Siglo XXI: Un tiempo de grandes transformaciones y cambios acelerados, donde se impone la incertidumbre global

Vivimos un mundo en completa transformación, con cambios disruptivos de los que aún no tomamos consciencia. Dependiendo del uso que se haga de muchos de los adelantos tecnológicos que hoy están dando sus primeros pasos, la humanidad podrá resolver dilemas que la aquejan o encaminarse hacia encrucijadas mortales con un final aterrador

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A pesar de la firma en 2015 del Acuerdo de París en materia de reducción de emisiones de efecto invernadero, la temperatura del planeta no ha parado de crecer (DEF)
A pesar de la firma en 2015 del Acuerdo de París en materia de reducción de emisiones de efecto invernadero, la temperatura del planeta no ha parado de crecer (DEF)

El siglo XXI transcurre rápidamente, con un loco trajinar diario que casi impide mensurar cuánto ha cambiado nuestra vida y cómo podría seguir cambiando de una manera absolutamente imprevisible en muy corto tiempo. Mientras los millones de personas que habitan el planeta se ocupan en su gran mayoría de lo urgente e imprescindible, como asegurar su propia subsistencia y la de sus familias, el mundo genera, día a día, nuevas buenas y muchas malas que apenas reconocemos en esa desesperada convivencia con las cambiantes exigencias de la vida misma.

“Aprovecha el día” (Carpe Diem), anunció Horacio (65-8 a.C.), el poeta latino, en el libro de Rodas, como una sencilla y útil enseñanza de que la “vida es hoy”. De hecho, eso no ha cambiado; lo que sí se ha modificado es la velocidad de las mutaciones, que se suceden casi diariamente. Si uno detuviese de verdad esa carrera diaria, se sorprendería de una manera pocas veces vista. Es verdad que hemos vivido años difíciles y de constantes cambios, que, metidos en nuestro diario trajinar, notamos tan solo a veces y parcialmente. Ocurre algo bastante parecido a ese amigo que uno no ha visto durante una década y, al hacerlo, se asombra con sus cambios físicos, esos que uno mismo no nota en su propio cuerpo porque diariamente el espejo cotidiano los hace imperceptibles.

Un mundo en ebullición

Es que este mundo en constante ebullición da por dados temas o conocimientos que hasta hace algunos años no existían o estaban apenas en sus albores y ni nombre tenían. Hemos sido testigos, en las últimas dos décadas, de drásticas transformaciones geopolíticas y de innovaciones disruptivas en el ámbito tecnológico, científico y desde el punto de vista de la conciencia ambiental. Enumeremos solo algunas de esas transformaciones.

-Desde la incorporación de la República Popular de China a la Organización Mundial del Comercio, a fines de 2001, el gigante asiático se convirtió en un nuevo actor global.

-A pesar de la firma en 2015 del Acuerdo de París en materia de reducción de emisiones de efecto invernadero, la temperatura del planeta no ha parado de crecer. Por décimo año consecutivo, batiremos en 2023 un nuevo récord, con un 1,20°C por encima de los niveles preindustriales.

-En el mundo de la Defensa, el uso de los vehículos no tripulados de uso militar revolucionó el arte de la guerra. Operaciones “quirúrgicas” y sin necesidad de pilotos militares comenzaron a ser cada vez más habituales.

-En 2012, la ciencia se vio revolucionada con el anuncio del Laboratorio Europeo de Física de Partículas Elementales (CERN) del descubrimiento de una partícula -la llamada “partícula de Dios”- que permite confirmar la existencia del Bosón de Higgs, un residuo directo del Big Bang que dio origen al universo.

-En el ámbito de la energía atómica, en diciembre de 2022, científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, en California, lograron por primera vez una reacción de fusión nuclear con ganancia neta de energía.

-En nuestra vida cotidiana, desde que Steve Jobs presentó en 2007 la primera versión del iPhone, el celular se convirtió en una herramienta indispensable no solo como medio para comunicarnos, sino para el trabajo, el estudio y un sinnúmero de actividades

-En este marco de aceleración de la carrera tecnológica, la industria de los semiconductores también fue protagonista de avances revolucionarios y hoy es presa de una competencia encarnizada entre China y EE. UU.

La industria de los semiconductores es escenario de una creciente competencia económica y tecnológica entre China y EE.UU. (AFP)
La industria de los semiconductores es escenario de una creciente competencia económica y tecnológica entre China y EE.UU. (AFP)

-Las redes sociales, rudimentarias hasta fines del siglo pasado, comenzaron a proliferar en todo el mundo, a la par de las aplicaciones de mensajería instantánea. A las “occidentales” Facebook (2004), Twitter (2006), Youtube (2005), WhatsApp (2009), Instagram (2010) y Snapchat (2011), se sumó en 2017 una invención china que revolucionó el planeta: TikTok.

-También desde 2007, a partir del desembarco de Netflix con su servicio de streaming, la industria del entretenimiento comenzó a cambiar drásticamente. En la última década se sumaron nuevas plataformas, como Amazon Prime Video, HBO Max, Disney+ y Paramount+, entre otras.

-La pandemia de COVID-19 aceleró también el uso de plataformas virtuales de videollamada, como Zoom y Google Meet, que habían sido lanzadas en 2012 y 2017 respectivamente.

-El mundo del trabajo también cambió radicalmente y la semana laboral comenzó a alternar la presencialidad con jornadas de trabajo remotas, desde la comodidad del hogar.

-El hallazgo, en 2005, de una enorme masa de agua congelada bajo un cráter en el polo sur de Marte y, en 2009, el anuncio de la NASA de la existencia de agua en un cráter lunar, fueron dos grandes hitos de la ciencia en el espacio exterior.

-En los últimos años también ha tomado forma una industria totalmente nueva: el turismo espacial. Una serie de empresas estadounidenses lanzaron sus primeros vuelos comerciales al espacio: SpaceX, liderada por Elon Musk; Blue Origin, de Jeff Bezos; y Virgin Galactic, de Richard Branson.

-También, y lo que quizás determine el futuro del siglo XXI, será la combinación de la Inteligencia Artificial, la Internet de las Cosas y la Computación en la Nube, entrando en lo que se ha dado en llamar la “cuarta revolución industrial”.

Un cambio de época

Esta corta y seguro incompleta enumeración nos permite volver al principio de estas reflexiones. Cuántas cosas, hechos y cambios han ocurrido en este “mirarse al espejo” en menos de 20 años. Debe ser por eso que en Alemania la palabra Zeilenwende (cambio de época) fue elegida la palabra del año por la sociedad de la Lengua en 2022. Nótese que ya otros analistas, en este caso eclesiásticos y refiriéndose al Papa Francisco, lo señalan como el Papa indicado para “un cambio de época, no para una época de cambios”. Entendiendo que ese cambio de era, donde seguramente la inteligencia artificial moldeará un futuro cargado de mejoras inimaginables y también de una inimaginable incertidumbre, es un desafío de una tremenda complejidad e inciertas o ausentes certezas.

La investigadora Jaqueline Pels logró una forma enciclopédica de entender fácilmente de que estamos hablando. En una “era de cambios”, esas transformaciones se aceleran. Por ejemplo, el vehículo es el mismo pero cambia su velocidad; tomemos el caso del tren, que funcionaba a 20 kilómetros por hora y ahora lo hace a 450, sin que haya cambiado el medio de transporte. En un “cambio de era”, y mientras ambas situaciones conviven, resulta un ejercicio necesario pero muchas veces inútil predecir como será el resultado final del transporte que usaremos y de casi todo el resto de las cosas, ya que corren en forma transversal e interrelacionadas. Como dice Pels “lejos de una mirada pesimista”, la invitación es a entender los procesos, más que buscar soluciones”.

Las redes sociales rudimentarias hasta fines del siglo pasado comenzaron a proliferar en todo el mundo, a la par de las aplicaciones de mensajería instantánea. A las "occidentales" se sumó una invención china que revolucionó el planeta: Tik Tok (Fernando Calzada)
Las redes sociales rudimentarias hasta fines del siglo pasado comenzaron a proliferar en todo el mundo, a la par de las aplicaciones de mensajería instantánea. A las "occidentales" se sumó una invención china que revolucionó el planeta: Tik Tok (Fernando Calzada)

Un futuro incierto

Vivimos una verdadera etapa de transición, que de manera brillante definió Zygmunt Bauman con la expresión “sociedad líquida”. Esa sociedad imaginada por este sociólogo polaco está caracterizada por un estado volátil y fluido, donde se debilitan los vínculos y tiene como consecuencia la incertidumbre, el incremento de la desigualdad y la dificultad de generar relaciones estables y duraderas. La indefensión se vuelve un sentimiento cotidiano y el miedo al fracaso y a las dificultades del futuro, una realidad cotidiana. Bien, en el contexto de esa sociedad líquida de Bauman, nos toca a nuestras generaciones imaginar procesos y buscar soluciones a un futuro incierto.

Conocemos este diagnóstico y ya miles de políticos, influencers y científicos auguran medidas de control a los avances científicos por venir, algunos de ellos peligrosamente incontrolables. Nace aquí, una vez más, la idea de “límites de ética” que controlan esos avances. La pequeña salvedad a no perder de vista es que de 8000 millones de población mundial (2022), basta solo unos pocos con la voluntad de no respetar ética alguna y con alguna habilidad por vulnerar cualquier sistema, para que la humanidad se salga de control completamente. Solo a título de ejemplo, hace pocas semanas fue arrestado en EE. UU., Jack Texeira, un miembro muy subalterno de la Guardia Nacional de EE.UU. de tan solo 21 años, que divulgó secretos fundamentales de la guerra de Ucrania, vulnerando la más cerrada Inteligencia de Estado. Texeira tan solo lideraba un chat de juegos en red y su habilidad penetró lo infalible.

Entonces, ¿cuántos Texeira están dispuestos a ingresar a las filas del mal? ¿y habrá tantos “buenos” para impedirlo cuando pareciera que nos encaminamos a encrucijadas mortales?

Una pregunta inquietante mientras nos acercamos al cuarto del siglo XXI en una incertidumbre brutal.

Lo que quizá determine el futuro del siglo XXI será la combinación de inteligencia artificial, la Internet de las cosas y la computación en la Nube, entrando en lo que se ha dado en llamar "la cuarta revolución industrial" (Archivo DEF)
Lo que quizá determine el futuro del siglo XXI será la combinación de inteligencia artificial, la Internet de las cosas y la computación en la Nube, entrando en lo que se ha dado en llamar "la cuarta revolución industrial" (Archivo DEF)

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