Para empezar a hablar de este fenómeno cuasicultural, es importante entender qué es y cómo empezó. En el caso de la inteligencia artificial (IA), aunque sea difícil de creer, el término data de 1942, cuando Ada Lovelace se convirtió en la primera programadora de la historia y descubrió que una computadora podía hacer más que puros cálculos. En ese momento, esta visionaria advirtió que “una máquina solo haría lo que un humano le ordenara por no tener la capacidad de tomar decisiones por sí misma”.
Un rápido crecimiento
Ese fue solo el comienzo de la IA. Pasaron los años y, como todos sabemos, esta tecnología creció a pasos agigantados. El revuelo más reciente ocurrió con el lanzamiento de ChatGPT, la plataforma de chatbot creada por Open AI, capaz de contestar cualquier duda, consigna o tarea.
En el momento en que el que ChatGPT fue de acceso masivo, el tema se puso en boca de todos. Sorprendió su capacidad de hacer tantas cosas que uno no puede evitar preguntarse: ¿mi trabajo va a dejar de existir? Los sistemas automatizados de inteligencia artificial están cada vez más arraigados y pronto van a comenzar a sorprendernos.
Ahora bien, algunos puestos que tienen que ver más con la creatividad o que usualmente cuentan con un gran factor humano, como el periodismo, las finanzas o las ventas de seguros, están sintiendo el primer acecho por parte de estos desarrollos.
Según un informe de la consultora McKinsey, para 2030, entre 400 y 800 millones de empleos serán reemplazados por la inteligencia artificial. Las tareas para los trabajadores estarían más enfocadas en las que tengan carácter social o cognitivo, y no tanto en lo que pueda ser más repetitivo o que requiera bajas competencias digitales.
Si bien el mismo Open AI emitió un comunicado expresando cuáles son los trabajos más amenazados, insistió en que la plataforma solo funciona como un método de ayuda y no de sustitución definitiva de empleos.
Más allá de la tecnología
Hace varios años que se habla del transhumanismo como concepto, pero hasta ahora nos sigue pareciendo algo muy lejano. Se trata de una filosofía que busca lo que podría llegar a ser la condición humana intervenida por desarrollos tecnológicos. Hasta ahora, solo lo veíamos en películas de ciencia ficción o de terror, apuntando hacia un futuro disruptivo.
Lo cierto es que, entre la inteligencia artificial, el transhumanismo y la robótica, se forma un triángulo de industria 4.0 que puede llegar a estar más cerca. La idea del transhumanismo radica en convertir a los humanos en semidioses, con capacidades mejoradas, con más conocimiento, destrezas físicas o, incluso, más longevidad.
Es difícil saber hacia dónde apuntarán estas nuevas tecnologías y sus desarrollos, más aún con los avances tecnológicos que nos sorprenden día a día. Solo queda esperar y convivir con estos nuevos cambios que vienen.
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