Bajo el modelo de la Fundación Escuela de Medicina Nuclear (Fuesmen) y de la Fundación Centro Diagnóstico Nuclear (FCDN), Intecnus es un nuevo actor del ecosistema de salud pública argentino. Atención médica, innovación tecnológica y formación de excelencia se conjugan en este centro, dotado de equipamiento de última generación y de un plantel multidisciplinario, que funciona en San Carlos de Bariloche desde diciembre de 2017.
Tal como explicó a DEF su gerente general, el ingeniero nuclear Luis Rovere, se trata de una “una fundación sin fines de lucro, pero con recupero de costos”, a imagen y semejanza de sus instituciones fundadoras, la Fuesmen, con sede en Mendoza, y la FCDN, que funciona en la ciudad de Buenos Aires. Ellas son, junto a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), las impulsoras de este ambicioso proyecto.
Médicos, físicos médicos y técnicos integran el plantel de profesionales conducido por Rovere, un rosarino que llegó a Bariloche a fines de la década del 70 para estudiar en el Instituto Balseiro y desarrolló la mayor parte de su carrera profesional para la CNEA en esta localidad rionegrina.
UNA AMPLIA GAMA DE APLICACIONES
Suele asociarse a la medicina nuclear con la radioterapia y los tratamientos oncológicos, uno de los focos de atención de Intecnus pero no el único. Su área de trabajo es mucho más amplia e incluye la cardiología, identificación de patologías neurodegenerativas, disfunciones renales, digestivas y de la tiroides, entre otras.
“La diferencia entre Intecnus y otros centros del país es la cantidad de cuestiones diversas que se atienden aquí, lo que nos convierte en centro médico único tanto para diagnóstico y tratamiento, como para la enseñanza y formación de profesionales”, destacó Rovere.
Ejemplificó algunas patologías difíciles de detectar, frente a las cuales son muy efectivos los equipos de última generación con los que cuenta Intecnus. Uno de ellos, señaló, es el de las prótesis de cadera que se pueden desprender del hueso. “Podemos determinar si ese desprendimiento es consecuencia de una inflamación o infección u otra patología”.
“Otras aplicaciones no oncológicas que atendemos incluyen ciertas inflamaciones resistentes a todo tipo de antiinflamatorios, que se reducen con radiación, y, a veces, también en caso de sangrados internos en distintos órganos”, añadió el gerente de Intecnus.
DE LA TECNOLOGÍA PET A LA RADIOFARMACIA
Al referirse al equipamiento de punta presente en el instituto, Rovere destacó que Intecnus cuenta con el tercer PET con resonador magnético instalado en América Latina. Se trata de un tomógrafo por emisión de positrones, que, combinado con la resonancia magnética de alto campo (PET/MR), permite evaluar con gran precisión las funciones de órganos y tejidos y ofrecer el diagnóstico adecuado.
“Tenemos también una instalación ciclotrón-radiofarmacia que nos permitirá producir radiofármacos. Nos va a dar la posibilidad de utilizar radioisótopos que tienen vida media muy corta y hoy no pueden llegar a Bariloche por los tiempos de vuelo”, precisó. Citó, en particular, el caso de un material radioactivo, el oxígeno 15, que va a consentir la realización de estudios de perfusión miocárdica y cerebral. La expectativa está puesta en la inauguración de la radiofarmacia este mismo año.
RESIDENCIAS Y ESPECIALIZACIONES
La formación de recursos humanos, cómo señalamos, es otro de los focos de Intecnus. En 2022, ingresó allí el primer residente en imágenes híbridas, que se obtienen a través de la fusión de imágenes metabólicas (PET) con imágenes anatómicas (CT, o bien RMN). El instituto también ha diseñado dos residencias en radioterapia y medicina nuclear, la primera de las cuales está asociada con la Universidad Nacional del Comahue, y la segunda se espera asociar con la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“Además, hemos presentado al Instituto Balseiro, dependiente de la UNCuyo y de la CNEA, un programa de formación inspirado en un proyecto del OIEA: una residencia clínica para físicos médicos”, añadió Rovere, quien recordó la escasez de este tipo de profesionales en todo el país. A su vez, indicó la intención de “establecer vínculos con el Ministerio de Salud de la Nación, con la expectativa de recibir algún apoyo financiero para las residencias clínicas”.
Un tema no menor es el déficit de viviendas en Bariloche, precisó la gerenta de Asuntos Jurídicos y Relaciones Institucionales de este centro médico, Natacha Vázquez. “Nos cuesta traer profesionales ya formados, porque es difícil localizar viviendas debido a la competencia que existe con los alojamientos destinados al sector turístico”, lamentó.
Lo cierto es que Intecnus sigue adelante con su apuesta por la formación y la investigación, al servicio de la salud. En solo cinco años desde su puesta en marcha, ha dado muestras de su vocación de servicio y su compromiso con la ciencia médica argentina.
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