Sos un oficial de la Armada Argentina destinado en la base naval “Mar del Plata”. Es lunes y todavía no amaneció. Te despedís de tu familia y deseás que, en tu hogar, nada salga mal durante los 15 días que permanecerás embarcado, junto a otros 40 hombres y mujeres de la Fuerza. La misión es clara: vigilar una de las mayores fuentes de recursos y riquezas del país, el mar argentino.
Para esta tarea, el Estado adquirió cuatro patrulleros oceánicos a Francia. Son los más modernos de la Armada y el hecho de que estén en capacidad de operar (con lo que eso conlleva y la inversión que demanda) refleja que el cuidado del litoral marítimo con sus más de 4500 kilómetros y de la zona económica exclusiva de más de 1,5 millones de kilómetros cuadrados es de interés nacional.
Justamente, para dimensionar el trabajo que los efectivos llevan adelante en esa zona del país con los medios de la Armada, DEF subió a bordo de uno de esos patrulleros, al ARA Contraalmirante Cordero. La visita fue durante el recorrido del ministro de Defensa, Luis Petri, a la base naval “Mar del Plata”.
El mar argentino, zona de interés económico
¿Por qué el foco está puesto en esa zona del Atlántico? Básicamente, por su biodiversidad. El mar argentino cuenta con varias especies explotables. La más valorada y costosa es el calamar illex.
De hecho, gran parte de los recursos de esta zona del Atlántico se exporta a aproximadamente 100 países. ¿Los principales? España, China, Estados Unidos, Italia y Brasil.
El interés económico de la zona lleva a que, año a año, miles de buques extranjeros se instalen en el límite de la milla 200. Para evitar que ingresen a aguas nacionales, que, según el área, están protegidas, la Armada y la Prefectura Naval llevan adelante tareas de patrullaje.
La Armada en el mar argentino
El organismo que tiene bajo su órbita el control del mar argentino en el marco de la Armada es la División de Patrullado Marítimo. Y, para este tipo de operaciones, dispone de cuatro de los buques más modernos de la Fuerza: los patrulleros oceánicos ARA Bouchard, ARA Storni, ARA Piedrabuena y ARA Cordero.
Un dato: estos patrulleros fueron adquiridos a la firma francesa Naval Group. Y, a medida que llegaron, según las necesidades operativas, la empresa le sumó a cada uno de ellos una serie de modificaciones.
Por ejemplo, DEF subió al Contraalmirante Cordero, buque que, en proa, posee una hélice con motor eléctrico que le permite amarrar y desatracar de un muelle durante una operación.
Otra diferencia fundamental con el primero de este tipo de buques que llegó al país (el Bouchard) es que este tiene tanques de compensación en el centro del buque para estabilizar la cubierta de vuelo durante operaciones con aeronaves; los otros tres poseen aletas estabilizadoras.
A bordo del Contraalmirante Cordero
El patrullero ARA Contraalmirante Cordero, al que DEF pudo subir, está capacitado para realizar tareas de control de los espacios marítimos y de salvamento, búsqueda y rescate de largo alcance.
De hecho, durante la visita, el buque se encontraba de guardia “SAR” (búsqueda y rescate, por sus siglas en inglés) a seis horas de aviso.
Para cumplir con todas las misiones que tiene a cargo, el “Cordero” cuenta con modernas consolas desde las que se pueden operar los sistemas de navegación, de máquinas y de alarmas y seguridad contra incendios.
“También tenemos una central de información de combate donde, a través de sensores, la unidad puede verificar el estado de la navegación y la identificación de contactos aéreos y de superficie”, explicaron desde Mar del Plata, al tiempo que detallaron que todos los sistemas están integrados a través de un mismo software, el Polaris, que permite, en líneas generales, pasar la información recolectada por los sensores a las consolas.
Otros detalles sobre el ARA Contraalmirante Cordero
La nave posee un cañón en la proa (de 30 mm) y, sobre las bandas de babor y estribor, ametralladoras de 12,7 mm. “Todos los sistemas de armas son automáticos y se controlan desde el puente. La carga de munición es a mano”, dijeron. Además, puede brindar auxilio contra incendios a otras unidades, con cañones de agua ubicados en sus bandas.
Otro aspecto importante de este tipo de patrullero es que, desde el puente de mando, las consolas permiten saber, en tiempo real, lo que sucede en la cubierta de vuelo y en el momento de lanzar y recuperar los botes ribs (embarcaciones que pueden transportar casi una decena de tripulaciones y tienen una autonomía de aproximadamente 400 kilómetros).
Balance positivo
A la hora de hacer un balance sobre las operaciones de la división de Patrullado Marítimo, desde el buque fueron contundentes: “Contamos con cuatro patrulleros y con el buque ARA ‘Bahía Agradable’, que hace campaña antártica. Hubo mayor actividad. Las patrullas están fijas y a ellas se les sumaron los ejercicios internacionales y aquellos con la flota de mar que, por diferentes motivos, el año pasado no se pudieron concretar. A eso, se agrega el tema del racionamiento y los sueldos. Hoy se ve a la gente motivada dentro de la base”.
Justamente, una de las mayores satisfacciones de la división de Patrullado Marítimo fue poder operar en el ejercicio Passex “Gringo-Gaucho II” (con el portaaviones USS “George Washington”).
Qué dijo Luis Petri sobre el reequipamiento para la Armada
A bordo del ARA Contraalmirante Cordero –en una visita que se realizó con motivo del arribo del ministro de Defensa Luis Petri a la Base Naval “Mar del Plata”–, el titular de la cartera habló de las necesidades de la Fuerza: “Estamos en búsqueda de helicópteros y creemos que es imprescindible equipar a la Armada Argentina. En esto, también es fundamental, para efectuar el control y vigilancia del espacio marítimo, sumar drones”.
Para Petri, los patrulleros oceánicos deberían funcionar con helicópteros medianos y drones para tener mayor capacidad de alcance, sobre todo en el área que va más allá de la milla 200. “Estamos apuntando al adiestramiento, la capacitación y el equipamiento para cuidar los recursos naturales de los argentinos. Fundamentalmente, porque hablamos de incursiones de pesca en la Zona Económica Exclusiva. En ese trabajo estamos, y se están empezando a ver los frutos. Prácticamente con los mismos recursos, pero efectivamente orientados a las necesidades de las FF. AA.”, reflexionó.
“Nosotros queremos equipar a las Fuerzas Armadas de acuerdo con sus prioridades. Acabamos de cumplir una: los aviones supersónicos multirrol, que la Fuerza Aérea Argentina estaba reclamando desde hace 15 años. Cuando se desprogramaron los Mirage en el año 2015, con Nilda Garré como ministra de Defensa, la Fuerza Aérea ya llevaba cinco años buscando un reemplazo.
Existieron estudios de cuanto avión supersónico existía. Lo que no había era decisión política”, aseguró y agregó que, para la adquisición de un sistema de armas, desde la cartera priorizan las condiciones de financiamiento, la fabricación o ensamblado en Argentina, y la transferencia de tecnología.
Durante la visita a la base naval “Mar del Plata”, Petri se comunicó con el personal a bordo del destructor ARA “Sarandí” que participa del ejercicio UNITAS, una actividad combinada con las marinas de otros países del hemisferio sur (con Estados Unidos como anfitrión y Chile como coanfitrión) que apunta a profundizar el intercambio y la capacitación en materia de ayuda humanitaria, guerra de superficie, guerra antisubmarina y guerra antiaérea.
Además, el funcionario presenció un ejercicio en un simulador de la Escuela de Submarinos. Esta actividad buscó recrear una avería en un submarino con el objetivo de evaluar la destreza y el conocimiento de las maniobras necesarias para resolver este tipo de emergencia.
La necesidad de una Armada equipada y adiestrada
“Los medios de la Armada son costosos de adquirir, mantener y operar. Así que el hecho de haber incrementado las operaciones y el adiestramiento con armadas extranjeras, como las de Estados Unidos, Francia y Brasil, demanda recursos: este año, la Armada Argentina recibió más que en años anteriores”, contó el almirante Carlos María Allievi desde la base naval.
O sea, según la máxima autoridad de la Fuerza, la mayor asignación presupuestaria se tradujo en más operaciones. Eso, a su vez, impacta en la motivación del personal y, además, tiene una consecuencia fundamental: “Cada vez se rompen menos cosas, porque el que opera conoce mejor su equipo. Es un círculo virtuoso: cuanto más operamos y nos adiestramos, mejor alistados tenemos los medios”.
Asimismo, Allievi mencionó que la Fuerza que encabeza tiene el ojo puesto en la adquisición de nuevos helicópteros para reemplazar a los Fennec, que ya se encuentran al final de su vida útil: “Con un decreto de necesidad y urgencia, se nos asignó la posibilidad de gestionar con algún banco internacional un crédito para adquirir helicópteros livianos que puedan servir en cualquier buque de la Armada que opera en el mar”.
¿Por qué la Fuerza requiere este tipo de aeronave? Básicamente, porque brinda tres facilidades: permite ver más allá de las posibilidades del radar del buque y ofrece la posibilidad de evacuación médica o apoyo de búsqueda y rescate.