Capitán de fragata Gómez Mombello: “Hoy siento que estamos donde tenemos que estar”

“Nosotros somos un vehículo y estamos muy orgullosos de lo que hacemos”, dice Ariel Fernando Gómez Mombello, el capitán de fragata y comandante de la Escuadrilla de Ríos de la Armada. El “Edri”, como lo conocen todos, no es un hombre más: en medio de la pandemia, sobre él recae la responsabilidad de coordinar las tareas de los barcos multipropósito Ciudad de Zárate, Ciudad de Rosario, la lancha patrullera Río Santiago y el buque patrullero ARA King.

Las tareas que estas embarcaciones llevan adelante se enmarcan dentro de la Operación “General Manuel Belgrano”, en el que el Área Naval Fluvial forma parte del Grupo Buenos Aires Norte (integrado por el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada). Desde que comenzó la pandemia hasta la actualidad, han brindado soporte alimentario y sanitario a las ciudades de Baradero, San Pedro, Zárate, Exaltación de la Cruz, Luján y Berisso, gracias a un trabajo interagencial entre el Ministerio de Defensa de la Nación, la provincia de Buenos Aires y las intendencias antes mencionadas.

Entre una definición y otra, Gómez Mombello remarca que en este momento –tanto para él como para los hombres y mujeres que comanda– es muy importante poder acompañar a los más vulnerables: “Estar al lado de los isleños nos permite asistir a personas que suelen tener carencias familiares, sanitarias y que, en la mayoría de los casos, no tienen trabajo”.

-¿Cuántos hombres y mujeres forman parte de estas embarcaciones?

-Bajo el paraguas de la Presidencia de la Nación, del Ministerio de Defensa y del Estado Mayor Conjunto de las FF. AA. (c), la Armada Argentina –y, particularmente, el área a cargo del capitán de Navío, Walter Dona, jefe de la base Zárate y del Área Naval Fluvial– está brindando apoyo desde el Batallón de Infantería de Marina N.º 3 (BIM3), con sus botes, buques y personal. En este momento, somos 151 personas en los cuatro buques y 130 integrantes del BIM3.

-¿Cómo se llevan adelante estos operativos interagenciales?

-Los pedidos se hacen desde los distintos municipios al Ministerio de Defensa y se materializan a través del EMCO y del Grupo Buenos Aires Norte. En estos operativos, no solo se han entregado alimentos, sino que al apoyo alimentario y sanitario se ha sumado la campaña de vacunación antigripal, con nuestros enfermeros y médicos. También pusimos a disposición las “cocinas de campaña” del BIM3. En la ciudad de Zárate, por ejemplo, tenemos personal de la Infantería de Marina cocinando y entregando alimentos en distintos merenderos y cocinas provistas por la Municipalidad. Estamos cocinando dentro de la base naval Zárate y proveyendo alimentos, desde nuestro centro de distribución, dos veces al día a nueve barrios vulnerables.

-¿Cuál es el rol de la Armada en estas tareas?

-La Armada siempre brinda apoyo con el traslado y la logística con nuestras lanchas, botes, embarcaciones menores y buques, para ayudar a los distintos municipios a transportar el material sanitario y los alimentos que consiguen las distintas administraciones municipales a partir de donaciones particulares, de ciudadanos privados y de los gobiernos. En forma organizada y planificada, estamos llegando desde el Estado nacional, con el Ministerio de Defensa, interactuando con la provincia de Buenos Aires y los municipios de cada una de las personas que más lo necesitan.

-¿Hubo algún tipo de preparación especial para esta ocasión?

-Desde 2002, la Armada realiza campañas sanitarias fluviales con el ARA King, y eso nos fue dando cierto expertise. Partimos desde el Río de la Plata hasta el Paraguay y el Iguazú, y llegamos al norte de Buenos Aires y a provincias como Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Formosa, Misiones y Chaco. Al principio, eran médicos, odontólogos y personal de la Armada y, hoy, también contamos con profesionales del ámbito civil.

-¿Cómo vive, en lo personal, este momento?

-Me siento muy orgulloso y satisfecho por lo que venimos realizando hasta ahora. Hemos tenido la oportunidad de ayudar a ancianos que están solos y que se han quedado cuidando el ganado en la isla o que viven de la pesca o de la caza de carpinchos, de la colocación de trampas de nutrias, de la apicultura, porque sus hijos se han ido a las ciudades y han conseguido trabajo allí. Siento que estamos donde tenemos que estar, en el lugar correcto, al lado del ciudadano y, en este caso, al lado del ribereño, colocando todos los medios del Estado al servicio del pueblo argentino.

-¿Cuál es la situación de vulnerabilidad que padecen estas personas?

-La realidad es que las carencias sanitarias son muchas: desde gente que nunca ha ido a un odontólogo, hasta mujeres que van a tener familia y nunca se han hecho un control ni una ecografía.

-Todavía falta, pero ¿cómo imagina el reencuentro con la familia?

-Soy de Punta Alta, una localidad cercana a Bahía Blanca y, por el aislamiento social, protegemos a nuestras familias. Aquí, no todos pueden volver a sus provincias y a sus ciudades por la cuarentena obligatoria de dos semanas, y al estar en servicio, eso no nos permite estar dos semanas en nuestra casa. Particularmente, dejé a mi familia, mi esposa y mis hijos Jazmín (12) y Tomás (9) en Bahía Blanca, y estoy esperando ansioso el momento de volver a verlos.

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