Si bien más del 95 % de los argentinos cuentan con red eléctrica, la realidad es que quienes viven en zonas alejadas de los grandes centros urbanos suelen tener problemas para acceder a este servicio. Es por esto que la noticia de que casi 150 escuelas rurales de las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Mendoza y Tucumán van a contar con energía limpia es un hecho relevante y auspicioso, sobre todo, teniendo en cuenta la crisis generada por las tarifas eléctricas.
-¿Qué es PERMER?
-Es un proyecto que surgió en 1999 con la finalidad de proveer electricidad por medio de fuentes alternativas a los pueblos que no estuvieran dentro del sistema de la red interconectada y, en ese marco, distribuyó el servicio eléctrico en diversas zonas alejadas del país. Este año el PERMER financia un préstamo del Banco Mundial a través de una licitación de siete millones de dólares destinada a impulsar iniciativas ecológicas. En esta oportunidad las favorecidas fueron las escuelas rurales que serán equipadas con paneles solares, herramienta que les permitirá mejorar la formación de sus alumnos, adaptándola a las necesidades y particularidades zonales.
-¿Cómo se llevará a cabo esta licitación?
-Supervisada por la Subsecretaría de Energías Renovables y Eficiencia Energética de la Nación –a través de la disposición 63/2019– la licitación establece que las empresas participantes deben haber concretado como mínimo una instalación de características similares en los últimos cinco años, acorde con la complejidad de cada uno de los lotes a adjudicar entre otras múltiples cuestiones legales y técnicas que exige el Banco Mundial.
-¿Cuál es el alcance de estas energías?
-Siempre que puedo, aclaro que las renovables "no son energías alternativa". Estamos hablando de la tecnología de generación de "energía prevaleciente", que la innovación ha traído para quedarse. En el caso de la solar, que desde el 2016 se abarató más de un 75 %, ya es más económica que cualquier otra producida con carbón, petróleo o gas. El uso de energías renovables produce condiciones elementales de infraestructura y equipamiento que permiten mejorar la calidad de los recursos básicos necesarios en las escuelas rurales. Por otra parte y al tiempo que reducen la vulnerabilidad y benefician a las poblaciones más aisladas de nuestra extensa geografía, ayudan a acelerar la transición hacia la energía limpia.
-Este tipo de iniciativa, ¿tiene relación con compromisos internacionales asumidos por la Argentina?
-Sí, porque uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, para 2030 establecidos por las Naciones Unidas y firmado por nuestro país –teniendo en cuenta que intentarán aplicarse de acuerdo con nuestras posibilidades-, cuya meta es erradicar la pobreza y proteger el ambiente, se refiere específicamente al acceso universal a la electrificación y la utilización de las tecnologías limpias. Dentro de ellas, se requiere un aumento importante en el uso de fuentes renovables solar, hidroeléctrica, biomasa, biocombustibles, eólica, y geotérmica que es hacia donde apunta este proyecto. Argentina es un país con importantes recursos naturales para la generación de energía eólica y solar. Pese a que vamos mejorando, es importante seguir despertando la conciencia de las autoridades y de la ciudadanía sobre los beneficios de utilizar recursos capaces de renovarse ilimitadamente y de no generar contaminación.
-¿Está nuestro país en ese camino?
-Sí, Argentina ha asumido compromisos internacionales que fueron ratificados con la firma del Acuerdo de París y que nos comprometen jurídicamente con el resto de los países a no quemar nuestro futuro junto a los combustibles fósiles. Es un desafío al talento argentino para se ponga en movimiento con innovaciones tecnológicas como estas, que impactan con múltiples beneficios sobre la población, desde la educación hasta las economías locales y la dimensión ambiental. Es importante destacar que el mix energético está evolucionando hacia las renovables, porque hay un futuro evidente de descarbonización. El gas natural –que por unas décadas seguirá siendo necesario‒, será una tecnología puente si queremos descarbonizar el sistema eléctrico. Según nuestros expertos, es indispensable la diversificación de la matriz energética y la promoción de diversos equipos de generación, como los paneles solares y los aerogeneradores, entre otras tecnologías que pueden resultar de suma utilidad en los sectores más lejanos y vulnerables.
-¿Cómo se involucra el CEDyAT con las energías renovables?
-En el CEDyAT nos ocupamos de conectar el sector público con aquellos que puedan generar soluciones concretas a sus demandas, tanto desde el área científica como la tecnológica y productiva. Nuestro centro de gestión está habilitado por el Poder Ejecutivo Nacional como una "unidad de vinculación tecnológica" que suma innovación y calidad al sector estatal a través del desarrollo tecnológico, con aportes empresariales y de la sociedad civil. Tenemos como misión fomentar las innovaciones que impliquen investigación y desarrollo, transmisión de tecnología y asistencia técnica para aportar nuestra estructura jurídica y facilitar la gestión, organización y gerenciamiento de proyectos. Esto nos permitió oficiar de articuladores para que los sectores privado y público comprendan que solo con planificación y sinergia colaborativa se puede lograr la autosuficiencia energética necesaria para mejorar la economía. En cuanto a las energías renovables, forman parte de varias de nuestras áreas de trabajo, ya que involucran el desarrollo sustentable, la demanda tecnológica y la cuestión energética, sector en el que nos especializamos si se tiene en cuenta el desarrollo sostenible. Es decir, resulta más que necesario recuperar los conceptos de "daño estructural" y "renovación de la gestión ambiental inteligente" que abarquen al ser humano y su medio ambiente.
-¿Ya han tenido experiencia en esta clase de instalaciones?
-Sí, hemos realizado varias; en el ámbito estatal, se destaca la instalación de paneles solares en la terraza del edificio de la Legislatura Porteña, que están ubicados al lado de la Torre del Palacio Legislativo en el centro del corazón de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo objetivo fue generar una parte de la electricidad básica para asegurar su funcionamiento. Esta experiencia piloto formó parte de un proyecto más abarcador que sirvió para motorizar otras iniciativas en otros edificios públicos, como escuelas y hospitales, y también, en barrios vulnerables. Sin duda, estimuló, por mencionar solo uno, la innovadora decisión de instalarlo en la Villa 31, el asentamiento precario que está pasando por un proceso de transformación en el cual las energías limpias juegan un importante papel.
-Además del relevante hecho de que las escuelas cuenten con un servicio público tan elemental y básico como la energía, ¿qué otros beneficios genera este proyecto?
-El hecho de llevar energías renovables a un costo reducido a las escuelas del interior de la Argentina es, de por sí, saldar una deuda social urgente. Incluso, la electricidad producida a partir de su aplicación en estas zonas, proporciona acceso a servicios básicos escasos, tales como el agua y el saneamiento. Las energías renovables también colaboran a mejorar las instalaciones de salud, que en conjunto mejoran las economías rurales, hecho que podría ayudar a reducir la migración hacia las ciudades. En el siglo XXI, decir que la demanda de electricidad, un servicio indispensable para una buena calidad de vida, no está cubierta en muchos establecimientos educativos rurales debido a los altos costos en hidrocarburos, obras civiles y el transporte, es sin dudas, una de razones por las cuales se incrementa la vulnerabilidad social. La dependencia de los combustibles fósiles en estas regiones alejadas de las grandes urbes es determinante y, por eso, se agranda la relevancia de esta clase de emprendimientos que traen esperanzas de crecimiento a través de una matriz energética limpia. El desarrollo de las energías limpias es imprescindible para combatir el cambio climático y limitar sus efectos más devastadores. Estamos en un tiempo de desafíos decisivos, porque hay muchísimas escuelas rurales en el resto del país que aspiran a tener la misma posibilidad que estas 141. Lo importante es no postergar más el avance de esta transformación.
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