Vila Kennedy es una de las barriadas más críticas en los mapas de seguridad del gobierno federal brasileño. Ubicada a 30 km del centro de la ciudad, desde hace años sufre los efectos de la violencia urbana y el narcotráfico. El operativo llevado adelante allí es el que se prevé replicar en otras favelas de Río.
A partir del 16 de febrero pasado, el estado federal brasileño asumió el control de la seguridad de Río de Janeiro. Es una intervención con un marcado carácter gerencial, administrativo, con una importante labor de asistencia por parte de otros organismos del Estado a la población local, con la idea de fortalecer los lazos con los civiles.
La intervención federal se sumó a las acciones que ya venían desarrollando las Fuerzas Armadas desde julio 2017, cuando el gobierno federal sancionó un decreto de empleo del elemento militar para operaciones de garantía de la ley y el orden (GLO por sus siglas en portugués) en la región metropolitana de Río de Janeiro.
Por lo tanto, en lo estrictamente operativo, la intervención decidida a partir de febrero no modificó hasta el momento el accionar de las Fuerzas Armadas en relación a la seguridad.
Una vez controlada la zona, el Ejército desplegó una gran cantidad de efectivos, encargados de realizar patrullajes, controles de movimientos de entrada y de salida del barrio, de antecedentes, decomisos de armas de fuego.
La intervención federal está prevista que se prolongue hasta diciembre de 2018.
El Ejército tiene una misión de custodia y control. Sus efectivos no combaten directamente a las bandas criminales, a menos que se vean atacadas.
Desde el punto de vista operativo, el objetivo es estabilizar la zona para que la Policía Militar pueda volver a patrullar y cumplir sus funciones y que los servicios esenciales del Estado puedan llegar.
Agentes de la Justicia instalaron una carpa especial para la realización de trámites de documentos para todos los habitantes de Vila Kennedy.
Además, una vez pacificada el área, con el respaldo de las tropas, también se pudo desplegar la asistencia médica para la población local.
En los puestos sanitarios, los vecinos fueron atendidos por profesionales para controles de salud y vacunación gratuita, entre otros.
Unas 41.500 personas viven en Vila Kennedy, de acuerdo con estadísticas del Instituto Pereira Passos (IPP).
Los profesionales también se concentraron en atender a los más chicos, que recibieron atención primaria y odontológica.
También se llevaron adelante charlas sobre medidas básicas de higiene para la prevención de enfermedades.
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*La versión original de esta nota fue publicada en la revista DEF N. 120