Rafael Caro Quintero fue uno de los fundadores del cartel de Guadalajara y es considerado hoy uno de los bandidos más peligrosos de la historia de todo México. A fines de los 80, fue condenado por el asesinato de un agente de la DEA; sin embargo, en 2013, quedó en libertad tras un error judicial y, desde ese momento, se movió en la clandestinidad. En todo este tiempo, después de la caída del Chapo Guzmán, hay quienes aseguran que se reinventó como el nuevo jefe del cartel de Sinaloa. Hoy, quién fuera conocido como “el narco de narcos” está nuevamente en prisión y pelea por no ser extraditado a Estados Unidos.
Un reinado infame
A principios de la década del 80, tres hombres le dieron vida a una de las bandas criminales más temidas de todos los tiempos: Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero fundaron el cartel de Guadalajara y llevaron el mundo del hampa y el narcotráfico a otro nivel.
Por ese tiempo, la organización logró traficar varias toneladas de cocaína a los Estados Unidos y, según estimaciones, obtuvo ingresos anuales por 5000 millones de dólares. El reinado de terror en México fue tal que, a fuerza de drogas, dinero y muchas muertes, Rafael Caro Quintero comenzó a construir su propio mito y así fue como ganó una corona infame: la de “el narco de Narcos”.
Pero, el 9 de febrero de 1985, todo cambió. Después de la “Operación Rancho Búfalo”, de la que participaron 450 soldados mexicanos y agentes de la DEA, el cartel de Guadalajara descubrió que había infiltrados estadounidenses en la organización y que debían pagar por su traición. La venganza terminó con la tortura y el asesinato del agente especial Enrique ‘Kiki’ Camarena Salazar.
En medio de una gran crisis diplomática entre México y Estados Unidos, la agencia antidrogas estadounidense puso en marcha la “Operación Leyenda”, la más grande de su historia, con el objetivo de capturar y encarcelar a los tres líderes del cartel. En ese momento, todos huyeron a diferentes destinos, pero luego fueron capturados.
Caro Quintero eligió Costa Rica para esconderse, aunque la aventura le duró poco y, tras ser encontrado por las fuerzas policiales de ese país el 18 de septiembre de 1985, fue extraditado inmediatamente a tierras aztecas.
Cuatro años más tarde, la justicia de su país lo condenó por los cargos de narcotráfico, secuestro, homicidio calificado, tráfico de marihuana y cocaína, y asociación delictiva. Sin embargo, y a pesar de que recibiría en su condena una acumulación de penas por más de 199 años, debido a las leyes mexicanas, solo se le aplicaron 40 años efectivos en prisión.
Todo pasa
La caída de los jefes del cartel de Guadalajara no detuvo el negocio del narcotráfico. Año a año, diferentes organizaciones intentaron copiar aquel modelo criminal y nuevos líderes, como Joaquín “Chapo” Guzmán, salieron de la oscuridad y se convirtieron en temidos jefes criminales.
Mientras tanto, Rafael Caro Quintero nunca abandonó sus sueños de libertad y, tras 28 años de prisión y decenas de apelaciones por su condena, el 9 de febrero de 2013 fue liberado por un tecnicismo legal, un error en el proceso penal que lo condenó. Sin embargo, poco tiempo después, un tribunal federal mexicano emitió una orden de arresto en su contra, pero nunca se presentó a ese llamado de la justicia: a partir de ese momento, se convirtió en uno de los fugitivos más buscados.
Su salida no pasó inadvertida para el gobierno de Estados Unidos, que lo puso en la lista de los criminales más peligrosos y ofreció la suma de 20 millones de dólares para quienes aportaran información que lo devolviese tras las rejas. Para la DEA, Caro Quintero nunca abandonó sus viejos hábitos e intentó recuperar el lugar que supo tener en el mundo narco.
Según esta teoría, y pese a un supuesto pedido del Chapo Guzmán para que se mantuviera al margen, aseguran que buscó apoyo en Los Zetas y en el cartel Jalisco Nueva Generación para quedarse con todo lo que alguna vez supo ser suyo. Sin embargo, mediante una entrevista desde la clandestinidad al medio mexicano Proceso, Caro Quintero aseguraba el 25 de febrero de 2016 que ya no era narcotraficante y que vivía gracias a la ayuda de los demás.
La caída
En julio de 2022, en Sinaloa, la marina armada mexicana y la DEA les pusieron fin a los días en libertad de “el narco de narcos”. Si bien todavía hay controversia al respecto, un funcionario de la agencia estadounidense, con identidad reservada, le confirmó a un medio mexicano que su ubicación era conocida desde varias semanas antes de su captura y que fue concretada luego de 13 intentos fallidos.
Este funcionario, además, contó que las fuerzas pudieron dar con Caro Quintero gracias a traiciones por parte de otros narcos de la región del Triángulo Dorado, que afirmaban que quien fuera uno de los jefes del cartel de Guadalajara se había convertido en un problema para ellos y sus organizaciones.
Para saber más, mirá el video completo en nuestro canal de YouTube.
SEGUIR LEYENDO: