Estados Unidos no solo piensa en China como un rival comercial y político, sino como una amenaza futura a la que se deberá responder con fuego. Lejos de que los conflictos en Medio Oriente sean una inquietud, el programa Force Design 2030 plantea un eje de transformación para los marines pensando en una guerra en la región del Indopacífico.
¿En qué consiste este plan de cambios y qué aceptación tiene dentro de las Fuerzas Armadas estadounidenses?
Vietnam y Medio Oriente, cosa del pasado
Hace 49 años y en pleno avance de la Guerra Fría, Estados Unidos perdía una guerra en Vietnam. El terreno hostil y la dificultad para movilizarse fueron vitales para el triunfo de la resistencia vietnamita, a la vez que representaron un duro golpe a la potencia militar más importante de la época.
Desde ese momento, el ejército estadounidense se transformó para las operaciones en Medio Oriente, pero ahora analiza la posibilidad de que China desate una nueva guerra en Asia. Ante esta hipótesis de conflicto, el comandante general del Cuerpo de Marines, David Hilberry Berger, presentó en marzo de 2020 un plan de transformación: el Force Design 2030.
El programa tiene como objetivo preparar a los marines para un potencial choque con China en la región del Indopacífico, abandonando escenarios como las guerras de contrainsurgencia en Irak y Afganistán.
¿Qué cambiará en el Cuerpo de Marines?
En un principio, el programa Force Design 2030 propone una capacitación desde cero para los marines y la modernización del equipamiento. Uno de los objetivos que se persigue es la inclusión de drones, que hoy desempeñan un rol trascendental en la guerra en Ucrania; un nuevo sistema de misiles para asistencia en tierra; nuevas embarcaciones y nuevo armamento que se adapte al nuevo campo de acción.
Principalmente, las unidades de transporte serán más pequeñas y dispersas, pero tendrán un impacto mucho mayor. Los tanques desaparecerán: pese a que son tradicionales en gran parte de la historia bélica estadounidense, serán reemplazados por embarcaciones. De acuerdo con el comandante general David Berger, no hay lugar para operaciones voluminosas a gran escala en los conflictos del futuro.
Así como cambia el terreno y los recursos, cambian las estrategias. Los marines trabajarán en las estrategias conjuntas con la Armada y cambiarán por completo el perfil, que pasará de ser totalmente terrestre a anfibio, teniendo en cuenta la posibilidad de operar en nuevos escenarios como las islas.
Voces a favor y en contra del Force Design 2030
Si bien el concepto de modernización siempre es atractivo y motivante, las reformas del Force Design 2030 son rechazadas por muchos excomandantes, que consideran el programa un desastre para el futuro del Cuerpo de Marines.
Los marines siempre fueron la primera respuesta militar estadounidense, gracias a su capacidad de asumir múltiples desafíos en todo el mundo debido a su característica adaptabilidad. Es por eso por lo que muchos exmilitares piensan que estos infantes de Marina podrían verse comprometidos por el enfoque exclusivo para China y el Indopacífico.
Uno de los críticos más conocidos en el ámbito militar es el exsecretario de la Marina de EE. UU. y exsenador de Virginia Jim Webb, que luchó como oficial de la Marina en la guerra de Vietnam y se postuló para la nominación presidencial demócrata en 2015.
En un artículo publicado en The Wall Street Journal, describió el Force Design 2030 como “insuficientemente probado” e “intrínsecamente defectuoso”. Advirtió que el plan provocaría “reducciones dramáticas en la estructura de las fuerzas, los sistemas de armas y los niveles de presencia militar en unidades que sufrirían bajas constantes en la mayoría de los escenarios de combate”.
Otro punto de crítica es la retirada de los tanques, que, a lo largo tiempo, fueron un recurso altamente valorado. Sin embargo, para el exoficial de la Marina e investigador de la Universidad de Defensa Nacional de EE. UU, Frank Hoffman, es el camino correcto y lo ve como “una adaptación para cubrir un área más profunda con una combinación más precisa de potencia de fuego”.
A pesar de las opiniones negativas, el Force Design 2030 del comandante David Berger sigue en marcha y no solo pretende observar con atención el hipotético conflicto con China, sino redefinir por completo la esencia del Cuerpo de Marines.