Los incendios forestales se expanden a ritmo desenfrenado, destruyendo todo a su paso. Miles de hectáreas arrasadas, decenas de casas destruidas, animales muertos y cientos de evacuados, ese es el panorama desolador en la provincia de Córdoba. A medida que los bomberos y voluntarios luchan contra el fuego, se especula sobre posibles intereses inmobiliarios y agrícolas detrás de esta tragedia.
El desolador panorama se da en un contexto en el que la expansión urbana en áreas con vegetación natural contribuye a que el 95 % de los incendios sean provocados por intervención humana. En medio de la devastación, los vecinos intentan combatir las llamas con bidones de agua y herramientas improvisadas.
Mientras un país entero mira azorado la devastación, para los lugareños, no se trata de una novedad. De hecho, la provincia de Córdoba se encuentra entre los diez lugares con mayor incidencia de incendios forestales del mundo, incluso estuvo, por frecuencia y extensión, en el primer lugar durante varios meses de la pandemia por COVID-19. DEF dialogó con el geógrafo, docente e investigador del CONICET Joaquín Deón, experto en este tipo de fenómenos meteorológicos.
Incendios en Córdoba: devastación récord que expone intereses ocultos
-Por quinto año consecutivo, la provincia sufre estos incendios voraces. Es impactante la superficie quemada –más de 69.000 hectáreas– teniendo en cuenta que estamos al comienzo de la época de sequía.
-Podría considerarse de ese modo, si consideramos que, en la temporada anterior, se incendiaron 41.000 hectáreas. Pero la realidad es que Córdoba sufre incendios sistemáticos, entre los cuales se destacan los de 2021-2022, cuando se quemaron en un año 350.000 hectáreas.
-Muchos responsabilizan al cambio climático de estos desastres; sin embargo, nadie ignora que existen detrás otros intereses.
-Sin dudas. Hay un interés económico que se ve beneficiado con la pérdida de la vegetación nativa y el cambio en el uso del suelo. A mayor destrucción, mayor empoderamiento económico de las personas que tienen intereses particulares, porque, aunque hay marcos normativos que regulan las actividades autorizadas, muchos los sortean y logran sus objetivos.
Un ejemplo claro es lo que está ocurriendo en la ciudad de La Calera, donde, pese a que no se permite el avance urbano inmobiliario sobre zonas de reserva o en áreas incendiadas de propiedad estatal, días atrás se realizó una audiencia pública por un proyecto urbano inmobiliario en una zona con montes nativos quemados.
-Pensando en los números, ¿podemos decir que es un triste récord?
- Sí, el récord de vivir en una provincia (y no hablo solo del gobierno actual) donde prima una política de destrucción por parte de agentes dentro del Estado que siguen estando allí. El objetivo es acaparar y siempre encuentran la forma de beneficiarse.
Un ejemplo claro es el de las cuencas hídricas donde se están construyendo obras de interés público –categoría permitida por la Ley 9814– para abastecer de agua a grandes empresas tamberas, que son transnacionales y así utilizan el recurso hídrico provincial. Creo que el récord más triste es el que las sierras sean cada vez menos de los cordobeses y pasen a empresas privadas, a las que poco les preocupa el factor medioambiental.
El rol de los factores climáticos y la intervención del Estado
-Según denunciaron, varios bomberos fueron atacados por vecinos. ¿Cuál puede ser la razón?
-Probablemente, hayan sido familias que consideran que no actuaron a tiempo, sin tener en cuenta que los bomberos deben anteponer, además de la vida de los otros, sus propias vidas.
Esas personas eligen vivir en ese lugar y condiciones, y la realidad es que la cuando confluyen determinadas condiciones meteorológicas, de hábitat y de sequía, se transforman en zonas de riesgo de incendios interfaz/interfase.
-¿Qué significa “riesgo de incendios interfaz/interfase”?
-Se trata de áreas diferentes donde, una vez producido el incendio, avanza más allá de donde se originó. Por ejemplo, en zonas contiguas urbanas y rurales, al estar las viviendas rodeadas de mucha vegetación y material combustible, cuando llega el fuego, lo devora todo. Aunque parezca elemental decir que es preferible perder la casa que la vida, la realidad es que mucha gente que viene de una situación económica precaria se resiste a aceptar que en minutos desaparezca lo que tanto le costó. Al punto que suele oponerse cuando se les pide que evacúen.
-¿Cómo interviene el Estado en estos casos?
-El Estado gira fondos de emergencia cuando la destrucción es total y los daños económicos son muy importantes sobre establecimientos agropecuarios o turísticos, pero muy pocas veces sobre las viviendas. La etapa posterior a estos desastres, la de reconstrucción, está a cargo de municipios que no cuentan con fondos. Volver a habitar esos espacios es sumamente complejo, por lo cual mucha gente decide abandonar su casa o venderla a muy bajo precio a especuladores inmobiliarios.
¿Qué es el modelo extractivista y por qué se da en Córdoba?
-La Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias de Córdoba propuso reflexionar sobre el ordenamiento territorial para buscar un equilibrio con la naturaleza. ¿Cómo se entienden esas declaraciones?
-Los productores dicen querer buscar ese equilibrio a fuerza de incendios, porque para ellos, además de ser una forma de acumular poder económico a través de la concentración de tierras, es una herramienta de desmonte natural. Los incendios generan el despoblamiento de las áreas rurales con monte, la devaluación de la tierra con la consiguiente especulación inmobiliaria y la posesión de campos vecinos por parte de terratenientes que se quedan con la tierra de maneras poco claras.
-También en sus declaraciones los dirigentes agropecuarios mencionaron que tienen la ciencia a su favor. ¿A qué se refieren?
-Lo que tienen a su favor es la ciencia del despojo, de la genética y los agrotóxicos, la de los grandes vehículos para transportar lo que se saca de la tierra, como el agua. No me refiero a camiones cisterna, sino al agua virtual, la que no se ve, la que se lleva en ganado en pie, en granos, en oleaginosas. Eso es agua que se va, son cuencas que se secan, bosques que se mueren. No se puede encontrar equilibrio en el despojo.
-¿Qué proponen?
-En Córdoba, solo se proponen los monocultivos o la ganadería a gran escala debajo de los árboles. Con la excusa de la ganadería o la producción silvopastoril, lo que buscan es sombra para sus animales (miles de cabezas de ganado), sin tener en cuenta que destruyen los otros niveles –arbustos, herbáceas, hongos, líquenes, claveles de aire, bacterias, animales, todo lo que vive ahí– necesarios para los distintos servicios ecosistémicos que brinda el bosque. Para lograrlo, utilizan un método prohibido: el desmonte químico.
Inversiones en tecnología contra incendios en Córdoba: ¿realidad o discurso?
-El gobierno afirma que hace inversiones millonarias en tecnología de última generación tanto en equipos y elementos personales para los bomberos como en vehículos y aviones. ¿Es real que cuentan con recursos tecnológicos y humanos idóneos para prevención y control de catástrofes?
-Existe un ranking relacionado con el uso de tecnologías para combatir incendios donde Córdoba figura como uno de los más importantes compradores de material para esos negocios. Hubo una causa judicial con las empresas productoras de mochilas en las que participaban los presidentes de los cuarteles de bomberos de Calamuchita, que resultaron ser quienes provocaban los incendios.
Me refiero a los incendios ocurridos hasta los años 2012 y 2013. Por otra parte, se están llevando adelante investigaciones, en las que ya hay detenidos, asociadas al ocultamiento de pruebas por otros delitos.
-En este contexto, ¿cómo definirías la situación medioambiental de Córdoba?
-Córdoba es una provincia exportadora de un modelo extractivista único, que utiliza los incendios para generar un impacto ambiental casi irreversible, que destruye las cuencas hídricas y permite el acaparamiento del bosque, del agua y de la tierra.