Este año, Argentina puso el foco en la recuperación de la base Petrel, la cual se encontraba deshabitada luego de sufrir un incendio en el año 1974. A esta iniciativa, se le suman otras, como la instalación de un radar de la Fuerza Aérea Argentina en Tierra del Fuego, la construcción de un buque polar –por parte de la firma Tandanor– y la posible creación de una unidad del Ejército en esa provincia.
Según la última directiva de Política de Defensa Nacional, la Antártida constituye un territorio con una importancia estratégica clave “cuya exploración, regulación, control efectivo, investigación, explotación y defensa son tareas irrenunciables del Estado Nacional”. DEF dialogó con el titular del Comando Conjunto Antártico, el general de brigada Edgard Calandín, para saber más sobre el desafío de convertir el lugar en un polo logístico y en una de las bases más modernas de la península antártica.
El objetivo de la obra es que Petrel se sume a las otras 12 bases con las que cuenta Argentina en el Continente Blanco. “Cuando, en 2021, bajamos en la Antártida y vimos el estado de lo que alguna vez fue su pista de aterrizaje, imaginamos sus potenciales prestaciones y visualizamos ese espacio como una base multimodal”, describe Calandín, y agrega que, gracias a encontrarse a unos pocos metros sobre el nivel del mar, el lugar permitiría la llegada de buques y aeronaves.
LOS DESAFÍOS DE RECONSTRUIR UNA BASE ANTÁRTICA
Sin muelle ni pista de aterrizaje para poder llegar, el personal debió enfrentar varios desafíos y una detallada planificación para poder trasladar el material y la maquinaria para comenzar los primeros trabajos. Calandín cuenta que, a todas esas dificultades, se les sumó una más: debido a su porte, las máquinas no ingresaban en las bodegas del rompehielos ARA “Almirante Irízar”; sin embargo, cuenta que ese singular problema se solucionó adaptando al carguero ARA Canal Beagle. “En Tandanor, se hicieron las obras necesarias para que el buque pudiera operar y trasladar los equipos de trabajo hasta las islas subantárticas. Finalmente, desde ese punto geográfico, el aviso ARA Puerto Argentino fue con el que terminamos de desembarcar el material”, comenta.
Otra de las complicaciones obvias que debieron enfrentar, pero no por obvia menos desafiante, fue el clima. “La gente solo descansaba cuando había un temporal que le impedía trabajar. Así fue como, paulatinamente, se realizaron los trabajos de suelo para la pista, los de reparación del hangar y la demolición mecánica de la casa”, destaca el comandante antártico.
Cabe señalar que todas estas tareas debieron hacerse contemplando el protocolo medioambiental que rige en geografía antártica y considerando las necesidades que deberían tener cubiertas aquellos efectivos que permanecerían allí durante todo el año: “Cuando bajaron, la primera actividad fue restaurar la línea eléctrica y la de agua. Me saco el sombrero por el trabajo que realizaron esas personas”.
TIEMPOS ANTÁRTICOS
El proyecto Petrel consta de varias etapas y tiene como plazo llevarse a cabo completamente en un periodo de entre cuatro y cinco años. “La primera fase está en desarrollo y ya cumplimos con algunos objetivos como, por ejemplo, remediar la basura histórica, dado que los residuos de la casa quemada estaban dentro de un hangar. Nosotros ya sacamos esa basura e hicimos la demolición mecánica”, describe Calandín y agrega que, actualmente, se está trabajando en la remodelación y reparación del hangar. “Estaba destruido. Había permanecido así desde la década del 70, en un ambiente geográfico particular que se caracteriza por ser muy agresivo y condicionante, no solamente para la vida humana, sino por el efecto que tiene sobre los materiales. A ello se suma que está sobre el nivel del mar, entonces la salinidad y los vientos destruían todo”, completa.
El comandante antártico cuenta también que este año comenzaron con el diseño de lo que será el aeródromo militar de la base, que contará con dos pistas transversales, y los estudios –que están llevando adelante el Servicio de Hidrografía Naval y el Comando Antártico– para evaluar el diseño e instalación de un muelle en el lugar.
UN ESFUERZO CONJUNTO
Calandín subraya que, desde el comienzo, se apuntó al trabajo conjunto entre las Fuerzas Armadas y que ese espíritu fue el que les permitió poder concretar los primeros objetivos. En este momento, el personal que se encuentra en la base está trabajando en pos de la fase 2; además, hay especialistas abocados al diseño de las pistas, de la terminal de pasajeros y de la torre de control.
Desde el comando explican que, en especial sobre aquellas que impliquen obras de gran envergadura, en especial sobre aquellas obras de gran envergadura, es fundamental poder contar con el estudio de impacto ambiental aprobado. No obstante, también señalan que en la última reunión del Tratado Antártico se presentó la reapertura de la Base y fue aprobada sin opiniones adversas. “Tenemos que presentar el informe”, subraya.
“En la campaña 2022/2023 vamos a tratar de concretar la primera etapa de la casa. Ya está diseñada y están aprobados los planos. Recibimos de la empresa 360 Energy una donación de 500 paneles solares para que sea autosustentable”, comenta el general de brigada sobre la unidad que fue concebida para alojar a más de cien personas. Según estimaciones, durante la campaña del 2024, podría partir el Hércules C-130 hacia Petrel.
“Petrel es un gran esfuerzo de la gente. Se resalta la coordinación entre las agencias y el trabajo conjunto para un futuro inmediato, cercano, que va a ensanchar el programa antártico argentino. Acá hay un plan, un objetivo concreto: se ensanchan las capacidades para lograr mayor eficiencia. Argentina siempre tiene capacidad”, concluye.
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