En los últimos seis años la tasa de homicidios en Ecuador se multiplicó por nueve, pasando de 5 a 46 por cada 100.000 habitantes. Sumado a esto, el avance del narcotráfico y la trama de corrupción en los poderes del Estado puso en jaque a las fuerzas policiales.
Expertos en la materia identifican una serie de hechos en la cronología de decisiones: en 2018 se eliminaron los Ministerios de Justicia y de Derechos Humanos, y pasaron a conformar el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores. Esto trajo serias faltas de control en el sistema penitenciario y favoreció la infiltración de bandas criminales. Por otro lado, en diciembre de 2023, el caso Metástasis dejó entrever el nivel de corrupción que había penetrado la política y el Poder Judicial del país.
29 personas fueron detenidas, entre ellos el presidente del Consejo de la Judicatura, Wilman Terán, y el exgeneral de Policía, Pablo Ramírez, que se desempeñaba como director antinarcóticos y director del servicio de cárceles del país.
El debilitamiento del Estado y su falta de capacidad para hacerle frente a la delincuencia dio rienda suelta al crecimiento de organizaciones narcocriminales como Los Choneros, Los Lobos, Los Chone Killers y Los Tiguerones.
Esta última banda adquirió fama internacional el pasado 9 de enero, cuando tomó por la fuerza el medio TC Televisión, en Guayaquil, en plena transmisión. Los Tiguerones secuestraron a sus trabajadores durante horas, antes de la intervención de las fuerzas policiales.
Violencia política y crisis en las cárceles
La fuga de prisión del líder de la banda narcocriminal Los Choneros, José Adolfo “Fito” Macías trajo aparejado una ola de violencia en el país y la rápida reacción del gobierno de Daniel Noboa.
El mandatario decretó el “estado de excepción en todo el país” y definió el hecho como un “conflicto armado interno”.
Junto al Ejército y la policía logró estabilizar la situación, pero el país aún continúa en alerta, por lo que ha solicitado ayuda internacional.
La antesala de esta crisis fue la campaña electoral del año pasado. Los asesinatos del candidato presidencial Fernando Villavicencio y la del alcalde de la ciudad costera de Manta, Agustín Itriago, marcaron el punto más alto de la violencia por parte de las bandas que pelean por el control del tráfico de la droga que sale del país rumbo a mercados extranjeros.
Guayaquil, puerto de salida para el narcotráfico
Por su posición geográfica y debilidad institucional, Ecuador es una ruta perfecta para el narcotráfico, negocio que explica la vertiginosa evolución de la violencia que sufrió el país sudamericano: en 2023, los homicidios intencionales escalaron a más de 8.000, duplicando los datos del 2022.
En este sentido, el Departamento de Guayas es un punto crítico. Los últimos reportes policiales reflejan el flujo de droga que pasa por el puerto, con 500 toneladas incautadas entre 2021 y 2023.
Además, las Naciones Unidas identificaron que entre el 30% y el 50% de la droga que llega a Grecia y Turquía proviene de Guayaquil.
Un futuro desafiante
El panorama, tal como afirma la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, deja en evidencia cómo Ecuador se ha convertido en el principal centro de distribución y exportación de droga a Europa.
Frente a esta realidad cabe preguntarse si existe el riesgo de que el país se convierta en un narco-Estado, o si las Fuerzas Armadas y de Seguridad tendrán la capacidad de recuperar el control total de las calles y ciudades. Sin dudas, los próximos meses serán determinantes para el gobierno de Noboa.