Nuestro país cuenta actualmente con el 21,5% de su territorio formado por humedales, de los cuales 23 han sido designados como de “importancia internacional”. A estos últimos se los conoce como “sitios Ramsar”, por tratarse de áreas protegidas en el marco de la Convención de Ramsar, adoptada en 1971 en el marco de la Unesco. Allí se define a los humedales como “extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean estas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”.
Son ecosistemas dinámicos, caracterizados por su variabilidad y su conectividad con otros ambientes acuáticos. Por su estructura y dinámica funcional actúan como una suerte de esponja, desacelerando el flujo del agua y regulando las inundaciones y las sequías. "El abastecimiento de agua, la amortiguación de las inundaciones, la reposición de aguas subterráneas, la estabilización de costas, la protección contra las tormentas, la retención y exportación de sedimentos y nutrientes, la retención de contaminantes y la depuración de las aguas son algunos de los servicios derivados de las funciones de regulación de estos ecosistemas", señala el Mapa de beneficios ambientales y sociales de los ecosistemas, presentado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable en noviembre pasado.
Los humedales funcionan como ‘esponjas’, desacelerando el flujo del agua y regulando las inundaciones y las sequías.
El humedal más emblemático del país son los Esteros del Iberá, que cubren una superficie total de 24.550 hectáreas. Ubicados en la provincia de Corrientes, forman parte de un macrosistema del Iberá, con una extensión de cerca de 1,2 millones de hectáreas que drenan a través del río Corrientes hasta su desagüe en el Paraná medio. La laguna del Iberá tiene un total de 5500 hectáreas y es una de la más grandes de este ecosistema. Entre las especies protegidas que tienen su hábitat en esta zona, se encuentran el yacaré overo, el yacaré negro, la anaconda amarilla o curiyú, el pato crestudo, el lobito de río y el ciervo de los pantanos.
En cuanto a su extensión, el sitio Ramsar de mayor extensión son las lagunas altoandinas y puneñas de Catamarca, con un total de 1,2 millones de hectáreas distribuidas entre los departamentos de Antofagasta de la Sierra, Belén y Tinogasta, entre los 3000 y 6885 metros sobre el nivel del mar. Habitan esta área unos 19.000 flamencos de la Puna y 2100 flamencos andinos, lo que representa respectivamente el 18% y el 6% de la población total de dichas especies de aves. Entre los mamíferos allí presentes, se encuentran la vicuña, el zorro culpeo, el gato andino y la chinchilla de cola corta.
Otro de los mayores humedales está constituido por los Bañados del Río Dulce y la laguna de Mar Chiquita, en la provincia de Córdoba, con una superficie total de 996.000 hectáreas. También conocido como Mar de Ansenuza, se trata del quinto lago salado más grande del mundo y del mayor espejo de agua salada de Sudamérica. Cuenta con una gran biodiversidad, que incluye 329 especies de aves, 35 de reptiles, 16 de anfibios y una cantidad aún no precisada de mamíferos. Viven en ese ecosistema tres especies en riesgo de extinción: la tortuga terrestre, el lobito de río y el aguará guazú.
Las Lagunas del Guanacache, del Desaguadero y del Bebedero, en las provincias cuyanas de San Juan, Mendoza y San Luis, suman un área protegida total de más de 962.000 hectáreas. Cuentan con una rica diversidad biológica, que incluye más de 50 especies de aves, con más de 20.000 individuos. Por su parte, los humedales del Chaco incluyen una superficie protegida de 508.000 hectáreas. En su interior funciona la pequeña reserva natural privada “Los Chaguares”, de 19 hectáreas, que busca proteger el bosque nativo chaqueño, hábitat del mono carayá, el yacaré, el carpincho, el tatú mulita y el guazuncho o corzuela, además de 94 especies de aves. Mientras tanto, la Reserva Provincia de Laguna Brava, en la provincia de La Rioja, con sus 405.000 hectáreas y ubicada a 3000 metros sobre el nivel del mar, cuenta con una variada biodiversidad, que incluye abundantes poblaciones estivales de aves acuáticas y eventos de nidificación aislados de varias especies.
Argentina cuenta con 23 sitios designados como ‘humedales de importancia internacional’, en el marco de la Convención de Ramsar.
También se encuentran, entre nuestros principales sitios Ramsar, 243.000 hectáreas del Delta del Paraná, que incluyen el Predelta entrerriano y las islas de Santa Fe. Más al norte, se encuentran las 492.000 hectáreas del humedal Jaaukanigás (“gente de agua”, en idioma abipón), en el departamento santafesino de General Obligado. Este último, alberga 522 especies animales, incluyendo 45 especies de anfibios, 59 de reptiles, 350 de aves y 78 de mamíferos. Por su parte, la Bahía de Samborombón, con casi 244.000 hectáreas sobre el estuario del río de la Plata, se caracteriza por sus bañados, pantanos salobres y cangrejales. Uno de las especies de mamíferos protegidas presentes en la zona es el venado de las Pampas, de los que quedan en la zona apenas 150 ejemplares.
Los restantes sitios Ramsar argentinos son: el glaciar fueguino Vicinguerra y las turberas asociadas; la Reserva Costa Atlántica Tierra del Fuego; los humedales de la Península de Valdés; las laguna Melincué (Santa Fe), Blanca (Neuquén), Llancanelo (Mendoza), de los Pozuelos y Vilama (estas dos últimas en Jujuy); la Reserva Natural Villavicencio (Mendoza); el Palmar Yatay (Entre Ríos); el Parque Provincial El Tromen (Neuquén); el Río Pilcomayo (Formosa); la Reserva Natural Otamendi, en el partido bonaerense de Campana; y la Reserva Ecológica Costanera Sur, en la ciudad de Buenos Aires.
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