No se puede amar lo que no se conoce”, dice una popular frase atribuida a diferentes sabios, como San Agustín y Leonardo Da Vinci. En un país muy dividido y polarizado, Malvinas es una de las pocas causas que nos unifican y nos definen como argentinos, en un sentimiento que supera cualquier diferencia política. Sin embargo, no podemos dejar de señalar que todavía sigue siendo muy poco lo que sabemos de estas lejanas islas australes, que nos enseñaron a amar desde la escuela primaria.
Por eso, desde Taeda nos hemos propuesto hace ya 17 años iniciar una tarea de concientización de lo que significa este archipiélago en nuestra historia y el por qué de un reclamo soberano que no tiene discusión en el plano del Derecho Internacional. Un reclamo inalterado desde 1833, que tuvo una página de heroísmo y sacrificio en el desempeño de nuestros valientes soldados durante el conflicto bélico de 1982, en el que defendieron con honor y gloria el suelo argentino de la usurpación británica.
Nuestros más recientes libros. Malvinas: 40 años y Malvinas: Cuatro viajes, así como la muestra fotográfica itinerante “Malvinas, retratos de un sentimiento”, que está recorriendo nuestro país desde abril pasado, muestran el firme compromiso de Taeda con nuestros Héroes, el reconocimiento de lo que representa Malvinas hoy para la Argentina y, sobre todo, la contribución para que este espíritu “malvinero” que nos caracteriza siga siempre vivo y llameante en el corazón de las nuevas generaciones de compatriotas.
Una gesta contada por sus protagonistas
Comencemos esta breve reseña por el libro Malvinas: 40 años, que presentamos en mayo pasado en la Universidad Nacional de la Defensa (UNDEF). Allí reflejamos las vivencias de un grupo de Héroes del conflicto del Atlántico Sur, cuyos testimonios habían permanecido silenciados durante demasiado tiempo. Militares profesionales y soldados conscriptos, gendarmes y prefectos, marinos mercantes, personal de la salud, religiosos y civiles… La experiencia de Malvinas marcó un antes y un después en sus vidas. Recordar lo vivido por ellos en 1982, en condiciones muy desfavorables y frente a una verdadera potencia colonial, nos permite valorar su entrega total y ese espíritu de lucha y sacrificio.
Bajo la coordinación y la guía de un veterano de guerra y estudioso como pocos de la cuestión Malvinas, Héctor Tessey, el libro nos ofrece el testimonio de 22 argentinos y argentinas que se pusieron hace 40 años al servicio incondicional de la Patria. Por boca de cada uno de ellos, conocemos allí sus historias conmovedoras, que van desde el gesto cotidiano y la camaradería que primó en las islas hasta las grandes hazañas y las proezas que realizaron en el campo de batalla. Las vivencias de los protagonistas de la guerra de 1982 nos permiten entender las dificultades que tuvieron que afrontar, pero, al mismo tiempo, reflejan la solidaridad y la comunión que caracterizó y aún hoy caracteriza a los veteranos. El coraje y el valor quedaron reflejados en la heroicidad de sus acciones.
A través de sus historias de vida y sus experiencias, Malvinas: 40 años rescata, sobre todo, el aspecto humano de quienes vivieron la experiencia de combate y de apoyo a los soldados en las islas y en el continente o al borde de los buques y aeronaves de nuestras FF. AA. Desde su subjetividad, cada uno de ellos tiene recuerdos especiales de lo que vivió en Malvinas y, al margen de las batallas y de las operaciones en las que le haya tocado participar y que describen en detalle, nos expresan su motivación, sus temores, sus esperanzas, sus anhelos y sus vivencias en el terreno.
El testimonio del argentino que más conoce las islas
En la otra obra que acabamos de presentar, Malvinas: Cuatro viajes, el reportero gráfico Rafael Wollmann nos ayuda a comprender la evolución de la vida en las islas a lo largo de las últimas cuatro décadas, a partir de sus propias vivencias y de su aguda observación. Las más de 250 páginas de esta obra, con gran despliegue visual y cargada de emotividad, nos permiten entrar en el día a día de los isleños y conocer su idiosincrasia y su modo de pensar, además de la riquísima fauna, flora y geografía de un territorio que muchos de nosotros aún no hemos tenido el orgullo de visitar.
A cuarenta años de la guerra, en un esfuerzo editorial muy grande, superando los obstáculos pospandemia y sorteando la dificultad de las conexiones aéreas entre el continente y Malvinas, Taeda pudo hacer que el argentino que más conoce las Malvinas lograra regresar al archipiélago. Ya lo habíamos hecho en 2012, en ocasión del 30 aniversario del conflicto, en un magnífico trabajo que se tradujo en un número especial de nuestra revista DEF y en una muestra en el Palais. Sin embargo, este último viaje, tal vez por el paso de los años y por el contexto de pandemia aún reinante en el mundo, tuvo otro sabor. De alguna manera, sentimos que fue la concreción de un largo camino de trabajo y dedicación al tema.
El resultado ha sido más que óptimo. En un formato atractivo, esta verdadera obra de arte zambulle al lector en un mundo fascinante y desconocido. Es que, volviendo al principio de estas líneas, solo podemos amar aquello que conocemos y Malvinas: Cuatro viajes consigue justamente eso: acercar a cada argentino un amplio espectro de fotografías y testimonios de una archipiélago que nos ha sido usurpado por el ocupador británico en 1833 y que tenemos el deber de recuperar por la vía pacífica. Para ello, nada mejor que entender cómo se vive hoy y qué piensan quiénes son hoy los habitantes de nuestra querida “perla austral”.
Un reconocimiento a la entrega total
También quisimos rendir homenaje a los que no dudaron en poner todo de sí, incluso hasta perder la vida, para defender la soberanía argentina y difundir la “Causa Malvinas”, dedicándoles la edición 2022 de los Reconocimientos Taeda.
Con el foco puesto en la valoración de quienes realizan aportes relevantes a la sociedad desde los distintos campos del saber y del hacer, nuestra editorial y fundación entrega anualmente los Reconocimientos Taeda, que, a lo largo de sus ediciones, ha distinguido figuras tan diversas como el Papa Francisco, el Premio Nobel de la Paz y líder israelí, Shimon Peres, el doctor en Ciencias Químicas, Gabriel Rabinovich, y al personal del Hospital Militar Central durante la pandemia. La primera edición estuvo dedicada “A la paz en el mundo”; la segunda, “A la Ciencia”; la tercera, “Al personal de la Salud en la pandemia del COVID-19″; y, la de este año, “Al 40.º Aniversario de la guerra de Malvinas”.
Los reconocimientos fueron recibidos por Raúl Ibáñez (Prefectura Naval Argentina), Liliana Colino (Fuerza Aérea Argentina), Luis Ardaya (Armada Argentina), Ricardo Spadaro (Gendarmería Nacional Argentina), Horacio Sánchez Mariño (Ejército Argentino) y Rafael Wollmann, en nombre de la sociedad civil.
Una muestra itinerante con espíritu federal
Por último, quiero aquí recordar que desde el 2 de abril pasado, se encuentra en marcha otra de las iniciativas de la que Taeda se siente particularmente orgulloso: la muestra fotográfica itinerante “Malvinas, retratos de un sentimiento”. Se trata, en rigor, de un relanzamiento de esta exhibición que ya ha recorrido la vasta geografía argentina desde 2007 hasta el presente. Con nuevas herramientas tecnológicas, apelando a una mayor interacción con el visitante que se acerca a nuestra muestra y creando sinergia con organismos públicos y privados, así como con distintas instituciones educativas y centros de investigación del país, este proyecto de Taeda estuvo en marcha todo el año y recorrió miles de kilómetros, desde su “punto cero” en el Cenotafio de Malvinas de Plaza San Martín, en la ciudad de Buenos Aires, hasta la región de Cuyo, más precisamente la ciudad de Mendoza y San Rafael, pasando por San Andrés de Giles, Mercedes, Pehuajó, Daireaux, Henderson y La Matanza.
Creemos, sin ninguna pretensión de autobombo ni falsos autoelogios, que estamos cumpliendo nuestro compromiso. Estamos sembrando en tierra fértil, al transmitir a las nuevas generaciones el amor por Malvinas a través del testimonio de quienes allí combatieron hace cuatro décadas y de quienes conocen como pocos la idiosincrasia y la vida en las islas. El amor por la Patria y por nuestras queridas islas se cultiva día a día.
De lo que se trata, en definitiva, es de “malvinizar” y crear conciencia de Patria en cada rincón de nuestro bendito país. ¡Viva la Patria! ¡Las Malvinas son y serán por siempre argentinas!
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