Con una historia milenaria a sus espaldas, Japón vive un presente de prosperidad, no exento de desafíos y retos para mantener su modelo de desarrollo económico. Su población ha demostrado, a lo largo de las últimas siete décadas, una asombrosa capacidad de recuperación tras la devastación provocada por el hombre, como ocurrió durante la última posguerra, o por catástrofes naturales que sacudieron su territorio, como el terremoto de Kobe en 1995 o el tsunami y posterior accidente nuclear de Fukushima en 2011.
Este país asiático llegó a ser la segunda potencia económica del planeta, lugar que perdió a manos de China hace poco más de una década. Hoy ocupa el tercer peldaño en el ranking. Con miras al futuro, los nipones están luchando por recuperar terreno en industrias tecnológicas clave, como la de los semiconductores, y por revertir un preocupante “invierno demográfico”.
En diálogo con DEF, el embajador de Japón en Argentina, Hiroshi Yamauchi, se refirió a la visión de su gobierno sobre el orden global vigente y los desafíos que enfrenta en un contexto de turbulencia internacional. En funciones desde diciembre del año pasado, el diplomático ya había tenido un paso anterior por esta misma sede: entre 1990 y 1991, se desempeñó como segundo secretario de la Sección Política de la Embajada de su país en Buenos Aires.
EL G7 Y LA AGENDA INTERNACIONAL
-¿Qué balance hace de la reciente Cumbre del G7, que tuvo lugar en Hiroshima?
-El hecho de elegir como sede Hiroshima es muy claro. Hay que tener en cuenta que el desarme nuclear sigue siendo un tema muy importante dentro de la esfera mundial y cobró más relevancia todavía por la crisis en Ucrania, ya que Rusia está amenazando con el uso de armas nucleares para conseguir sus fines. Además, es muy importante que los líderes del Grupo de los 7 y otros jefes de Estado y de gobierno invitados pudieran visitar el Memorial de la Paz de Hiroshima, construido como un testimonio de la devastación que provocó la bomba atómica. Esta Cumbre ha dejado muy claro cuál es nuestro objetivo: un mundo libre de armas nucleares.
-En el documento final del G7 se condena, además, el accionar de Corea del Norte. ¿De qué manera se puede evitar que el régimen norcoreano siga adelante con su política de proliferación nuclear?
-Japón está trabajando con los países que tienen el mismo interés, ejerciendo presión sobre el gobierno de Corea del Norte para que utilice sus recursos en pos de mejorar el bienestar de su pueblo; y no para el desarrollo de armas nucleares y misiles balísticos, como está haciendo hoy. Corea del Norte también ha ensayado el lanzamiento de un satélite utilizando tecnología balística, lo que añade un sentido de urgencia a esta cuestión. No podemos admitir que Corea del Norte sea reconocida como una potencia nuclear bajo el esquema del Tratado de No Proliferación (TNP). Esto alentaría a más países a incursionar en este peligroso terreno y atentaría contra la seguridad y la estabilidad del mundo.
-Japón promueve la iniciativa de un Indopacífico libre y abierto. ¿China es vista hoy como una amenaza?
-Muchas veces, la prensa enfatiza el enfrentamiento con China. Sin embargo, como dijo durante el G7 el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, el objetivo final es promover un mundo caracterizado por la cooperación y no por la confrontación ni las divisiones. No buscamos grietas y no queremos enfrentar a nadie. El objetivo es proteger el orden internacional libre y abierto, basado en el estado de derecho y el imperio de la ley. Además, buscamos fortalecer la relación con los países que no son miembros del G7. Por eso, a la última Cumbre fueron invitados los gobiernos de Australia, India, Brasil, Corea del Sur, Vietnam e Indonesia, así como representantes de la Unión Africana y de las islas Cook que ocupan la presidencia del Foro de las Islas del Pacífico. Mi país defiende el apego a la Carta de Naciones Unidas y a sus principios básicos, como el respeto de los derechos humanos y la democracia.
EL RETO DEL “INVIERNO DEMOGRÁFICO”
-¿Qué estrategias tiene Japón para enfrentar el problema de envejecimiento de la población y caída de su tasa de natalidad?
-Es un tema difícil, que viene de hace tiempo. Las cifras son realmente alarmantes. Estamos hablando de la tasa de natalidad más baja de nuestra historia. Muere el doble de las personas que nacen. El gobierno japonés está adoptando medidas para revertir esta tendencia. Estamos actuando en distintos ejes. Por un lado, se ha aumentado el ingreso y se brinda asistencia a las jóvenes generaciones que tienen hijos. Al mismo tiempo, estamos intentando cambiar la conciencia de la sociedad en su conjunto porque la crianza de los niños no depende solo de sus padres.
-¿Cómo abordan el problema de las jubilaciones?
-Desde el punto de vista de los números, es un tema que se nos presenta de cara al futuro. Tenemos que aumentar la productividad y el número de personas que está aportando a nuestro sistema jubilatorio y, para ello, es necesario, aumentar la tasa de natalidad. Pensamos que hasta 2030 tenemos la última oportunidad para aumentar la tasa de natalidad y revertir esta tendencia que vive hoy el país. Nuestro primer ministro dijo que debemos tomar medidas de otra dimensión. No hay soluciones fáciles. En algunos lugares específicos, con el apoyo que brinda el Estado a las familias, en cierto modo se logró revertir la tendencia a la baja en la tasa de natalidad.
SEMICONDUCTORES: RECUPERAR EL LIDERAZGO
Poco antes de la Cumbre del G7, el primer ministro Kishida recibió en Tokio a altos directivos de cinco empresas claves del sector de los semiconductores: la taiwanesa TSMC, la surcoreana Samsung y las estadounidenses Intel, Micron y Applied Materials (AMAT). El gobierno destinará 3500 millones de dólares de fondos públicos para financiar, en parte, la instalación de una fábrica en la prefectura de Kumamoto, gestionada por un consorcio denominado Japan Advanced Semiconductor Manufacturing (JASM), del que forman parte TSMC y las locales Sony y Denso, esta última propiedad del grupo Toyota.
-¿Cuál es el objetivo de Japón en este sector estratégico?
-Históricamente, hemos tenido un muy buen desarrollo de este tipo de industria y Japón fabrica insumos muy necesarios para la manufactura de los semiconductores de última generación. Desgraciadamente, hemos perdido el liderazgo en otros segmentos y estamos haciendo esfuerzos para potenciar y atraer nuevas inversiones en este campo. Estamos trabajando, desde el gobierno, conjuntamente con empresas como Toyota y Sony, que están intentando fabricar semiconductores de la siguiente generación. Queremos impulsar también investigaciones en el área, crear las empresas líderes y apoyarlas para que puedan desarrollar sus actividades en nuestro país. Estamos brindado un apoyo holístico para el desarrollo de todo el sector.
UN VÍNCULO HISTÓRICO CON ARGENTINA
“Hoy me sorprende la gran difusión que tiene la cultura japonesa en Argentina y el creciente interés que existe”, afirmó el diplomático. Mencionó, a modo de ejemplo, el manga –cómic nipón–; y destacó la gran contribución de la comunidad nikkei –descendientes de los inmigrantes japoneses–, que se ha integrado perfectamente a la sociedad argentina. Recordó que este año “estamos celebrando el 125.° aniversario de nuestras relaciones diplomáticas” y destacó el rol que tuvo en el afianzamiento de esos vínculos bilaterales el expremier Shinzo Abe, asesinado en julio de 2022, hecho que conmocionó al mundo. En noviembre de 2016, se había convertido en el primer jefe de gobierno japonés en visitar nuestro país, después de 57 años.
-En mayo pasado, tuvo lugar la séptima reunión del Diálogo para las Relaciones Comerciales y de Inversión entre nuestros dos países. ¿Cuáles son las áreas con mayor potencial para las inversiones japonesas?
-En la Cumbre del G7, también se aprobó un plan de acción sobre energía limpia, resiliencia y seguridad económica, y seguridad alimentaria. Argentina tiene un papel muy importante por desempeñar y cuenta con las condiciones favorables para la generación de electricidad, la inversión en hidrógeno limpio y buenas condiciones para la generación fotovoltaica y eólica.
-Usted mencionó las energías limpias y también la seguridad alimentaria. ¿Cómo ven el rol de Argentina en esos sectores?
-Argentina tiene recursos naturales que están todavía en fase de explotación o en los que se están haciendo esfuerzos para ir desarrollando. El país cuenta con muchos recursos naturales, pero requieren también de infraestructura. Entre los minerales estratégicos, se encuentra el litio. Argentina tiene un papel importante por desempeñar. En cuanto a la seguridad alimentaria, tiene un gran potencial para la provisión de alimentos al resto del planeta.
-Hay dos leyes que se encuentran trabadas en el Congreso, y Japón impulsa su aprobación: la eliminación de la doble imposición tributaria y el convenio bilateral de promoción de inversiones. ¿Por qué?
-Estamos siempre conversando con los diputados y senadores argentinos y también con el gobierno para intentar destrabar estos dos puntos. Desgraciadamente, por razones ajenas al contenido del proceso, estamos un poco trabados. Nosotros vamos a seguir impulsando la aprobación de estos dos tratados porque son muy importantes para poder ofrecer estabilidad jurídica a las inversiones que vienen desde Japón. Creemos que son herramientas que nos benefician a ambos y con las que los dos países ganaríamos.
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