En los últimos días, Ucrania se aseguró el envío de carros de combate Leopard 2A4. Catorce de ellos, entregados por Alemania. Otros aliados de la OTAN también se comprometieron a sumarse a esta iniciativa. Hasta ahora, los países occidentales se habían negado a suministrar tanques de última generación, pero después de los pedidos reiterados del presidente Volodymyr Zelensky, finalmente accedieron.
La presencia física de los tanques, en algunos casos, funciona como una herramienta psicológica para intimidar al enemigo, con el objetivo de desalentarlos y animar a los aliados. Y además son un instrumento fundamental para avanzar en territorio enemigo, permitiéndole a Ucrania reconquistar territorio ocupado por los rusos.
Los Leopard alemanes
Los Leopard 2A4 están equipados con una torreta blindada, y poseen un equipo de navegación de última generación. Cuentan además con el sistema de armamento más avanzado del mundo y poseen una computadora para el control del fuego, un sistema de visión nocturna y detección de amenazas.
La principal característica de estos tanques es su blindaje de última generación, lo que les permite resistir un gran número de proyectiles de alta velocidad. Actualmente, este modelo es uno de los tanques más modernos y utilizado por varias fuerzas armadas del mundo, como Brasil, España y Tailandia, entre otros.
El gobierno alemán aseguró que el envío de los Leopard 2A4 permitirá apoyar la modernización de las Fuerzas Armadas ucranianas, con el objetivo de fortalecer su capacidad de defensa frente a las amenazas externas.
Además de este sistema de armas, EE. UU. aseguró que entregará a Ucrania 31 carros de combate M1A2 Abrams, otro de los modelos más modernos del mundo y que cuenta con dos capas de blindaje de alta resistencia. Lo que frenaba a la superpotencia a dar esta ayuda son algunos componentes secretos que poseen estas máquinas.
De todas formas, tardarán meses en estar operativos por las necesidades logísticas para utilizarlos y el entrenamiento que deberán recibir los soldados ucranianos para operarlos.
La respuesta rusa
La respuesta del Kremlin al envío de tanques por parte de Alemania y EE. UU. a Ucrania fue una condena firme. Denunció el hecho como un acto de provocación extrema y advirtió que llevará el conflicto a límites nunca antes vistos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia acusó a ambos países de alentar la escalada de violencia en el conflicto entre Ucrania y los separatistas prorrusos en el este del país. Además de calificar a la acción como “una provocación inaceptable”, desde Moscú advirtieron que la decisión puede tener consecuencias serias para la seguridad regional.
Mientras las declaraciones cruzadas continúan, en el último tiempo se produjeron diferentes bombardeos en varias partes de Ucrania, incluyendo la región de Donbass, principal frente de batalla del conflicto. Esto se suma al aumento de la presencia militar rusa en la región, movilizando tropas, armas y equipos militares. En simultáneo, Moscú incrementó sus actividades de vigilancia, incluyendo el uso de drones para recolectar información, y anunció la creación de una zona de exclusión aérea en la región de Donbass.
El apoyo de Occidente
En una de sus declaraciones a la prensa el canciller alemán Olaf Scholz sostuvo que este suministro de tanques acentúa el apoyo de la Unión Europea al país que preside Volodomir Zelensky y subrayó la necesidad de que Rusia respete los acuerdos de paz y deponga su ofensiva militar.
El envío de tanques a Ucrania se lee como una señal de Occidente en apoyo a la integridad territorial de ese país y como una forma de presionar al gobierno ruso a retirar sus fuerzas invasoras. Además de los tanques, varios países miembros de la OTAN enviaron otros equipos de defensa, como armas y sistemas de drones, además de asistencia financiera y militar a Kiev.
Mientras tanto, la paz no llega y los ciudadanos de Ucrania continúan sufriendo los efectos de una guerra que ha causado más de 14.000 muertes y ya ha dejado más de un millón de personas desplazadas.
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