La milla 201, la incorporación de material para el potenciamiento y una mejora en la profesionalización de las Fuerzas Armadas y el FONDEF fueron algunos de los varios temas que abordó el diputado nacional Alberto Assef, presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara Baja, en diálogo con DEF. “No hay posibilidad de afirmar nuestra soberanía sin Fuerzas Armadas con capacidades operativas para poder disuadir cualquier agresión y amenaza”, asegura.
-¿Cuáles son los puntos sobre los que hace foco la comisión que preside?
-Las preocupaciones de los miembros de la comisión representan aquellas que tiene el ámbito de la defensa nacional, tanto de especialistas y estudiosos como de los miembros de las Fuerzas Armadas (FF. AA.). Todos somos conscientes de que las capacidades militares de la Argentina son muy limitadas, pero hay una decisión de recuperarlas. En ese sentido, el Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF) es uno de los síntomas positivos y, desde Diputados, vamos a trabajar para mejorar todo lo que esté a nuestro alcance en lo que respecta a la defensa y sus instrumentos.
-Habló de FONDEF y lo mencionó como un hecho positivo. Según su visión, ¿cuáles son sus fortalezas?
-Creo que el fondo encarna un concepto que representa un cambio de estrategia de una política que marginaba la defensa nacional, la descuidaba y era indiferente con ella. Hay que entender que la defensa es la custodia de la soberanía, esencialmente. No hay desarrollo ni bienestar para un pueblo sin soberanía.
-A propósito de esto, ¿qué rol tiene la comisión sobre el fondo?
-Recibimos un informe sobre los fondos y, en caso de que nos interesara poder analizar, en una reunión de carácter secreto, más pormenorizadamente ítem por ítem de lo gastado, podríamos hacerlo. En la medida de lo que esté a nuestro alcance, queremos evitar cualquier desvío a gastos corrientes.
Una mirada a largo plazo
-¿Cree que es clave internalizar el concepto de “soberanía”?
-Sí. Hay materiales críticos que Argentina posee y que son codiciados, por lo que no podemos ser ingenuos y creer que, porque tenemos aseguradas las fronteras, nadie va a arrebatar lo nuestro. Está demostrado que quienes no supieron defender sus intereses, de una u otra manera, se vieron afectados. La defensa nacional ha cobrado creciente valor y, en relación con las prioridades, en este momento, nosotros queremos tener más claridad con respecto a las previsiones para restituir las capacidades de las Fuerzas Armadas, como, por ejemplo, si se va a sostener la política antártica y se va a desplegar aún más la presencia en el continente blanco, un lugar al que consideramos un objetivo fundamental de la Nación. Porque el largo plazo siempre se construye con los pequeños pasos que se dan hoy y mañana.
-En materia de inversiones, ¿considera necesaria la adquisición de submarinos y aviones supersónicos, además de otros tipos de equipamiento?
-Cuando me refiero a restituir las capacidades de las FF. AA., me refiero también a esto, porque no hay mejor manera de custodiar nuestra amplia plataforma marítima y su extensión si no es con la presencia de esa nave silenciosa que puede dar información certera y transmitírsela a las fuerzas operativas, para que eviten la depredación de nuestros recursos. Todo esto sin mencionar que, además, se complica el asunto al tener una realidad de usurpación en Malvinas, con lo cual existe la posibilidad de que los usurpadores concedan permisos a flotas de otros países.
-¿Cuál es su mirada sobre la depredación ilegal del mar argentino?
-El mar argentino está, aparentemente, libre de incursiones, pero la milla 201 está sembrada. Nosotros deberíamos hacer una tarea preventiva de control y de disuasión. Eso tiene que ver con la presencia y con un equipamiento que nos permita monitorear en tiempo real. Tiene que haber aviación naval y auxilio satelital, e incluso trabajar en lo que respecta a ARSAT para tener capacidad satelital. Es un tema preocupante, como también lo es que, en algunos casos, en el límite con Chile, existen compañías mineras que tienen concesiones en ambos lados de la frontera y han transformado el territorio argentino en el basurero de su explotación, lo que contamina las vertientes. Eso es producto de la desidia y del descuido. Un pueblo que tiene conciencia fronteriza tiene vitalidad: las fronteras son el comienzo del país, no el final.
-En los últimos años, cobró mayor relevancia la ciberdefensa. ¿Qué piensa al respecto?
-La ciberdefensa es fundamental, dado que un país puede ser paralizado con un ataque cibernético. Actualmente, EE. UU. posee una fuerza especializada en materia de ciberdefensa. Sabemos que el Ministerio nacional y las Fuerzas están trabajando en el área, y eso también tiene que ver con especializar al personal en esta materia.
-Repasando los últimos proyectos concretados, ¿cuáles considera que representaron un importante hito en materia de defensa?
-Creo que el buque polar es un objetivo importante que se concretó. También lo son los patrulleros oceánicos que se incorporaron. Aunque, quizás, falta un tema de equipamiento vinculado a sus cañones, dado que el poder de fuego no es exactamente el poder disuasorio que estamos necesitando, y eso es algo que hay que profundizar.
“No es solamente una cuestión de justicia remunerativa, sino también de sentido común”
-Se habló mucho de la jerarquización salarial de las Fuerzas Armadas…
-Es un tema muy delicado, porque es justo que se les reconozca la remuneración que corresponde a la jerarquía institucional que tienen los miembros de las FF. AA. en sus distintos grados y en relación con otras instituciones del Estado; no solamente en materia de seguridad, sino también en otros órdenes institucionales y competencias civiles con ingresos muy superiores.
Además, hoy existe la posibilidad de que el personal se vaya al sector privado con una remuneración mayor de la que tiene en las Fuerzas, y eso lleva a que se estén perdiendo valores humanos de alta calidad profesional que, en definitiva, son absorbidos por la actividad privada. Estamos perdiendo capacidades técnicas de excelencia. No es solamente una cuestión de justicia remunerativa, sino también de sentido común.
-¿Cuál es su mirada con respecto al rol de las FF. AA.?
-Tuvieron un papel importante ante catástrofes y conmociones, como fue la pandemia. Cuando fueron llamadas a auxiliar, lo hicieron con una alta eficacia y, sobre todo, con alta receptividad por parte de la población. En caso de catástrofes, tienen un rol fundamental, por eso es importante que volvamos a reformular las reservas, que es otro tema que me preocupa. Estas deberían tener un trabajo más efectivo y organizado. Hay que reelaborar la ley de reservas. Concebimos nuestras FF. AA. como disuasivas, lo cual no quiere decir que sean pasivas; por ese motivo, deben tener protagonismo, activismo y dar apoyo logístico en algunos combates que Argentina tiene que pelear, como, por ejemplo, con las bandas narco.
“Nadie discute que son parte del sistema republicano y democrático”
-Desde 1983 hasta hoy, ¿cuál es su mirada sobre la evolución del rol que cumplieron las Fuerzas Armadas?
-Fue doloroso lo que pasó durante el gobierno militar, porque tuvimos un fracaso económico, social y político. Creo que hoy nadie discute que, institucionalmente, son parte del sistema político republicano y democrático. No hay posibilidad de afirmar nuestra soberanía sin Fuerzas Armadas con capacidades operativas para poder disuadir cualquier agresión y amenaza.
-¿Cómo evalúa la evolución del concepto de defensa a nivel social?
-Vemos con optimismo que exista otra consideración. A eso también contribuye, considero, la Universidad de la Defensa, porque terminó siendo un ámbito importante para mejores y mayores especializaciones en la materia. Hay que mejorar el sistema de inteligencia, porque la inteligencia estratégica no es cosa menor. Se la ha menospreciado, como si fuera espionaje, y es interpretar, entender y anticipar los acontecimientos. Es una especialización que no puede ser minimizada ni llevada a manos de quienes la opacan con su mal desempeño.
-¿Cuál es su opinión sobre Malvinas?
-Considero que las Malvinas son clave para el futuro argentino. El día en que Argentina recupere su potencialidad y, sobre todo, su espíritu, vamos a repotenciarnos. Londres sabe de la importancia que tienen las islas, lo sabe desde el siglo XIX. En aquel entonces, nosotros no lo tuvimos tan en claro y nuestras luchas impidieron que las defendiéramos en ese momento.
-¿Y luego?
-Tuvimos varias oportunidades. Hubo dos en las que prácticamente Inglaterra había reconocido el proceso de reintegración de soberanía en non papers (documentos no firmados). Fueron en el gobierno de Onganía y en el de Perón. De hecho, Perón ordenó al ministro de Relaciones Exteriores que se aceptase el non paper. Su fallecimiento y la desestabilización política posterior postergaron esa definición. Esa propuesta tenía vinculación a un contexto de situación política interna sólida. Por eso, es importante lo que nosotros hagamos internamente para poder recuperar las Malvinas.
-¿A qué se refiere?
-A que no es un asunto solamente de política exterior. Con nuestra estabilidad y con varios aspectos que tienen que ver con un país que se encamina, hay una consecuencia natural, que es la negociación con la potencia que usurpa el territorio. También quiero recordar que, en Panamá, tuve la oportunidad de escuchar al expresidente Arístides Royo, quien dijo que el canal lo recuperaron por el apoyo de toda América Latina y sugirió que nosotros no descuidásemos ese apoyo para recuperar Malvinas.
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