En las ciudades hay niños, mujeres, ancianos y hospitales. El combatiente se encuentra con un ángulo visual restringido, trampas, y ataques que pueden venir desde cualquier punto. Si hay heridos, es muy difícil poder evacuarlos. A la incertidumbre planteada, se suma la oscuridad de la noche. ¿Por qué el combate urbano es tan temido y a qué riesgos se enfrentan las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en Gaza?.
Para responder este interrogante, DEF consultó a Francisco Baleirón, un coronel retirado del arma de Infantería del Ejército Argentino que, como miembro de los Cascos Azules, estuvo en el escenario de múltiples conflictos.
Un escenario hostil y una operación repleta de riesgos
-¿Qué es el combate en localidades y por qué es tan temido?
-Hay que tener en cuenta que se desarrolla en una localidad, una zona urbana, que puede ser un objetivo de nivel estratégico, operacional o táctico.
Uno de los principales problemas que representa el combate en localidades es que es muy compartimentado por la edificación: no es lo mismo combatir en el desierto, donde se pueden ver, a varios kilómetros, las columnas de los vehículos blindados; que estar enfocados en las calles, porque una vez que, desde la calle, ingrese a un edificio, me limito al cuarto, a las ventanas y a su puerta.
-¿Reina la desorganización?
–Se puede perder el control. Normalmente la mínima fracción que combate en localidades, con un cierto grado de autonomía, sabe que existe el problema de las comunicaciones, hoy los medios electrónicos pueden anular las señales del equipo portátil que lleve cada grupo. En términos de infantería, cabe señalar que el nivel más chico de trabajo es la pareja de combate, luego el grupo, estos últimos conforman secciones, estas integran compañías, y, finalmente, las compañías conforman los regimientos. Entonces, en el contexto que analizamos, el combate va a ser muy aislado.
“El principal problema es quién es el dueño de casa”
-¿Qué otros desafíos se pueden sumar a este escenario?
-El ángulo visual restringido, como una ventana, una puerta o el ancho de una calle. Para tener una idea, esto se puede ver en la película “Rescatando al soldado Ryan”, en la escena donde se muestra la entrada a la ciudad. Otra producción que muestra el combate en localidades es “La caída del halcón negro”. El principal problema es quién es el dueño de casa. Si uno en su casa apaga la luz y entra un ladrón, este va a ser quien de una patada a la mesita de luz porque no conoce el lugar.
Para ejemplificar, la experiencia bélica más cercana creo que puede ser la guerra de túneles en Vietnam.
-En Gaza también hay túneles…
-Existe la estructura subterránea construida por los locales. Las cloacas, los túneles, los desagües y las conexiones internas, todo fue construido por los locales.
Puede ayudar, además, el tema de los drones, fílmicos o de bombardeo. Por más entrenados que estén, las FDI se pueden encontrar con trampas electrónicas, que puede ser un simple celular con una carga de explosivo: alguien que pase por la puerta lo único que tiene que hacer es llamar a un número y provocar la explosión.
Medios, heridos y opinión pública: el impacto del combate en localidades
-¿Cómo es la logística en este escenario?
–El abastecimiento logístico está restringido a las avenidas de acceso a la localidad, si es que no están bloqueadas o destruidas. El tema sanitario también es un inconveniente, porque si hay un herido, hay que evacuarlo. En este tipo de conflictos, no creo que dejen los cuerpos porque pueden ser utilizados para generar impacto en la opinión pública. Lo mismo ocurrió en la Guerra de Ucrania, donde se utilizó a las víctimas como propaganda.
-La ciudad es un ambiente hostil para los combatientes…
-Cabe aclarar que el derecho internacional humanitario se refiere a los combatientes: llevan un distintivo, un uniforme y un líder que se hace cargo. En cambio, el combatiente urbano se viste de civil.
El otro problema del combate en localidades es cómo mantener el control y saber hasta dónde se llega. A eso se suma la noche: no es lo mismo que combatir con la luz del día.
Las dimensiones del daño colateral
-Antes de entrar en Gaza, Israel advirtió sobre la incursión varios días antes, ¿eso le puede haber dado tiempo a Hamas para prepararse?
–Los terroristas ya lo tienen preparado. Tienen, inclusive, lanzadoras de cohetes en túneles, lo único que hacen es levantar la tapa que los cubre. Están dentro de una zona urbana o en un edificio que simula tener una azotea, corren la chapa y lanzan los proyectiles. Una vez lanzados, saben que va a llegar a una distancia y en un rango determinado de efectividad. El terrorista, incluso, es capaz de inflingirse heridas con tal de ganarse a la opinión pública.
En cambio, los israelíes tienen proyectiles inteligentes que pueden enviar a un blanco, por ejemplo, a una ventana. Pero eso puede generar daño colateral.
-¿Cómo es el tema de los vehículos en este tipo de combates?
– El blindado, dentro de una zona urbana, es una cucaracha porque pueden tirarle desde un techo o una ventana. En el combate en localidades importa quiénes dominan las alturas, las terrazas o los edificios más altos. Quienes las dominen, tienen campo visual, perspectiva y visión particular de lo que ocurre abajo.
En combate en localidades, lo primero que te dicen es que hay que tomar los techos para poder observar. Pero, también se corre el riesgo de que cierren las puertas de abajo y que el pelotón quede arriba, solo.
-¿Y apoyo aéreo?
–El bombardeo aéreo provoca mucho daño colateral, más porque los terroristas utilizan a las mujeres y niños como escudo. Y a ello se suma el tema de los rehenes. Una aclaración: si son combatientes, son prisioneros de guerra; pero sí el secuestrado no es un combatiente, entonces es moneda de cambio por personalidades. Se puede utilizar como escudo humano, moneda de cambio o como propaganda para generar terror.
“10 hombres eficientes pueden utilizarse en una manzana”
-¿Cuántos combatientes se requieren en este tipo de escenarios?
-10 hombres eficientes pueden utilizarse en una manzana, pero la calle tiene dos caras, un grupo para el lado de los pares, el otro para el de los impares. Pero luego está el centro de la manzana y los otros cuatro costados de la manzana. Entonces, se requieren muchos combatientes a pie y, a las localidades, la única forma de controlarlas es poniendo el pie adentro. No alcanza con cortar la luz o taponar las cloacas, la única forma de tener el control de una localidad es estar adentro. Creo que, de los combates, es uno de los más complicados.
-Dicen que el combate en localidades no tiene un frente claro, ¿es así?
-No hay, es un combate 360. En una casa, que tiene 360 grados, también hay arriba y abajo. Es al norte, al sur, al este y al oeste. Hay techos y también sótanos. Es una esfera desde donde puede caer cualquier cosa, así que hay que estar pendiente de todo. Si un combatiente está del lado de los pares, hay que ver la ventana de los impares, cruzado, de forma tal de tener control. Pero, al mirar una ventana, no ves lo que está debajo, a los costados o más atrás, donde puede haber un francotirador. Es un combate sucio.
Lo que se hace es compartimentar e ir manzana por manzana, casa por casa. Uno puede, incluso, recibir un impacto que viene desde un francotirador, a diez cuadras de distancia.