Video: La polémica reforma de las jubilaciones en Francia, las protestas y las lecciones para el resto del mundo

En un mundo donde las tasas de natalidad están cayendo y la esperanza de vida se extiende, el futuro de las jubilaciones está en juego. Lo ocurrido en Francia podría repetirse en otros puntos del planeta

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Emmanuel Macron, presidente de Francia, desató una verdadera tormenta política con su polémica reforma jubilatoria: un país dividido y una revuelta en las calles, que puso en jaque al gobierno galo. Sin embargo, el conflicto va más allá de las fronteras de ese país. Las protestas se repiten en cada rincón del mundo donde se discute una modificación en la edad jubilatoria, una extensión en los años de aportes necesarios o en el índice de actualización de las jubilaciones. En el planeta entero, se plantean si son sostenibles los actuales sistemas de seguridad social y si serán capaces los países de encontrar soluciones efectivas e innovadoras antes de que sea demasiado tarde.

Emmanuel Macrón, Presidente de Francia desató una verdadera tormenta política con su polémica reforma jubilatoria (Fernando Calzada)
Emmanuel Macrón, Presidente de Francia desató una verdadera tormenta política con su polémica reforma jubilatoria (Fernando Calzada)

LA FRANCIA INSUMISA

La controvertida reforma de Macron elevó la edad jubilatoria de 62 a 64 años. Será implementada, de manera progresiva, de aquí a 2030. Pero la explosión de indignación en Francia se originó por la forma en que se aprobó la norma: el gobierno recurrió a una herramienta constitucional excepcional, que le permite al Ejecutivo esquivar el voto del Parlamento.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a las 38 economías más desarrolladas del mundo, parece darle la razón al jefe de Estado francés. Ese foro advirtió, en distintos documentos e informes, que el peso de la población de edad avanzada aumentará en los próximos años, mientras que la población en edad de trabajar se mantendrá constante o incluso disminuirá.

PAÍSES BAJOS, ¿UN MODELO A SEGUIR?

En este debate sobre los modelos jubilatorios, los Países Bajos podrían convertirse en un modelo a seguir. El gobierno neerlandés destina menos del 6 % del PBI al sistema de jubilaciones público y garantiza una tasa de sustitución del 90 % sobre el último salario, a través de un sistema que combina el sistema público de jubilaciones con el ahorro privado.

La reciente explosión se desató por la forma en que fue aprobada la reforma (Fernando Calzada)
La reciente explosión se desató por la forma en que fue aprobada la reforma (Fernando Calzada)

AMÉRICA LATINA, EN PROBLEMAS

Mientras tanto, ¿qué pasa en nuestra región? El envejecimiento de la población también está amenazando nuestras futuras jubilaciones. Actualmente, unos 57 millones de personas de la región tienen 65 años o más, y las proyecciones de las Naciones Unidas indican que, para el año 2040, ese número se va a elevar a 111 millones. Países como Argentina, Brasil y Uruguay hoy destinan más del 10 % de su PBI al pago de jubilaciones y pensiones.

Recientemente, Uruguay aprobó una reforma que eleva la edad jubilatoria, de forma escalonada, de 60 a 65 años tanto para hombres como para mujeres. Brasil, por su parte, implementó en 2019 modificaciones en su sistema de seguridad social, al establecer una edad mínima de 62 años para las mujeres y 65 años para los hombres.

Con una alta informalidad en su economía, los sistemas jubilatorios de América Latina también están en riesgo (Fernando Calzada)
Con una alta informalidad en su economía, los sistemas jubilatorios de América Latina también están en riesgo (Fernando Calzada)

En Argentina, donde la edad jubilatoria ya había sido modificada en la década de 1990, surgen nuevos debates sobre la sostenibilidad del sistema. El índice de actualización de los haberes y las moratorias aprobadas por el Congreso para las nuevas jubilaciones generan controversia. El sistema previsional de nuestro país alcanzó un alto nivel de cobertura. El desafío es encontrar una forma de garantizar su financiamiento sin perjudicar a los actuales y futuros jubilados.

El problema, en países con alta informalidad económica como Argentina, es cómo garantizar un retiro digno para todos los adultos mayores, aun aquellos que nunca pudieron trabajar en blanco y aportar al sistema. Sin una planificación cuidadosa y reformas que aseguren la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social, nos enfrentaremos a una tormenta perfecta en las próximas décadas.

El debate está planteado y lo que está en juego es el futuro de quienes hoy ingresan al mercado laboral.

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