Con más de cuatro décadas de experiencia con tecnologías de vanguardia, INVAP está incursionando en un nuevo desarrollo: los vehículos no tripulados. En 2009 tuvieron lugar las primeras gestiones de la empresa con el Ministerio de Defensa para encarar un proyecto denominado Sistema Aéreo Robótico Argentino (SARA), el cual consistía en consolidar los requerimientos operativos de las FF. AA a las que luego se sumarían las fuerzas de seguridad federales.
El SARA preveía desarrollar y fabricar en serie sistemas aéreos no tripulados en Argentina, reduciendo costos de adquisición y operación, así como también facilitando la capacitación de operadores y personal de mantenimiento. En ese marco INVAP llevó a cabo la compleja tarea de consensuar los requerimientos operacionales y las características técnicas y funcionales que debían cumplir estos sistemas, comúnmente llamados drones.
A comienzos del 2015 se aprobó el contrato para que INVAP desarrollara el SARA y las tecnologías de Blancos Aéreos de Alta Velocidad (BAAV). El cambio de gobierno implicó la paralización del proyecto y la pérdida de una valiosa oportunidad para que Argentina dominara una tecnología estratégica con amplias aplicaciones civiles y militares.
Pese al circunstancial parate, INVAP, acostumbrada a los vaivenes de la política y las crisis económicas de nuestro país, intentó mantener los profesionales que venían trabajando en el SARA a la espera de que se retomara este proyecto, dadas sus múltiples ventajas en términos tecnológicos, operativos, económicos, de independencia y soberanía.
El nacimiento del RUAS-160
A lo largo de 2017, las empresas privadas Cicaré -especializada en el desarrollo y fabricación de helicópteros- y Marinelli Technology -dedicada al desarrollo de tecnologías para el agro- decidieron comenzar a trabajar sobre la plataforma CH-10, que a partir de 2019, con la participación de INVAP, se formaría el Sistema Aéreo No Tripulado RUAS-160. Su nombre responde al acrónimo de las siglas en inglés de “Sistema aéreo no tripulado de alas rotatorias” (Rotary-wing Unmanned Aerial System) y al peso del vehículo, que es de 160 kilogramos.
El RUAS-160 se diseñó como un producto de uso civil, orientado a satisfacer la demanda del sector agrícola-ganadero y fuerzas de seguridad, nacionales y extranjeros. Su diseño liviano y compacto facilita el transporte, almacenamiento y operación en espacios confinados, ya sea por las características del terreno o desde la cubierta de un buque, tanto de día como de noche, incluso bajo condiciones climáticas adversas, con menor riesgo que otros tipos de vehículos aéreos.
La presentación oficial del RUAS-160 tuvo lugar en marzo del 2020 durante la feria “Expoagro”, donde obtuvo la Medalla de Oro, mención en Diseño Industrial y en Buenas Prácticas Agrícolas, en el rubro “Robótica Aplicada a la Agroindustria”. Tras llevar a cabo los primeros vuelos “cautivo” y “libre” a fin de testear el comportamiento de los diversos subsistemas y de la aeronave en su conjunto, se comenzó a implementar un programa de ensayos y de evolución de los sistemas para lograr Certificación de Aeronavegabilidad de la autoridad de aviación militar.
Una tecnología muy versátil
El RUAS-160 se compone de un segmento aéreo, que abarca al helicóptero como plataforma aérea no tripulada con sus cargas útiles (cámaras giroestabilizadas, equipo de fumigación agrícola); y un segmento terreno, que comprende la estación de control, sistemas de comunicaciones por radio-satélite, el simulador de vuelo, manuales de operación y mantenimiento, herramientas especiales y repuestos.
La Estación Terrena de Control es un subsistema robusto y portátil, gracias a su reducido peso y dimensiones, que puede ser adaptado en valijas de alto impacto, y no exige servidumbre logística por ser autosuficiente para su funcionamiento operativo.
Para su empleo a bordo en buques, se ha previsto la adaptación de la ETC a un container estándar, sin afectar el funcionamiento de otros sistemas embarcados y pudiendo incluso operar simultáneamente el RUAS-160 con helicópteros tripulados.
La ETC también puede ser instalada en forma permanente en una instalación fija en tierra o en buques, para lo cual tendrá un diseño ergonómico que armonice la distribución de las consolas de operación y presentación de datos e imágenes; las antenas y enlaces de comunicaciones por radio o satélite; mobiliario, aire acondicionado y alimentación eléctrica.
El RUAS-160 puede llevar a cabo un amplio abanico de misiones, tanto de carácter civil como policial y militar, a saber: detectar, reconocer e identificar objetos móviles y estacionarios tanto en tierra como en el mar; control del tráfico marítimo y pesca; vigilancia y control de rutas y espacios terrestres; monitoreo de infraestructuras críticas; prospección y monitoreo para minería y energía; monitoreo forestal; prevención de incendios; búsqueda y rescate; inteligencia, vigilancia y reconocimiento; relé de comunicaciones; catastro; seguridad fronteriza; operaciones policiales urbanas y rurales.
A fines del año 2020 INVAP firmó un convenio con la Provincia de Santa Fe por la provisión de tres unidades operativas del RUAS-160. Un año después, la Armada Argentina suscribió un contrato con INVAP por 1,7 millones de dólares que incluye la entrega de un ejemplar del RUAS-160; una estación de control portátil integrada por dos valijas de alta resistencia (anti impactos), sistema electroóptico de alta definición para operar de día y noche con autotracking y telémetro láser; sistemas de comunicaciones por radio con alcance de 70 kilómetros y satélite para la transmisión online de imágenes y video de baja y media definición; repuestos; manuales y cursos de capacitación.
Este es uno más de los tantos proyectos de gran valor agregado en los que está involucrado INVAP, que ha podido exportar al mundo productos como tecnología aeroespacial, radares, reactores nucleares de investigación. Con el nuevo RUAS-160 la empresa se consolida como un actor dentro de la ciencia y tecnología
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