Desde 2007, la muestra montada por Editorial Taeda recorre el país con una exposición itinerante de fotografías tomadas por los reporteros gráficos argentinos que cubrieron las alternativas del Conflicto del Atlántico Sur desde las islas y el continente. Ahora, a 37 años de la guerra, esta misma exposición se exhibe en la Ciudad de Buenos Aires con una selección de imágenes, algunas inéditas, que capturan escenas de heroísmo, compromiso y sacrificio de argentinos luchando en pos de un sentimiento compartido.
Hasta el domingo, se podrá visitar en la Plazoleta Juvenilia, y el lunes y el martes, se trasladará a las inmediaciones del Cenotafio de Malvinas, en Plaza San Martín, donde acompañará el acto central en conmemoración de los 37 años de la Guerra del Atlántico Sur.
La muestra se inauguró el 25 de marzo pasado. Desde entonces, son muchos los argentinos y extranjeros que la han visitado. Turistas del país y del mundo, oficinistas, estudiantes que cruzan la plazoleta se sorprenden cuando las vívidas imágenes en blanco y negro interrumpen el paisaje ajetreado del microcentro porteño.
"La muestra me gusta. Realmente me tomó por sorpresa", expresó a DEF Agustín, joven estudiante de 22 años. "Me gusta que esté en tres idiomas, porque hay mucha gente de afuera que pasa por acá. Me gustaría que en la próxima incluyeran algo interactivo", dijo. Aunque él no vivió la guerra, reconoce que "Malvinas es una parte importante" de la historia del país. "Cuando pienso en la guerra, pienso en los soldados jóvenes, en los riesgos que enfrentaron al ser enviados a algo tan duro. Hubo mucho heroísmo. Es algo muy heroico defender así la soberanía nacional".
Michael Price, de Gran Bretaña, y Muriel Sevin, de Francia, son dos de los turistas que también se sorprendieron con la muestra mientras recorrían las calles de Buenos Aires y aprovecharon que la explicación de cada foto estuviera en inglés. "Es muy conmovedora esta muestra. Esta también es parte de la historia de mi país", expresó Price. Sevin, por su parte, señaló: "Estas fotos demuestran que sin importar de qué lado estén, en una guerra las personas son eso, simplemente personas".
Julio Verón, de 52 años, tomaba fotos de la muestra con su celular, con lágrimas en los ojos. "Esto es espectacular, un orgullo. Las fotos son impresionantes. Mi hermano estuvo en Malvinas, así que todo esto me emociona mucho. Cuando pienso en Malvinas me da tristeza, dolor, frustración. Pero, sobre todo, siento mucho orgullo, porque las Malvinas siempre van a ser argentinas", dijo en diálogo con DEF.
Silvia, oficinista de 53 años, come un cono de helado mientras recorre la muestra. Se acerca gustosa a dar su parecer. "Me encantó la muestra. Me acerca a cosas de la guerra que no había visto nunca, escenas impactantes de lo que fue. Me sorprendió cuando iba camino al colectivo y me quedé a verla", expresó. "Cuando pienso en Malvinas siento bronca, por las cuestiones políticas que nos llevaron a una guerra así", añadió.
En una pausa de la rutina laboral, o como un alto en un recorrido turístico, Malvinas, retratos de un sentimiento ofrece a todo el que la visita un espacio de reflexión, para emocionarse y redescubrir este hito de la historia argentina mediante los rostros y las emociones de sus protagonistas, inmortalizados en gigantografías.
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