Un símbolo de fe y esperanza. Un sostén espiritual. El retorno de la Virgen de Luján que acompañó a los centinelas que pelearon a sangre y fuego en Malvinas fue tan deseado como sorprendente. Después de 37 años en el Reino Unido, su llegada causó conmoción y alegría. Pero ¿cuál fue la historia detrás de su regreso?
EL SECRETO QUE ESCONDÍA UNA FOTO
El comienzo de la aventura fue en 2018. En una entrevista brindada a un pequeño diario local, el médico militar inglés James M. Ryan confesaba que la Virgen de Luján que acompañó a los soldados en Malvinas estaba ubicada en la sede del obispado castrense británico, en la ciudad de Aldershot (al sureste de Londres).
Daniel Doronzoro es uno de los coordinadores de La Fe del Centurión, un grupo de personas que abrazan la causa Malvinas con una fuerte convicción espiritual. “Yo recibo cada tres meses una publicación, La Gaceta Malvinera, y un día, revisando números viejos, me encuentro con esta nota de la Virgen. Al lado, tenía el libro del capellán Vicente Martínez Torrens (Dios en las trincheras), empecé a curiosear entre las fotos y me encontré con una muy particular”, comenta Daniel.
La foto a la que hace mención Doronzoro es una que muestra a Martínez Torrens junto a un grupo de veteranos sosteniendo la imagen de una virgen arriba del capot de un Jeep, en tiempos de Malvinas. “Empecé a mirar la foto con la lupa y, ahí nomás, lo llamé al capellán. Le consulté por este tema y le envié por WhatsApp las fotos”, dice y agrega que Martínez Torrens no solo le confirmó su sospecha, sino que le preguntó qué es lo que hacía la figura religiosa en Inglaterra. “No sé, pero acá dice que los dueños tienen la posibilidad de pedirla y solicitar que vuelva al país, y yo, por lo que veo, creo que usted es uno de esos”, confiesa entre risas.
EL REGRESO DE LA VIRGEN
Tras esa charla de Daniel Doronzoro con el padre Vicente, Marcela Hernández, miembro y parte activa de La Fe del Centurión, buscó más imágenes de personas que pudieron haber estado en contacto con la Virgen y encontró la foto de una procesión que está dedicada a los veteranos Jorge Palacios y Raúl Ortiz, quienes unos días antes habían sobrevivido a un bombardeo enemigo. “Marcela se contactó con Palacios a través de Facebook y, cuando le contó lo de la Virgen, se emocionó tanto que se puso a llorar. Estaba muy feliz”, cuenta Daniel.
“Mientras yo llevaba a la Virgen, había un acercamiento espontáneo de los soldados, cada vez que yo me desplazaba con ella en el Jeep. La Virgen María demostró a lo largo de toda la contienda y, posteriormente también, que construye puentes, que derriba murallas. Para mí, esa figura que estuvo en Malvinas fue siempre eso, las uniones entre las personas”, dice Martínez Torrens, uno de los protagonistas clave de esta historia y uno de los soportes espirituales no solo de los soldados, sino de los centuriones que iniciaron las reuniones para traer la Virgen de regreso a casa.
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