La editora general del Penguin News, periódico semanal de Malvinas, recibió a DEF durante una cobertura especial y exclusiva en las Islas. La entrevista -cuya versión completa podrán leer en DEFonline- se llevó a cabo en la redacción del medio, ubicada en la céntrica calle Ross Road, de Puerto Argentino. Entre los principales temas tocados sobresalen la actualidad de las Islas, la posible explotación petrolera y la ampliación del puerto por parte de los británicos. ¿Cuál es la mirada que tienen los isleños sobre Argentina?
Nacida y criada en Malvinas, Lisa Watson tenía 13 años cuando Argentina las recuperó. No tiene un buen recuerdo de aquellos días: la granja de su familia fue el punto de rendición de seis miembros del cuerpo de Royal Marines que habían escapado después del desembarco del 2 de abril de 1982. Las tropas argentinas entraron en su casa y realizaron una fuerte requisa.
Pasada la guerra, Watson aprovechó la inyección de dinero que dispuso Gran Bretaña para la población de Malvinas y, gracias a una beca, estudió literatura inglesa en la Universidad de Bangor, en Gales. En 1999, ingresó a Penguin News como editora asistente y, al año siguiente, accedió a la dirección del semanario.
En esta oportunidad, nos interesaba hablar con ella no sobre la época de la guerra o sobre cuestiones de soberanía, sino sobre la actualidad de Malvinas. Su trayectoria la convierte en una voz autorizada para conocer qué impacto tuvo el enorme crecimiento económico que experimentaron los isleños fruto del otorgamiento de licencias pesqueras (a las que el Estado argentino se opone, por considerarlas ilegales) y una posible explotación petrolera off-shore. Claro, durante la charla, diferimos en la toponimia: ella hablará de “Falkland Islands”; nosotros, de “Malvinas”.
La mirada sobre la Argentina de Lisa Watson
-Como experta en la realidad internacional y conocedora de la comunidad local, ¿ves posibilidades de encontrar algunas posiciones de acuerdo entre Argentina y los isleños?
-Es muy difícil responderte. Y es todo un poco loco, porque cuando conozco gente de Argentina, siempre pienso que sería tan fácil entendernos… Sin embargo, es una cuestión política y son los políticos los que nos mantienen separados.
-¿Hoy las relaciones pasan más por un tinte ideológico que por una política de Estado o de interés nacional?
-Sí, absolutamente. Quizás soy parcial, pero a veces siento que está en el interés de los políticos argentinos mantener separados a los argentinos de las islas Malvinas. Siento que a los políticos argentinos les conviene que haya conflicto; no al gobierno de las islas. Cuando hablo con argentinos, siempre están muy sorprendidos por la realidad de las islas. Es como si un velo se levantara y hubiera un entendimiento. También creo que, a veces, muchos habitantes de las islas se sienten un poco incómodos cuando hay argentinos. Es bueno que vengan a Malvinas y vean cómo vivimos. De alguna manera, este lugar pertenece a todos en el mundo. La tierra es solo tierra, ¿sabes?
Islas Malvinas: presente, impacto del Brexit e infraestructura
-¿Cómo describirías la situación actual de las islas?
-Yo diría que, comparado con la situación actual de muchos otros países, es muy razonable. Desde ya que la pandemia de COVID-19 nos afectó: el turismo y la industria de la hospitalidad han sufrido y eso también afectó a nuestra comunidad rural, porque muchos dependen en parte de esta industria ya que ofrecen servicios de bed & breakfast.
Sin embargo, en líneas generales, diría que estamos muy bien económicamente. El gobierno de las islas tiene reservas financieras y las sigue manteniendo. La industria de la pesca ha tenido buenos años y el gobierno de Malvinas tiene ingresos por el impuesto corporativo aplicado a esa industria. Muchos de los ingresos de las islas vienen de ahí, así que las islas tienen esa excelente reserva pesquera y eso no se ha derrumbado. Gracias a esos fondos, tenemos salud pública, educación pública, y hasta una universidad.
-¿El Brexit afectó a la industria pesquera por quedar fuera del mercado común europeo?
-Sí, hubo un pequeño problema por el Brexit. Como se sabe, hubo un momento en que no había aranceles -por ser territorio de la UE- y ahora sí los hay. No fue un gran problema. Creo que hubo un nivel de “aire caliente”, como lo llamamos nosotros, en el que la industria de pesca se quejaba mucho. De todas formas, a nuestra industria de pesca le gusta quejarse mucho cuando hay algún problema. Pero, de hecho, tienen un gran ingreso. Y si hay el más mínimo problema, les gusta hacer ruido. Así que si pueden obtener ayuda del gobierno, lo recibirán. Así es la industria. Pero les está yendo muy bien, porque el Estado puede ver sus registros, puede ver cuál es su ingreso, y es realmente bueno. Entonces, en general, diría que económicamente las Islas Malvinas están muy bien, aunque nunca se pueda decir que todo esté perfecto. Todo el mundo está golpeado cuando hay problemas a nivel global.
-Si comparamos entre tu infancia y esta actualidad de una economía fuerte, ¿en qué lo podemos ver reflejado a nivel infraestructura?
-Por ejemplo, verán un aumento en el número de casas. El oeste de Stanley (Puerto Argentino) es completamente nuevo. Verán todas las nuevas casas hacia el oeste, la zona llamada “Sapper Hill”. Hace dos años, pasé por la zona de Bennett’s Paddock y no había nada. Recientemente, con un compañero, fuimos a caminar por allí y estaba lleno de casas. Fue una sorpresa enorme, la temporada pasada fui a escalar [N. del R.: Lisa Watson es aficionada a ese deporte] y había una sola casa empezando a ser construida. Ahora hay como 50 o 60. Además, está la intención de construir una nueva estación de energía. Ese es el próximo gran proyecto capital.
Energía renovable y proyectos gubernamentales
-¿La estación de energía sería alimentada por energía eólica?
-Sí, es una nueva estación de energía que será alimentada, parcialmente, con energía eólica. Pero también quieren utilizar energía solar. Ese será otro proyecto capital, y ya hay muchas personas que están preguntando por qué no están poniendo energía solar.
Otro gran proyecto es la construcción de un espacio para las personas mayores, los más vulnerables. Va a ser un gran espacio de viviendas en East Stanley, en la parte de afuera, llamado Tussac House. Lo está construyendo una compañía llamada RSK, que está asociada al gobierno, y el emprendimiento costará 14 millones de libras. Cuando me preguntás por un ejemplo de esta buena economía de las islas, ese es uno de los proyectos que podemos citar.
-¿Estos proyectos son gestionados por el gobierno?
-Sí y tienen colaboradores, básicamente socios de construcción. RSK es una compañía del Reino Unido.
-Como mencionaste antes, siempre hay algo que no funciona bien. ¿Cuál es el problema principal que encontrás en Malvinas?
-Lo llamamos el “factor de las islas”. Creo que se aplica para cualquier comunidad que vive en una zona insular. Siempre hay carencias y está el impacto del costo que implica transportar cualquier producto a una isla o la lentitud que lleva la importación. El precio de la importación es muy alto y eso siempre es un problema.
Otro problema es la falta de recursos humanos. Por ejemplo, tenemos buenos trabajadores a nivel local, pero no los suficientes. Entonces, por ejemplo, el gobierno intentará contratar gente, pero si otro contratista ofrece salarios más altos, todos los electricistas y plomeros se irán a trabajar allí. Soy muy afortunada: mi pareja es electricista. Él trabaja para RSK, pero si quisiera, podría dejar la empresa y conseguir otro contrato local, probablemente por un precio ridículo.
El horizonte petrolífero en Malvinas
-Después de una primera iniciativa en 2012, volvió a sonar con fuerza la posibilidad de explotar el yacimiento petrolífero Sea Lion. ¿Creés que se avanzará en ese sentido?
-No lo sé. Esto sucede constantemente: siempre dicen que esta vez sucederá, pero entonces los precios internacionales del petróleo bajan y nada sucede. Todo indica que algo va a suceder esta vez, pero me parece muy difícil responder esa pregunta, porque he estado en esta posición tantas veces… Es difícil porque no soy una gran fan del petróleo.
-Te iba a preguntar, justamente, si hay voces en contra.
-Es un tema muy sensible ahora. Hace 20 años, no era un tema tan controversial. De todas formas, para las Islas siempre fue polémico, porque hablar de petróleo nos causa problemas políticos. Es un tema muy emocional para ustedes también. En cuanto surge el tema, Argentina empieza a ser más agresiva hacia nosotros.
-O sea, ¿no es solo un problema económico o ambiental, sino también político?
-Un problema ambiental es también un problema político para nosotros. Tiene muchos pros y contras. Yo creo que hay que ser muy neutral aquí. Personalmente, estoy del lado del ambiente, pero está claro que cualquier país o territorio va a sentir el beneficio de tener una economía más fuerte. Nos va a hacer sentir más independientes y con más confianza. Esa es una ventaja. Pero, al mismo tiempo, si las islas tienen más recursos, Argentina los va a querer. Eso es una desventaja. Y también en términos de reputación, los ambientalistas van a mirar a Malvinas y preguntarse qué están haciendo con el territorio. Esto es una desventaja. Hay tantos factores que hay que mirar…
-¿Y la comunidad local habla de esto?
-Sí, lo hace, aunque está muy silenciosa. Hay muchas sensaciones mezcladas. La comunidad local es muy protectora del ambiente.
-¿Qué pasó con el proyecto de renovación del puerto?
-El costo del proyecto se fue por las nubes, debido al precio de los materiales en tiempos del COVID. Lo descartaron porque, a nivel local, decían que era una locura y que estaban siendo estafados por la compañía. Después cambiaron de opinión y lanzaron una nueva licitación para ver si se presentaba alguna compañía local que pudiera asociarse con una extranjera que trajera una nueva idea. La fecha de la licitación ha sido extendida, porque creo que hubo mucho interés.
Enviados especiales de DEF a Malvinas: Juan Ignacio Cánepa y Fernando Calzada.