"Hezbollah está incrementando significativamente el flujo de fondos provenientes del lavado de dinero en América Latina, particularmente en la Triple Frontera, al tiempo que la contribución iraní se vuelve menos fiable debido al impacto de las sanciones de EE. UU.", manifiesta Emanuele Ottolenghi, experto en financiación del terrorismo. En sus distintos artículos académicos, este especialista italiano residente en Washington pone énfasis en las "redes ilícitas" del grupo libanés y advierte que el sistema financiero estadounidense está siendo utilizado como conducto para el blanqueo de esos capitales que tienen su origen en actividades criminales. Destaca, asimismo, que Hezbollah brinda "servicios" para el blanqueo de dinero de los Cárteles de la droga de la región. "Funciona como una suerte de DHL o Western Union de los Cárteles narcos", ilustró.
De paso por nuestro país, donde participó del lanzamiento del Hemisphere Security Network (HSN), Ottolenghi dialogó con DEF sobre los vínculos entre el crimen transnacional y la financiación del terrorismo en la Triple Frontera.
-¿Por qué define a la Triple Frontera como uno de los hub financieros más activos de Hezbollah en nuestra región?
-La Triple Frontera es uno de sus centros financieros más importante por el volumen de comercio que pasa por allí, que es de un tamaño muy grande. Es un lugar en el que hay mucho tráfico ilícito y contrabando. La zona se está convirtiendo, cada vez con mayor evidencia, en un punto de pasaje del tráfico de droga internacional. Por eso, las actividades comerciales de Ciudad del Este ofrecen un lugar natural donde blanquear ese dinero. Hezbollah tiene una presencia muy importante allí desde hace cuatro décadas y, si bien no es el único, este lugar se ha transformado en uno muy importante dentro de su red.
-¿Cuál es la operatoria de Hezbollah para blanquear sus fondos?
-Hezbollah trafica globalmente, pero blanqueo localmente. El esquema gigantesco que tiene a nivel global se funda en la cooperación de comunidades con vínculos ideológicos y religiosos con Hezbollah, radicadas en cada zona. Hezbollah tiene agentes que viajan, dan órdenes, gestionan y organizan el tráfico en todo el mundo, pero cuenta también con una red que se queda en el lugar de manera permanente, ya sea la Triple Frontera, el África Occidental u otras zonas. Estas comunidades, que ofrecen su trabajo y lealtad al movimiento, cuentan con instituciones e infraestructura social a nivel local, lo que justifica su presencia.
-¿Ha cambiado la actitud de los países de la Triple Frontera en su cooperación con EE.UU. e Israel para combatir este fenómeno?
-Yo creo que se empieza a reconocer el problema no solamente de Hezbollah, sino el nexo que existe entre la financiación del terrorismo y el crimen organizado. Esa es la fortaleza de Hezbollah en Latinoamérica: la organización ofrece servicios logísticos para las actividades ilícitas y blanquea el dinero de ese tráfico ilegal. A pesar de la reticencia que existe, desde el punto de vista político e ideológico, para reconocer a Hezbollah como movimiento terrorista, yo creo que se empieza a tomar consciencia de amenaza que representa el crimen organizado y del peligro que corren tanto Paraguay como Brasil y Argentina de convertirse en países cada vez más violentos si no se ataca este fenómeno.
-¿Qué rol juega Venezuela en esta red?
-Venezuela ha sido muy importante, ya que desde la victoria del chavismo se convirtió en un aliado estratégico de Irán y una puerta de acceso a la región. Ambos comparten una misma visión política de rechazo del sistema occidental de gobierno, sus instituciones y su modelo económico. Los iraníes identificaron a Venezuela como un lugar que les permite tener el acceso a toda la región. Así fue como, a través del vínculo con Irán y Hezbollah, Venezuela se transformó en una base operacional en el Hemisferio Occidental. Como Venezuela es un "narco-estado" que facilita el tráfico de droga, tiene una importancia estratégica en esta alianza, ya que le permite a Irán y a Hezbollah actuar libremente en toda la región, donde un punto clave ha sido la entrega de pasaportes venezolanos a agentes iraníes y de Hezbollah.
*La versión original de esta nota será publicada en la Revista DEF N. 126.
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