El 24 de febrero de 2022, el presidente ruso Vladimir Putin lanzó su operación bélica a gran escala contra Ucrania. Sin embargo, la preparación de esa acción violatoria del derecho internacional respondió a un plan diseñado por el Kremlin desde hacía años. La pérdida de influencia en las decisiones del gobierno ucraniano, tras el triunfo del Euromaidán y la “revolución de la dignidad” en febrero de 2014, marcó un punto de quiebre en los vínculos de Moscú con Kiev.
“En 2014, Rusia comenzó su agresión imperialista para obstaculizar nuestro desarrollo independiente”, afirmó el embajador de Ucrania en nuestro país, Yurii Klymenko. En marzo de ese año, se oficializó la anexión por parte del Kremlin de la hasta entonces República Autónoma de Crimea, una acción ilegal que fue denunciada por la comunidad internacional. “El dictador ruso utilizó a su favor el tiempo transcurrido desde ese momento para preparar la invasión a gran escala”, añadió el diplomático, quien denunció “las políticas genocidas de la dictadura del Kremlin contra el pueblo ucraniano”.
Durante el extenso diálogo con DEF, el embajador Klymenko se encargó de agradecer al gobierno de Javier Milei por su “postura firme” en defensa de la causa ucraniana y la búsqueda de una “paz justa, duradera, sostenible e integral”. Recordó que Argentina fue el primer país sudamericano en ser visitado por el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, en diciembre de 2023, cuando participó del acto de asunción de Milei. Volvieron a verse las caras en junio de este año en Suiza, durante la Cumbre Global por la Paz, cuando el mandatario argentino fue condecorado por el gobierno de Ucrania con la “Orden de la Libertad”.
La integración de Ucrania en la UE y la OTAN, un camino irreversible
-¿Qué representó para la historia de Ucrania el triunfo del movimiento Euromaidán en 2014, que Vladimir Putin definió como “golpe de Estado”?
-Los ciudadanos ucranianos defendieron en las calles su derecho a decidir su propio camino y a definir su futuro. El Euromaidán fue el reflejo de la postura firme del pueblo con respecto a la integración completa en la Unión Europea (UE). Lo que ocurrió en ese momento fue la “revolución de la dignidad”, que no tiene nada que ver con la opinión pervertida del dictador Putin. El régimen del Kremlin trató de impedir que esos acontecimientos ocurrieran e intentó, por todos los medios, mantener a Ucrania en su órbita de influencia. Durante el régimen de Putin, Rusia siempre tuvo planes imperialistas sobre Ucrania. El dictador quiere conquistar completamente nuestro territorio. Con sus políticas genocidas, la dictadura del Kremlin busca subyugar al pueblo y eliminar la lengua y la cultura ucranianas.
-¿Su país está conforme con la reacción de la comunidad internacional tras el inicio de la invasión rusa?
-Nosotros agradecemos mucho a todos nuestros socios, a EE. UU., la Unión Europea, los miembros de la OTAN, los otros socios transatlánticos y los otros socios en todas las regiones del mundo. Es muy difícil contrarrestar la agresión de un país imperialista, con todo su arsenal bélico y cuyo territorio es 28 veces más grande que el de Ucrania. Mi país aprecia mucho todo el apoyo político, humanitario, económico, militar y técnico, que nos ha permitido continuar nuestra lucha por la libertad, por la independencia y por la integridad territorial en el presente y hacia el futuro. Desde luego, nos gustaría que esta ayuda se proporcionara de manera más oportuna y en mayores cantidades. Eso tendría un importante efecto disuasorio sobre el agresor. Después de todo, se trata de la seguridad en Europa y en el mundo entero y de contrarrestar el agresivo expansionismo ruso, que, por supuesto, no se limita a Ucrania.
-¿Les preocupa la postura que pueda adoptar el nuevo presidente de EE. UU., Donald Trump?
-Contamos con el liderazgo del presidente electo de EE. UU., Donald Trump, y tomamos en cuenta el principio clave de la paz a través de la fuerza, que él defiende. Está claro que no se puede apaciguar al dictador que está en el Kremlin. Solamente la fuerza y la presión pueden dar los resultados que necesitamos. El régimen de Putin no entiende otras formas de diálogo y no demuestra ningún deseo de poner fin a la guerra imperialista contra Ucrania. Debemos recordar que, en 2018, durante su primer gobierno, el presidente Trump autorizó el envío a Ucrania del sistema avanzado de defensa antitanques Javelin, cuyos misiles, en particular, desempeñaron un papel clave para repeler la ofensiva del agresor ruso en la región de Kiev en los meses de febrero y marzo de 2022. Esperamos que su nueva administración contribuya a la meta de poner fin a la guerra y garantizar la paz justa, duradera y sostenible, respetando la integridad territorial de Ucrania.
-¿El ingreso pleno a la OTAN es una posición irrenunciable de su país?
-Nuestra decisión de lograr la plena integración tanto en la Unión Europea como en la OTAN es irreversible. Ese rumbo está consagrado, desde febrero de 2019, en la Constitución de Ucrania y refleja el deseo del pueblo ucraniano. Hemos visto que la guerra a gran escala del dictador Putin trajo consigo resultados completamente diferentes a sus pretensiones iniciales, como fue el ingreso de Suecia y Finlandia a la OTAN, conscientes de la amenaza creciente que representa Rusia en sus fronteras. Recordemos que, cuando Rusia lanzó por primera vez su agresión contra Ucrania, con la ocupación ilegal de la República Autónoma de Crimea en 2014, mi país mantenía un estatus de no alineamiento en materia de alianzas militares. Y, en ese momento, el nivel de apoyo de la población a la integración euroatlántica era de poco más del 30 %; hoy ese consenso es de más del 80 %. Nuestra membresía de pleno derecho de la Alianza Atlántica es la mejor garantía para nuestra seguridad en el futuro. Hicimos nuestra solicitud formal el 30 de septiembre de 2022 y pensamos que, tras el final de la guerra lanzada por Rusia, podremos concretar esa aspiración en forma avanzada. Esperamos que los miembros de la OTAN reaccionen positivamente.
El “chantaje nuclear” y la ocupación ilegal de la central de Zaporiyia
El pasado 5 de diciembre, se cumplieron 30 años del Memorándum de Budapest, documento por el cual Ucrania renunció a su arsenal nuclear y se incorporó al Tratado de No Proliferación (TNP). Firmado también por la Federación Rusa, EE. UU., el Reino Unido, Francia y China, el Memorándum garantizaba el respeto de la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania en sus fronteras existentes. La anexión de Crimea, primero, y la actual invasión rusa han dejado a las claras la fragilidad de ese acuerdo.
-¿Cómo reacciona Ucrania ante la permanente amenaza de Putin al uso de su armamento nuclear?
-Mi país confió en las garantías que se brindaban en el Memorándum de Budapest. La práctica demostró que el documento no funcionó, pues Rusia violó brutalmente sus compromisos, así como más de 300 documentos que firmó con Ucrania. Desgraciadamente, el Memorándum no garantizó nuestra seguridad y, desde la invasión a gran escala de febrero de 2022, Rusia empezó a ocupar las centrales nucleares y a considerarlas como objetivos militares, algo nuevo en la táctica y estrategia militar. Primero lo hizo temporalmente en Chernóbil, donde además ha robado equipamiento; y hoy lo sigue haciendo en la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa. Las irresponsables actividades de Rusia en la central y sus constantes provocaciones constituyen una amenaza a la seguridad nuclear y ponen en peligro no solo a Ucrania, sino a toda Europa y a la propia Rusia. Incapaz de lograr el éxito en el campo de batalla, la Federación Rusa recurrió a su último recurso: aumentar significativamente el chantaje nuclear. Por lo tanto, el mundo debe dejar en claro, de forma inequívoca, que no se dejará intimidar y debe aumentar aún más la presión sobre el país agresor en todas las direcciones posibles.
-¿Confía en que pueda resolverse la situación de ocupación ilegal de la central nuclear de Zaporiyia?
-Ha habido distintos llamamientos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) a Rusia para que retire sus unidades y todo su equipo militar de Zaporiyia y devuelva la central nuclear al control del gobierno de Ucrania. Nosotros apreciamos el involucramiento y el compromiso personal del director general del OIEA, Rafael Grossi. También agradecemos la postura firme y contundente de Argentina en el reclamo por la devolución de las instalaciones de la central al gobierno de Ucrania, que debe regresar al control operativo del gobierno de Ucrania. Por el bien de la seguridad nuclear, el mundo entero debe hacer todo lo posible para garantizar que Rusia abandone la central nuclear lo antes posible.
Los crímenes de guerra contra los niños ucranianos y la orden de arresto internacional contra Putin
-¿Su país está conforme con las órdenes de arresto dictadas por la Corte Penal Internacional (CPI) contra Vladimir Putin y su comisionada para Derechos del Niño, María Lvova-Belova, por la deportación forzosa de niños ucranianos?
-Entre los múltiples crímenes cometidos por el invasor, los más flagrantes son los que se cometen contra los niños ucranianos: el secuestro y desplazamiento forzoso de los niños ucranianos de los territorios temporalmente ocupados por Rusia. Después de secuestrarlos, comienzan a adoctrinarlos, modifican sus datos personales y los dan en adopción a familias rusas. Contra la voluntad de los propios niños, también les otorgan la ciudadanía rusa. Todo ello dificulta su búsqueda y retorno a Ucrania. Ha sido muy importante la orden de arresto contra el dictador Putin y su cómplice, María Lvova-Belova. Nosotros hemos documentado más de 20.000 casos, pero, según datos extraoficiales, hay entre 200.000 y 300.000 niños ucranianos secuestrados y deportados forzosamente.
-¿Qué pasos se están dando para lograr el regreso de esos niños a sus hogares?
-En febrero de 2024, se conformó la Coalición Internacional por el Retorno de los Niños Ucranianos. Argentina fue el 37.° país en sumarse a ese instrumento. La coalición es copresidida por Canadá y Ucrania, y hoy está integrada por más de 40 países. También agradecemos a aquellos países que contribuyen a este asunto a nivel bilateral. Esperamos que, en el marco del respeto del derecho internacional, todos los países del mundo cumplan sus compromisos y deberes. Confiamos en que la comunidad internacional siga presionando al régimen de Rusia para que todos los niños secuestrados vuelvan a sus hogares en Ucrania.
-El presidente Putin ha hecho muy pocos viajes internacionales después del inicio de la invasión a Ucrania, pero sí ha visitado China, ha recibido al primer ministro de India y sigue participando de las Cumbres de la Organización de la Cooperación de Shanghái y del Grupo BRICS. ¿Qué significa para Ucrania?
-Putin cometió un terrible crimen de agresión armada contra un Estado soberano e independiente, que provocó miles de víctimas inocentes. Por lo tanto, debería ser completamente aislado internacionalmente y llamado a rendir cuentas por su responsabilidad penal. Esperamos que los países mencionados en su pregunta entiendan muy bien lo que hoy representa el régimen que gobierna la Federación Rusa. Son países muy importantes y que tienen mucho peso en la comunidad internacional. China, por ejemplo, es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Son países que pueden influir para lograr el objetivo de una paz justa, duradera y sostenible en Ucrania.
-¿Ucrania tiene diálogo con esos países?
-Nosotros invitamos tanto a China como a India y Brasil a participar en los distintos eventos, en el marco de la “Fórmula de Paz” presentada por el presidente Zelensky. Estamos en comunicación con todos ellos, les explicamos nuestra visión y escuchamos sus propuestas. Todos los países del mundo se beneficiarán después de alcanzar la paz justa, duradera, sostenible e integral en Ucrania. Estamos abiertos a trabajar juntos para poner fin a la guerra, siempre garantizando el pleno respeto de la independencia y la integridad territorial de Ucrania en el marco de sus fronteras internacionalmente reconocidas en 1991, año de la disolución de la Unión Soviética.