Para Lourdes Puente Olivera, máster en Relaciones Internacionales en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), la Argentina debería unirse con sus países vecinos para tener desarrollos en común en materia de Defensa: "Si el mundo ve que tenemos capacidades tecnológicas en ese campo, tendremos otras posibilidades para intervenir". A su vez, la académica considera que debemos fomentar el protagonismo en la Región a través de un bloque que tenga una sola voz. "América Latina tiene una deuda tremenda en jugar en el mundo con una sola voz. Eso nos ayudaría a insertarnos de una manera diferente", afirma.
La especialista también plantea que Argentina tendría que definir qué instrumento militar necesita en un diálogo que involucre a todos los actores: estatales, privados y de todos los partidos políticos. "Necesitamos generar políticas de Estado en la Defensa, igual que en la política exterior y demás áreas. No podemos seguir con medidas temporales que no sean consensuadas con todos los espacios políticos", reflexionó, en diálogo con DEF.
–¿Qué tipo de instrumento militar necesita hoy la Argentina?
–Es una pregunta muy compleja. Es muy difícil que Argentina diga –sin contemplar la visión de los militares– cuál es el instrumento que necesita. Como país tenemos que decir qué es lo que necesitamos defender y cuáles son los espacios donde creemos que nuestros intereses pueden llegar a estar disputados al extremo de necesitar la última ratio de la violencia. Argentina tiene todavía muchas deficiencias en desarrollo, con lo cual necesita más recursos para eso, que para Defensa. Los académicos sostienen que necesitamos un instrumento militar ágil y flexible, entre otras cosas, cuando lo importante es tener en claro qué equipamiento y material debemos comprar.
–¿Cómo podría nuestro país aprovechar su disposición territorial en este sentido?
–Argentina tiene un territorio despoblado y con muchos recursos naturales en la Patagonia y en el Atlántico Sur. Tenemos que tener presencia allí para defender esos recursos. Tenemos, a su vez, un espacio aéreo que debería tener algún tipo de vigilancia, más en función de que existen organizaciones criminales que usan nuestro espacio aéreo. Hay que pensar en términos tecnológicos y del ciberespacio, que hoy no solamente abarcan la protección de datos propios, sino también aquellos custodiados por grandes empresas, como Google y Apple. Tenemos que ver de qué manera nos vinculamos con ellas.
–En este punto, ¿el control del ciberespacio es clave?
–Necesitamos defender nuestros sistemas porque son o pueden ser vitales. Si eso lo tiene que hacer el instrumento militar o no es un debate. Se creó un Cibercomando bajo la órbita militar, ahora bien, hay mucha gente que piensa que eso no es exclusivamente militar. Esta área también tiene que ver con el mundo privado, por ejemplo, es demasiado complejo. Argentina debería tener soldados del ciberespacio, que no tienen nada que ver con el soldado tradicional.
– ¿Cómo podría la Argentina plantear una reconversión de su instrumento militar en el actual estado de obsolescencia tecnológica?
– Para mí es medio básico lo del presupuesto. No vamos a llegar a los dos puntos del PBI en Defensa. No va a haber ningún gobierno que con la situación en la que está la Argentina destine ni siquiera el 1,5 %. Actualmente se destina un 0,8 %. Lo que tenemos que hacer de manera urgente es decidir de dónde vamos a sacar los recursos para invertir en esta área. Hay que reestructurar lo que hay. No se sostiene un instrumento militar donde el esfuerzo mayor está en pagar los sueldos del personal. Pero tampoco es tan fácil decidir qué hacer con ese personal que se formó y al que le tenés que dar un destino vinculado a su formación. Es complejo y comprende también pensar dónde la Argentina necesita gente, qué la vamos a poner a hacer, de qué manera vamos a reconvertir eso. Hay que armar un grupo de militares, civiles, dirigentes, representantes de todos los sectores políticos, pensando cómo actuar en Defensa. No vamos a encontrar a las fuerzas políticas discutiendo esto, ya que nuestros gobernantes se pelean por la manera en que se van a presentar a elecciones. Necesitamos son hechos concretos.
Lo que tenemos que hacer urgente es decidir de donde vamos a sacar los recursos para invertir en esta área. Hay que reestructurar lo que hay. No se sostiene un instrumento militar donde el esfuerzo mayor está en pagar los sueldos del personal.
–Se habla de un impacto de la competencia geopolítica global por vía del control de los bienes comunes globales: alta mar, ciberespacio, espacio exterior y aéreo. ¿Cómo cree que se podría producir dicho impacto y cómo podría la Defensa argentina hacer frente a estos desafíos?
–En la discusión que tiene que ver con el acceso al conocimiento, la herramienta más importante es la tecnología. No las Fuerzas Armadas. Tanto en el ciberespacio como en el espacio exterior y en la explotación del alta mar, la única manera de tener presencia es con capacidad tecnológica. Lo sabemos por nuestros antecedentes en el mundo nuclear y satelital. Argentina está en los regímenes que regulan esos ámbitos porque tiene la capacidad. Además participa en el diseño, control y regulación de esos espacios. En este sentido, creo que tendríamos que desarrollar un lanzador para poner satélites en el espacio junto con Brasil. Nosotros tenemos algunas capacidades y ellos otras. Habría que unirlas y hacer un buen tratado. No como cuando nos deshicimos del único portaaviones que teníamos y no nos animamos a tener uno con Brasil. Ya que es tan costoso tener un portaviones: ¿por qué no tener uno entre Argentina, Brasil y Chile? Con eso tendríamos capacidad de proyectar entre los tres.
–¿Se debería hacer lo mismo con el submarino de propulsión nuclear?
–Exacto. Podríamos tener submarinos con Brasil en el Atlántico Sur y con Chile en el Pacífico Sur. Si alguien nos amenaza, lo hará a los dos o tres: estamos en el mismo espacio. Nos animamos a patrullar junto a Chile: ¿por qué no hacemos algo más osado como poner un satélite? Si el mundo ve que nosotros tenemos capacidad de desarrollar juntos ese tipo de tecnología, tendremos otra capacidad de intervenir. Desde el punto de vista estratégico implicaría un diferencial.
–¿De qué o quién depende que lo hagamos?
–Voluntad política. La decisión es de los presidentes. Debemos apostar a este tipo de asociaciones. El hecho de que varios países se unan implica un mensaje muy fuerte. Considero que el regionalismo podría ser muy beneficioso en estos tiempos.
–Más allá de los desafíos futuros, las amenazas ya configuradas en la Región tienen que ver con la criminalidad organizada, especialmente el narcotráfico. ¿Cree que la criminalidad organizada seguirá siendo el principal problema de la agenda regional?
–El narcotráfico es una de las principales amenazas que hoy tiene la Región. Para el argentino medio es mucho más complicado el tema narco criminal o el crimen organizado porque lo toca de cerca. En América del Norte no solamente padecen el narcotráfico, sino también el tráfico de minerales que está afectando muchísimo en términos de desarrollo y ambientales. Este procedimiento ilegal contamina un recurso muy valioso como es el agua.
El narcotráfico es una de las principales amenazas que tiene hoy la Región.
–¿Cómo debería actuar nuestro sistema de Defensa actuar en casos de narcotráfico?
–Desde el punto de vista del crimen, la Defensa debería actuar en lo que respecta al Crimen Organizado Internacional; no así el nacional o local, que está bajo el ala de la justicia, la policía y el derecho penal. Precisamos acciones interagenciales, que involucren a todos los actores participantes. Priorizar la lucha contra el narcotráfico por parte de las FF. AA. puede estar debilitando a la Defensa.
-¿Por qué?
-Porque esta no es su misión principal, se trata de una tarea subsidiaria. A partir de la nueva Directiva de Política de Defensa Nacional (DPND) se habilitó a que el gobierno priorice compras en función de las misiones que necesita hoy para combatir el narcotráfico, como por ejemplo podría ser adquiriendo mejores satélites, manteniendo radares o comprando camiones. Esto debilita a la Defensa, salvo que se establezca un presupuesto mínimo vital y móvil para que se garanticen los días de entrenamiento en Ejército, los navegables en la Armada y las horas de vuelo en la Fuerza Aérea.
–¿Cómo afectará a la Región la desestabilización de Venezuela? ¿Se profundizará el clivaje conflictivo de nuestro país con el régimen venezolano? ¿Qué alcance podría tener la presencia de China y Rusia en el escenario latinoamericano a partir de la influencia sobre Venezuela y Cuba principalmente?
–Afecta, sobre todo porque Venezuela no termina de resolver su conflicto internamente y América tiene una fuerza enorme para ayudar a que la resuelvan ellos. No queremos intervenir, pero queremos que se resuelva. Además nos afecta: cada vez hay más venezolanos en toda la Región. Sería muy triste que Venezuela necesite apoyo de otro país, ya sea de Rusia, China o Estados Unidos. Como la fractura es también ideológica, y tiene mucho que ver con la manera de mirar la Región y el mundo, es todavía más complicado.