El espacio exterior cobra cada vez más protagonismo en la agenda internacional y se consolida como un nuevo campo de interacción entre los países, tanto para la paz como para la guerra. Además, la creciente participación de empresas privadas en el desarrollo del sector agrega un condimento más a la nueva carrera espacial.
Por esto, la visita a Argentina del general Stephen Whiting, jefe del Comando Espacial de EE. UU., cobra especial relevancia. “Pensamos que hay oportunidades de colaboración en el espacio”, destacó Whiting en una entrevista exclusiva con DEF. Durante su estadía, el general mantuvo reuniones con funcionarios del Ministerio de Defensa, la Fuerza Aérea y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), con los que profundizó incluso en la posibilidad de suministrar equipamiento a nuestro país.
Durante la charla con DEF, el comandante se refirió a la amenaza de actores no estatales y señaló a Rusia y China como sus principales preocupaciones en el campo de la seguridad espacial.
-Para entender el trabajo del Comando Espacial de EE. UU., ¿cuál es el ámbito de responsabilidad en el que opera?
-A fines de agosto, el Comando Espacial de los EE. UU. cumplirá cinco años, así que es bastante nuevo. Su responsabilidad es asegurar que podamos usar el espacio para defender los intereses estadounidenses y de nuestros aliados. Nuestro modo de vida moderno depende del espacio: por ejemplo, piense cuántas veces usamos el GPS para trasladarnos. Los que tenemos hijos adolescentes ya no nos preocupamos tanto por cómo llegan a casa por la noche, porque el GPS lo permite. Cuando yo era joven, mis padres estaban muy preocupados por dónde estaba yo y a dónde iba. Todo eso nos lo trae el espacio.
La segunda parte de nuestro trabajo es integrar las capacidades espaciales con los otros sectores de nuestro sistema de Defensa –el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea–, para disuadir a los malos actores de tomar acciones que no queremos que sucedan. Algunas de esas malas acciones están sucediendo en el espacio ahora también.
Y la tercera parte es que tenemos que proteger y defender nuestras constelaciones de satélites contra las amenazas que vemos creciendo en el dominio espacial.
-¿Qué actores considera como posibles amenazas en el espacio?
-Las amenazas que detectamos pueden venir de un amplio espectro de posibilidades. En primer lugar, pueden ser ciberataques. Ocurrió en el arranque de la invasión a Ucrania, cuando Rusia realizó un ciberataque contra compañías de comunicaciones satelitales y dio de baja a miles de usuarios de esa red.
La amenaza puede ser también una interferencia en las señales de GPS: en Europa ha habido informes de que las interferencias rusas han afectado a la aviación civil.
Pero algunos países también están construyendo láseres para atacar satélites o lo que llamamos armas antisatelitales de ascenso directo, o sea, cohetes que se lanzan al espacio y luego destruyen un satélite. Ese es el rango de amenazas potenciales que vemos. Ahora tenemos que asegurarnos de que nuestras constelaciones puedan ser defendidas.
La guerra en las galaxias
-¿Puede realmente desatarse una guerra en el espacio?
-No creemos que una guerra en el espacio sea inevitable. Definitivamente no queremos una guerra en el espacio porque, si la hubiera, sería en detrimento de toda la humanidad. Queremos que todos los países puedan aprovechar todas las cosas buenas que nos aporta el espacio: nos ayuda con el monitoreo ambiental, con la defensa, la navegación y comunicación. Queremos asegurarnos de que no haya una guerra, pero si la hay, es mi trabajo estar listo para ello.
-Recién nos mencionaba los ciberataques y acciones irregulares. ¿Los conflictos en el espacio pueden incluir actores no estatales o tener características de guerra asimétrica?
-Sí, porque hemos visto que en el ámbito “ciber” no siempre son actores estatales los que realizan los ataques. Así que es algo a lo que tenemos que prestar atención. De hecho, hemos tenido experiencias en el pasado de gente usando satélites de comunicación sin aprobación. Los llamamos “piratas de satélites”. Así que tenemos que estar preocupados por actores no estatales, pero las mayores amenazas vienen de actores estatales.
-¿Tiene algún nombre para esos actores estatales que le preocupan?
-Sí, por supuesto. Antes, mencioné a Rusia: tres meses antes de que invadiera Ucrania, en noviembre de 2021, realizó un test de armas antisatélites contra uno de sus propios satélites. Eso dejó más de 1500 piezas de desecho en órbita.
Si nos remontamos a 2007, China también realizó un test contra un satélite propio, que dejó más de 3500 piezas de desecho en órbita. Y casi todo eso todavía está en órbita y afecta a la Estación Espacial Internacional y a las constelaciones estadounidenses y de otros países. Así que esas son acciones irresponsables, no las de países que tienen como prioridad hacer que el espacio sea seguro y sostenible.
-Como seguramente sabrá, en Argentina hay una instalación espacial de China en la provincia de Neuquén. ¿Qué opinión tiene al respecto?
-Tenemos conocimiento de esa instalación, pero no sabemos mucho sobre ella. Los chinos no tienden a ser muy transparentes con respecto a sus actividades. Así que hemos alentado a Argentina para que entienda lo que está sucediendo allí. Cuando dos países se asocian, pensamos que es importante que sean transparentes entre sí. No está claro si China está ayudando a sus socios a mejorar o si solo los están usando para sus propios intereses.
La relación con el sector privado
-Algo muy interesante en la actividad espacial militar es que está obligada a interactuar con industrias privadas de alta tecnología y la academia, entre otros medios civiles. ¿Cómo es trabajar en ese ambiente?
-Me gusta llamar a esta época la “segunda era dorada del espacio”. En 1969, Neil Armstrong salió a la superficie lunar y todo el mundo se inspiró por lo increíble que fue ese logro. Yo no lo recuerdo porque era muy pequeño, pero estaba vivo. Hoy en día, creo que el mundo es igualmente inspirado por el espacio, pero está siendo dirigido por industrias comerciales. ¿Quién habría imaginado hace una década que sería normal que un cohete pudiera lanzarse y volver a aterrizar? No lo creíamos. Ahora vemos el regreso de astronautas lanzados por los Estados Unidos, y en los próximos años volveremos a la Luna y creo que, en algún momento de mi vida, veré humanos en Marte.
Entonces, la industria comercial está realmente dirigiendo la innovación en el mercado espacial, y nosotros en el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y en el Comando Espacial tenemos importantes asociaciones con esas empresas. Queremos que puedan operar de manera segura y segura. Queremos poder aprovechar su tecnología y estamos muy contentos de que haya una economía espacial robusta en los Estados Unidos y en Occidente. En los años 60, fue el gobierno quien tuvo que construir todo por sí mismo. Ahora podemos aprovechar la inversión de los capitales privados para obtener tecnología que es muy útil para nosotros.
-¿Es difícil que el sector privado se adapte a los estándares de la Defensa?
-Es un equilibrio: hay algunas cosas en las que necesitamos muy rígidos estándares militares, por lo que nos comprometemos con esas empresas para adaptar su tecnología para que puedan cumplirlos, pero hay muchas áreas en las que podemos adoptar sus estándares, los estándares comerciales, porque ya de por sí tienen que ser muy altos para sobrevivir al lanzamiento y luego estar en órbita por muchos años. Así es que tratamos de elegir muy atentamente las misiones que necesitan un estándar militar, para que podamos aprovechar la capacidad comercial sin tener que gastar dinero adicional para adaptar esos estándares a los militares.
-Antes nos mencionaba toda la basura espacial producida por la destrucción de satélites en el espacio. Hace poco tuvimos la oportunidad de entrevistar a dirigentes de la empresa LeoLabs, dedicada a la observación de la baja órbita terrestre para evitar colisiones, y que está por instalar un radar en Argentina para esos fines. ¿Cómo ve esta acción?
-Conozco a LeoLabs porque, de hecho, mi Comando y el Departamento de Defensa de EE. UU. contratan sus servicios porque tienen muy buena información del espacio. Estamos entusiasmados de que haya una industria comercial que está evolucionando para ofrecer información espacial. Sé que están hablando con Argentina sobre la posibilidad de traer un radar a Tierra del Fuego.
En Argentina tienen una muy buena geografía, porque no hay mucha tierra cerca del Polo Sur. Así que poder observar satélites que regularmente orbitan alrededor del Polo Sur es muy útil. Y de la misma manera en que en Estados Unidos insistimos en tener total transparencia sobre las empresas –saber de quiénes son, conocer su estructura y lo que están haciendo con los datos–, alentamos a que Argentina haga lo mismo. La transparencia es de gran importancia, tanto en relación con el país como con una compañía comercial.
Gira por Argentina
-¿Qué nos puede contar de su visita al país?
-Ha sido una visita excelente. Es mi primera vez en Argentina, pero estamos fortaleciendo las relaciones positivas que ya teníamos. Por supuesto, los Estados Unidos y la Argentina han tenido relaciones diplomáticas por más de 200 años, pero, al igual que lo hizo el Ministerio de Defensa argentino y el Departamento de Defensa estadounidense con la compra de los F-16 y de los aviones de supervisión marítima P-3, estamos aumentando nuestra colaboración con la Argentina. Pensamos que también hay oportunidades de colaboración en el espacio. Ambos, los Estados Unidos y la Argentina quieren que el espacio se mantenga seguro y sostenible para toda la humanidad. Así que hemos tenido excelentes charlas con el Ministerio de Defensa y con la Fuerza Aérea argentina sobre cómo podemos seguir haciendo eso.
-¿Cree que puede haber una relación entre Argentina y Estados Unidos en el tema espacial?
-Nos reunimos con la CONAE y hablamos de los 30 años de trabajo en conjunto con la NASA, así que esperamos más en esa línea. Pero también nos reunimos con el Ministerio de Defensa y la Fuerza Aérea y hablamos de algunas cosas que ya hicimos en relación al espacio: hubo dos conferencias espaciales de las Américas, un grupo de países norteamericanos y sudamericanos cuyos militares se unen para hablar de cómo podemos usar el espacio para defender mejor nuestros países y para asegurarnos de que el espacio se mantenga seguro y sostenible. Argentina ha sido parte de eso. También hemos tenido dos conferencias para escribir una doctrina de espacio común por todo el hemisferio occidental.
Además, estamos buscando algunas formas adicionales para compartir datos SSA (datos de conciencia espacial situacional) y, tal vez, incluso proveer algún equipamiento para colaborar con Argentina y proporcionar capacidad para que pueda operar y compartir la información juntos. Vemos una gran promesa en el futuro con el Ministerio de la Defensa.