la oportunidad de tender la mano a nuestros países hermanos. Allí sí que entraremos en la Historia.
*El autor de esta nota es coronel (R) del Ejército Argentino, Veterano de la Guerra de Malvinas y oficial de Estado Mayor. Más en DEF
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