Creada en 1991, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) ha logrado posicionar a la Argentina como referente regional y mundial en materia espacial, no solo por sus propias misiones espaciales sino también por los acuerdos y proyectos de cooperación internacional. En exclusiva, DEF entrevistó al ingeniero Raúl Kulichevsky, director ejecutivo de la CONAE, quien nos recibió en el Centro Espacial “Teófilo Tabanera” (CETT), sito en la localidad cordobesa de Falda del Cañete. Destacó la importancia que tiene el Plan Espacial de esa institución y recordó, entre otros aspectos relevantes, que la Argentina es el “único país de Latinoamérica que cuenta con la capacidad para desarrollar satélites geoestacionarios, y prueba de ello son los dos satélites de telecomunicaciones (Arsat-1 y Arsat-2) que construyó INVAP para la empresa ARSAT y que están prestando servicios comerciales desde 2014 y 2015 respectivamente”.
- ¿Cuáles son los principales proyectos que tiene en marcha CONAE?
-Actualmente, estamos trabajando en la operación de los dos satélites de observación con microondas SAOCOM-1A y 1B; y la planificación de su continuidad con la misión SAOCOM 2, a fin de mantener e incrementar las capacidades que nos brinda operar un satélite con Radar de Apertura Sintética (SAR). Además, estamos desarrollando el modelo de vuelo del Satélite de Aplicaciones Basadas en Información Ambiental del Mar (SABIA-Mar); y la planificación de los futuros Satélites de Arquitectura Segmentada (SARE). Estamos conversando con otros países de Latinoamérica para encarar el desarrollo multilateral de un satélite geoestacionario para aplicaciones meteorológicas dado que, junto con África, somos las únicas dos regiones del mundo que carecemos de un satélite de este tipo para tener pronósticos del tiempo y del clima más precisos.
-Más allá de los satélites ¿qué otras actividades están realizando desde su agencia?
-Además de satélites, también estamos avanzando en la terminación de la ingeniería de detalle del sistema de propulsión del inyector satelital Tronador II/III y la recuperación/terminación del sitio de lanzamiento en la Base Naval Puerto Belgrano, que esperamos tener operativo en 2024. Por otra parte, pretendemos instalar una tercera estación de telemetría en la Base Antártica Conjunta Belgrano II -la más cercana al Polo Sur que tiene nuestro país- para la cual ya hemos comprado las antenas y domos (cobertura de forma esférica que protege las antenas de las severas inclemencias meteorológicas del continente blanco). Estas antenas ya fueron recibidas y montadas en el CETT para corroborar su correcto funcionamiento, antes de trasladarlas en el rompehielos Almirante Irízar e instaladas en su sitio definitivo contiguo a la Base Antártica Conjunta Belgrano II. Asimismo, tenemos expectativas de recibir muy pronto la acreditación de la CONEAU para la nueva Maestría de Sistemas Espaciales que dictará el Instituto de Altos Estudios Espaciales “Mario Gulich”.
RECURSOS QUE NOS PERMITEN AVANZAR
-¿Con qué recursos humanos y económicos cuentan?
-Además del presupuesto que recibimos del Tesoro Nacional, la CONAE también tiene recursos que corresponden a los créditos de diversas instituciones financieras internacionales, entre los cuales podemos citar al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF). Los fondos que nos aportan estas instituciones multilaterales de crédito, así como los acuerdos de cooperación que hemos suscrito y materializado en diversos proyectos de muy alta complejidad con las principales agencias espaciales del mundo, son prueba irrefutable del prestigio y alto grado de desarrollo del sector espacial argentino, tanto a nivel público como privado.
-Usted citó los países de primer mundo con los que CONAE interactúa, ¿también trabajan con agencias espaciales latinoamericanas?
-Efectivamente, la CONAE no sólo colabora con agencias de las principales potencias del globo, también tenemos y hemos tenido proyectos con agencias de países como Brasil, México, Colombia, Chile, etc. Nuestro país no sólo pretende incrementar el desarrollo espacial nacional, sino también a nivel regional, por lo que desde un principio hemos tratado de que otras naciones latinoamericanas se interesen más en generar capacidades científicas e industriales acordes a sus necesidades de aprovechamiento del espacio.
INTEGRACIÓN SATELITAL LATINOAMERICANA
-A propósito del ámbito latinoamericano, ¿qué es el ALCE?
-Después de muchos años de negociaciones, el 18 de septiembre de 2021, se creó formalmente la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE), con el fin de convertirse en un mecanismo de cooperación que potencie la capacidad de observación de la Tierra a través de satélites con aplicaciones en agricultura, mitigación de desastres causados por fenómenos naturales y antrópicos, seguridad, control de fronteras y litoral marítimo; oceanografía; meteorología; exploración de recursos naturales; cartografía, etc. En el marco de la ALCE, la Argentina impulsa la colaboración entre las agencias espaciales y los servicios meteorológicos de los países de la región para diseñar, construir, lanzar y operar un satélite meteorológico geoestacionario que permita contar con información precisa para brindar mayor seguridad a la navegación aérea y marítima, y aumentar la productividad agrícola-ganadera, entre otros objetivos.
-¿Cómo se financiará el satélite del que estamos hablando?
-En orden a afianzar el liderazgo de la República Argentina en este proyecto de satélite meteorológico regional, el MINCyT ha previsto una partida presupuestaria para ejecutar la prospección de prestaciones y funcionalidades que debería tener el satélite meteorológico, evaluar su factibilidad económica, etc. Por otro lado, a través de la CONAE, nuestro país dará soporte técnico a la formulación del citado satélite en colaboración con las Agencias especiales de los países de la región, acciones que han sido muy bien recibidas por los miembros de la ALCE y de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) Regional III (Latinoamérica). Esperamos que en los próximos meses se concrete la constitución de diferentes grupos de trabajo para avanzar en las definiciones que requiere una misión espacial tan compleja y costosa como es el desarrollo de un satélite meteorológico geoestacionario, que demandará unos cinco a siete años de diseño, construcción, ensayos y casi 300 millones de dólares entre el costo del satélite en sí mismo y su puesta en órbita geoestacionaria a unos 35.000 kilómetros de altura.
ARGENTINA TRABAJANDO JUNTO A BRASIL
-¿Con Brasil qué proyectos han realizado o tienen en marcha?
-Los primeros cuatro satélites que encaró la CONAE debieron realizar sus campañas de ensayos ambientales en el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil. Esto sucedió porque nuestro país carecía por entonces de las facilidades, equipos y personal especializado para someter los satélites a las exigencias que deben soportar durante su lanzamiento y luego mientras orbitan alrededor de la tierra, como son las vibraciones y sonidos muy fuertes en el lanzamiento y la gran amplitud térmica. En 2010, ARSAT creó, junto a la empresa estatal rionegrina INVAP, el Centro de Ensayos de Alta Tecnología Sociedad Anónima (CEATSA), que permitió al país contar con las más modernas facilidades de Latinoamérica para ensayos de satélites y sistemas/componentes para otras industrias. Más cerca en el tiempo, INVAP logró exportar a Brasil una computadora de vuelo para uno de sus satélites, lo cual representó un ingreso de casi 20 millones de dólares por este componente crítico para toda misión satelital.
-¿Están trabajando en la construcción de un satélite conjunto?
-Hoy estamos trabajando con Brasil en la construcción de los satélites SABIA-Mar, de los cuales CONAE ya encaró la integración del modelo de vuelo, que esperamos lanzar al espacio en 2024. Por su parte, la Agencia Espacial de Brasil (AEB) hará lo propio en 2025. Este satélite tendrá como función el estudio de los mares a nivel global, y especialmente en las regiones costeras de la Argentina y Sudamérica, hasta los 650 km mar adentro, además de incluir a las aguas interiores. De esta manera, el SABIA-Mar aportará un mejor conocimiento del Mar Argentino y contribuirá a la soberanía nacional favoreciendo un mayor control y vigilancia de nuestro litoral marítimo, nos permitirá realizar investigaciones científicas y aumentar la producción nacional a partir de información relativa a la pesca y los hidrocarburos.
* El autor es Máster europeo en Dirección Estratégica y Tecnológica, se desempeña como Consultor de Empresas y Gobiernos en Defensa, Seguridad y Aeroespacio.
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