El año pasado, la industria espacial cerró el mejor año de su historia y proyecta un 2024 superador. La llegada del módulo Odysseus a la Luna es el puntapié de una temporada repleta de misiones que será conocida como el reinicio de la carrera espacial, esta vez con recursos, tecnología y presupuestos inéditos.
La industria espacial experimentó un 2023 con grandes números y fue la ratificación de que los esfuerzos tecnológicos y científicos iban por el camino correcto. Un total de 222 lanzamientos orbitales fue el récord que supera ampliamente las 186 y 145 misiones realizadas en 2022 y 2021 respectivamente.
Las bases de un récord avasallador
El incremento anual de los lanzamientos es un indicio de una mayor seguridad en las plataformas de despegue, una gran noticia al ser la primera etapa de la misión. Un lanzamiento seguro, más allá del éxito propio de la operación que integra, fomenta el surgimiento de nuevas iniciativas.
El 2023 fue una novedad también por la naturaleza de los objetivos y sus impulsores. Del total de lanzamientos orbitales, 98 corresponden a la empresa SpaceX de Elon Musk y 67 al gobierno de China.
La compañía del empresario e inversor sudafricano lideró ampliamente los esfuerzos espaciales, con el foco puesto en la Tierra y en la eterna ambición terrestre de llegar a Marte. Durante todo el año, dedicó dos tercios de sus lanzamientos para enviar satélites con el fin de desarrollar la red de banda ancha Starlink y, además, puso a prueba con éxito los cohetes Falcon 9 y Falcon Heavy.
Sin embargo, dentro del gran número se contabilizan los dos vuelos de prueba del Starship, una nave reutilizable que aspira a ser el transporte del futuro a la Luna y Marte, entre otros destinos. Este proyecto, en estrecha colaboración con la NASA, tuvo dos estruendosos fracasos que obligaron a que se postergue para este año.
La iniciativa privada de Elon Musk abrió las puertas a otras empresas como Amazon, que puso en órbita dos satélites de prueba. Ambos forman parte del Project Kuiper, una red satelital que pretende incursionar en el mercado de SpaceX y competir por el liderazgo del servicio de Internet de amplia cobertura y bajo costo.
Marte y la Luna, los objetivos de SpaceX, Jeff Bezos y Boeing
El 2023 fue una declaración de intenciones y los objetivos fijados para 2024 constituyen el comienzo de la carrera espacial. A diferencia de la competencia durante la Guerra Fría, esta vez no solo se verá en acción a las agencias gubernamentales de las potencias mundiales, sino también a empresas privadas con un rol fundamental.
La NASA, Intuitive Machines y SpaceX ya mostraron lo que la colaboración entre el sector público y privado puede lograr. El módulo Odysseus de Intuitive Machines, el Falcon 9 de Elon Musk y el equipamiento científico-tecnológico de la agencia espacial estadounidense lograron el primer alunizaje en 52 años.
La histórica misión exploró por primera vez el polo sur de la Luna y recabó datos sobre la superficie lunar y la influencia de los distintos fenómenos naturales.
Industria espacial: la eterna competencia por los lanzamientos
La ambición de SpaceX no se detiene ahí. La compañía de Musk planea realizar 12 lanzamientos por mes y, dentro de ese número global, hay objetivos interesantes. Volverán a la carga con las pruebas del transporte Starship como una de las tantas fases previas al objetivo final de llegar a la Luna y a Marte.
Polaris Down será sin dudas la misión del 2024, que buscará llevar a cabo la primera caminata comercial en la Luna y realizará la prueba piloto de las comunicaciones láser Starlink en el espacio.
Otros actores privados se suman a la carrera espacial. Boeing, la empresa multinacional estadounidense conocida por sus aviones, misiles y satélites, se encuentra en el desarrollo del CST-100 Starliner junto a la NASA. Este proyecto es el más importante de la compañía y tiene como objetivo ser un transporte a la Estación Espacial Internacional.
Amazon profundizará el desarrollo del Project Kuiper y su presidente Jeff Bezos tiene un proyecto paralelo con su compañía espacial Blue Origin. En colaboración con la NASA, busca llegar a Marte y estudiar el planeta a fines de 2024 de la mano del cohete reutilizable New Glenn.
Estados Unidos y China, la nueva rivalidad espacial
Más allá de los intérpretes privados, estadounidenses y chinos protagonizarán la disputa espacial de la Guerra Fría en 2024.
Por intermedio de la NASA, Estados Unidos ya se encuentra colaborando con numerosas empresas privadas, como las ya mencionadas Blue Origin, Boeing y SpaceX, con el objetivo de llegar a la Luna y a Marte lo antes posible.
Lejos de la competencia, los estadounidenses también buscan nuevas formas para combatir la basura espacial y enviarán un satélite de madera en colaboración con la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA).
La idea es impulsar la sostenibilidad en los vuelos espaciales y probar nuevos materiales. La elección del material se pensó como alternativa biodegradable, ya que, al reingresar en la atmósfera terrestre, la madera se incinerará y no dejará restos contaminantes.
China, por su parte, buscará igualar la cifra de lanzamientos de 2023 y proyecta principalmente el lanzamiento del Xuntian, un telescopio que rivalizará con el icónico Hubble de Estados Unidos.
Gracias a su campo de visión 300 veces mayor que el del ejemplar estadounidense, se cree que el gigante asiático podría revolucionar el campo de la observación con nuevas herramientas en la investigación de la materia y energía oscura, y el estudio de exoplanetas.
Sin lugar a dudas, 2024 se constituirá como el inicio de la carrera espacial en el siglo XXI. Con las nuevas tecnologías y el creciente interés de empresas y gobiernos, el sueño de la conquista del espacio parece más cercano que nunca.