El apellido Kennedy ha estado ligado a la historia contemporánea de EE. UU. John Fitzgerald Kennedy fue presidente entre 1961 y 1963, cuando lo asesinaron en Dallas. Su hermano Robert fue fiscal general entre 1961 y 1964, y luego senador hasta 1968, año en que se lanzó como candidato del Partido Demócrata en las elecciones rumbo a la Casa Blanca. El hijo de este último, Robert Jr., tenía 14 años cuando su padre fue asesinado, el 6 de junio de 1968, en la cocina del hotel Ambassador de Los Ángeles.
A 56 años de este último homicidio, Robert Kennedy Jr. cree que ha llegado su momento. En octubre de 2023, renunció al Partido Demócrata, en el que históricamente ha militado su familia, y se lanzó como candidato independiente a la Casa Blanca. A los 69 años, quiere hacer ruido y terciar en la disputa presidencial de la principal potencia del planeta.
En un escenario político dominado por dos grandes partidos, el Demócrata y el Republicano, ha apelado a las promesas de transparencia, lucha contra la corrupción y vuelta a los valores tradicionales. “Es hora de que un presidente independiente repare la división en nuestro país”, sostuvo, al lanzar su postulación.
Robert Kennedy Jr., un personaje controvertido
Bobby, tal como todos lo conocen, es un personaje muy polémico. Aunque busca ser reconocido por su activismo ambiental, sus posturas conspiranoicas y la difusión de noticias falsas lo han ubicado en el centro de la escena. Su activismo contra la ciencia y las declaraciones carentes de fundamentos lo convirtieron en una figura polarizadora.
Durante la pandemia de COVID-19, Kennedy Jr. se destacó por su posición contraria a las vacunas y por las teorías conspirativas, lo que le permitió ganar seguidores, pero también muchos críticos. Ese activismo le sirvió de plataforma para lanzarse a la arena política.
Kennedy Jr. fundó Waterkeeper Alliance, una organización no gubernamental que reúne a más de 300 entidades en unos 40 países para suministrar agua potable a las poblaciones indígenas en América Latina y Canadá.
Durante la pandemia, presidió Children’s Health Defense, una plataforma que tomó impulso por alentar a los ciudadanos y legisladores a apoyar regulaciones y leyes antivacunas. El crecimiento del grupo en la pandemia dio lugar a capítulos internacionales, especialmente en Canadá, Europa y Australia.
Bobby, envuelto en polémicas declaraciones
Ya en el pasado, Kennedy Jr. fue blanco de críticas por sus declaraciones sobre temas vinculados a la salud. Una de sus declaraciones más recordadas fue que la emergencia del VIH-sida había sido fabricada para que las corporaciones vendieran más fármacos.
En pleno auge del COVID-19, sostuvo que los chinos y los judíos eran inmunes al virus. También dijo que las vacunas provocan autismo y que un medicamento antidepresivo es el responsable de los tiroteos masivos en EE. UU. Asimismo, señaló que los químicos presentes en el agua convierten a los niños en transgénero.
El 5 de junio de 2023, invitado por Elon Musk, participó de un debate en Twitter Spaces, que le permitió amplificar su mensaje y acceder a una audiencia mucho más amplia que la de sus mítines electorales.
Mientras sus seguidores lo ven como un líder valiente y honesto, sus detractores lo acusan de ser un peligro para la salud pública y la estabilidad política del país. Kennedy Jr., lejos de retractarse de su posición, revalidó sus insólitas propuestas y mantuvo sus cuestionamientos a las empresas farmacéuticas.
Dudas y críticas familiares
Dentro de la familia Kennedy, hubo también cuestionamientos a esta candidatura. Su propia hermana Rory dijo que le preocupaba que la candidatura de Bobby le quitase votos a Biden y condujera a la elección de Donald Trump en noviembre.
Por su parte, Jack Schlossberg, hijo de Caroline Kennedy y nieto de John Fitzgerald Kennedy, dijo que su primo Bobby solo busca “un beneficio personal y fama”. “Su candidatura es una vergüenza”, afirmó en un video que circuló por las redes sociales.
Cuando quedan cuatro meses para las elecciones, está por verse si el arrastre del apellido Kennedy y la figura del excéntrico Robert podrán sacudir el tablero, en un país acostumbrado al bipartidismo.