Esteban Vilgré La Madrid tenía casi 22 años cuando les comunicaron a él y a sus compañeros que egresarían antes de tiempo del Colegio Militar de la Nación: el país estaba en guerra con una potencia y necesitaba de los jóvenes cadetes para reforzar las unidades del Ejército Argentino en Malvinas.
Con algo de miedo –pues tendría que conducir a un grupo de hombres que, incluso, eran mayores que él–, se dirigió al Regimiento de Infantería 6, asentado en Mercedes, provincia de Buenos Aires. Allí conoció a soldados, suboficiales y otros oficiales, sin saber que sería con ellos con quienes viviría algunas de las horas más duras de su vida.
A los pocos días, le anunciaron que se trasladaba a las islas. Allí, no solo estuvo a la altura de las circunstancias, sino que guio a sus hombres durante el último contraataque por Malvinas.
Combatió con los británicos en la primera línea y vio de cerca el coraje y heroísmo de muchos de sus camaradas. También fue testigo de la muerte en combate de varios de ellos.
El desafío de regresar al continente después de la guerra
El regreso al continente, tras el cese del fuego, le deparó un nuevo desafío: la posguerra. No se quedó de brazos cruzados frente a la indiferencia y los padecimientos de los excombatientes, sino que, por el contrario, siguió luchando.
Sentó las bases dentro del Ejército para la posterior creación del Centro de Salud de las Fuerzas Armadas, del que fue director, y, más tarde, las autoridades nacionales le asignaron otros roles, como el de integrar la Comisión de Veteranos en el Ministerio del Interior.
En el año 2023, se despidió del Ejército. Tras casi 42 años de carrera, le puso fin al servicio activo. Pero, una vez más, se le presentó una propuesta que no dudaría en aceptar: a fines de febrero fue designado para dirigir el “Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur”, ubicado en el barrio porteño de Núñez, en la calle Santiago de Calzadilla 1301. La decisión hizo ruido y generó polémica en el ámbito castrense, e incluso tuvo repercusiones en los medios. “Debemos pensar cómo lograr que el público se vaya satisfecho”, afirmó, en un diálogo exclusivo con DEF.
Un Museo de Malvinas, no de la guerra
El encuentro entre DEF y el coronel Esteban Vilgré La Madrid sucedió poco después de que él se presentara trabajar en el Museo.
Sin embargo, el exmilitar ya lo había visitado: “Como público, no me gustaba, pero ahora lo entendí mucho más. Como les expliqué a los trabajadores del Museo, yo hubiera ido a la guerra por cualquiera, no lo hice porque me mandó Galtieri”.
“De hecho, también lo volvería a hacer ahora. Creo que, de todos los museos, el de Malvinas que me toca dirigir es tal vez el más pasional. Porque, por ejemplo, la casa de Urquiza, en Entre Ríos, nadie la cuestiona. Me saco de encima el veterano, el militar y mi propia visión ideológica y trato de ser objetivo, entendiendo que soy un ave de paso que tal vez tenga la suerte de dejar cosas permanentes para el país”, añadió.
¿Qué es lo que busca el Museo de Malvinas? En palabras de Vilgré La Madrid, existe una línea de tiempo, que inicia con el Tratado de Tordesillas, y que se refleja en un recorrido histórico. “Sobre todo para los que critican el Museo, es una línea bien encuadrada que no hay que cuestionar. En la línea, está el conflicto en el Atlántico Sur, pero este no es un museo de la guerra. Es un museo de Malvinas que está dirigido, sobre todo, a los más chicos, con la idea de transmitir soberanía y valores”, sintetizó.
En este sentido, Vilgré propone que sería bueno que en el Museo exista un archivo, no para las recorridas, sino para quienes quieren investigar. “Tiene que ser un polo educativo”, resaltó.
“Muchos de los que vienen se van molestos”
Con respecto a las críticas, el coronel explicó a DEF que algunos veteranos que visitaron el Museo se retiraron enojados justamente porque, de la guerra, hay muy poco.
Pero hay una explicación. El Museo “busca encontrar la manera de incluir a esos excombatientes argentinos”, ya que, subraya, “también son el público del Museo y debemos lograr que ellos se vayan satisfechos”.
De hecho, en la búsqueda de llenar ese espacio, surgió la necesidad que también tienen los familiares de los caídos en Malvinas y los heridos de la guerra. “Muchos dicen que hay que cambiar el Museo. Pero no hay que hacerlo, porque, en definitiva, este lugar tiene una idea determinada: la defensa de la soberanía nacional a través de la educación”.
Con respecto a la historia que relata, Vilgré cree en la continuidad y que hay cosas que se enriquecen con el paso del tiempo. Entonces, no propone cambiar nada, sino “alimentar algo que ya nació”.
“El Museo tiene que estar hecho para que todos se sientan representados, con el objetivo de que el visitante salga lleno de Patria, orgullo y soberanía”, dice.
Museo Malvinas: el nuevo enfoque propuesto por Vilgré
Según el nuevo director, el eje no está en la guerra, pero sí en los niños que lo visitan todos los días, quienes son los que deben llevarse de cada visita una mochila llena de valores.
“Hay un recorrido para esos chicos –que debe ser pactado previamente–, que incluye una parte de la guerra, pero no desde el punto de vista sangriento y doloroso. Aunque, de repente, puede haber un colegio que quiera incluir la parte bélica”, comenta, no sin antes insistir en que quienes critican el Museo deben ir a visitarlo para que, posteriormente, puedan manifestar qué es lo que les gustó y qué cambiarían: “Porque, cuando uno quiere modificar algo, no es una cuestión de capricho, sino que debe tener un fundamento didáctico”.
“Quiero que esto sea un polo educativo y que, si en una visita, en la que hay personas adultas dentro del público que quieren ver temas de la guerra, se pueda recorrer la línea de tiempo –que nunca nos viene mal– y además llevarse una idea de lo que fue la guerra”, explica desde las amplias instalaciones del lugar que, entre otros elementos, exhibe objetos y maquetas de los tiempos en los que Luis Vernet, primer comandante político y militar argentino de las islas Malvinas, a comienzos del siglo XIX, se estableció en las islas con su familia y algunos gauchos.
La causa Malvinas por sobre todo posicionamiento ideológico
Durante el encuentro, Vilgré La Madrid fue contundente: “No hay museo de la guerra. Argentina no lo tiene. De hecho, los familiares tampoco tienen un lugar donde exhibir la historia de los caídos”.
“Una mamá de un caído de mi regimiento me mandó un mensaje muy lindo: ‘Esteban, te felicito, ahora voy a poder volver al Museo porque fui una vez y no me gustó’”. Lo dijo porque el Museo tiene un lugar dedicado a los caídos con tablets que cuentan la historia de cada uno, pero los dispositivos electrónicos funcionaban mal. Además, hay un salón que muestra, en perspectiva, el cementerio de Darwin, pero en un salón oscuro. “Esa mamá vino y me dijo que no le gustó porque le pareció que se trata de un espacio oscuro y frío y no quiere que su hijo sea recordado de esa manera. De hecho, busca un lugar con luz y alegría. Y tiene razón”.
Al respecto, explicó a DEF que se trató de una crítica positiva hecha por la mamá de un caído. “Tiene más de 80 años, ¿cuántos años le quedan para ver a su hijo representado en el Museo? No es una cuestión ideológica ni política, sino que es una madre que quiere que su hijo esté representado de otra manera”.
Entonces, insistió Vilgré, lo mejor es convocar a la Comisión de Familiares para que “colaboren para embellecer estos espacios, así como también a las asociaciones de veteranos de guerra, sin importar el posicionamiento político de cada uno de ellos”, agregó, no sin antes subrayar que él no encarna el Museo ni tampoco piensa hacer varias cosas que se dijeron sobre él.
Sucede que circularon comentarios en el ámbito castrense que decían que iba a echar gente. “Me dio gracia porque a mí nadie me bajó línea. Considero que hay que respetar a los empleados del Museo. De hecho, desde que llegué, me entrevisté con ellos. Porque mi intención es lograr algo trascendente para el país y que escape a las ideologías”.
“El Museo está enclavado en un espacio para la memoria y tiene una idea cultural realizada. Quiero que el Museo represente la causa y, para eso, necesito el consenso de los empleados”, remarcó.
En ese sentido, el actual director cuenta que, al recorrer, notó la pasión de los trabajadores. “Desde la arquitecta, que me contaba sobre el sentido del parque acuático, hasta el trabajador que me explicaba el funcionamiento de la moderna maquinaria que posee el Museo. Tengo que ser respetuoso con ellos, porque son quienes manejaron el proyecto que, además, es el mismo que existe ahora, porque no cambié ni una coma”, confiesa.
“Tener muertos en combate cercanos me dio el derecho a exigirles a nuestros dirigentes que estén a la altura”
“No estaría acá si no fuera veterano de guerra. Malvinas me dio el orgullo de ser argentino y conocer el valor supremo de dar la vida por la Patria. Y, por tener muertos en combate cercanos, me dio el derecho de exigirles a nuestros dirigentes que estén a la altura de esos caídos”, destacó durante la entrevista.
¿Qué quiere Vilgré La Madrid? “Que se sepa la historia de Malvinas para que podamos sentir orgullo de nuestros guerreros. Además, considero que el Museo tiene que hacer justicia desde su lugar de polo educativo y cultural. Y que debe haber memoria de lo que se hizo en la gesta heroica de la Patria”.
Y concluyó: “Vine a representar a todos los argentinos y veteranos de guerra en un museo que no es de la guerra, pero que cuenta la historia de Malvinas. Cuando la línea de tiempo llega a 1982, quiero que el público sienta que vale la pena ser honesto, el sacrificio de una nación y que hoy puedan existir personas que, si bien caminan con sus fantasmas de la guerra, están dispuestas a seguir”.