“La definición por parte del Estado del sector espacial como un área estratégica y el mantenimiento de las políticas de mediano y largo plazo han hecho posible que nuestro país hoy tenga un lugar relevante en Latinoamérica y el mundo, y que sus capacidades sean reconocidas globalmente”, afirma el ingeniero Raúl Kulichevsky, director ejecutivo y técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). La constelación de los SAOCOM (Satélite Argentino de Observación por Microondas), actualmente en servicio, y, antes, sus hermanos menores de la serie SAC (Satélite de Aplicaciones Científicas) son muestras concretas del trabajo de esta agencia.
“La existencia de la CONAE como agencia espacial, la interacción que tiene en materia de cooperación internacional y la definición del Plan Espacial Nacional, con metas a diez años, nos permiten trabajar, a mediano plazo, en el desarrollo de capacidades de observación de la Tierra y de exploración del espacio ultraterrestre”, precisa Kulichevsky, para quien la continuidad en el sector es fundamental para avanzar en la concreción de los distintos proyectos. La agencia, que cumplió treinta años en 2021, es heredera de la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE), fundada en 1960, lo que marca la larga trayectoria de la Argentina en la materia.
La CONAE es una agencia auténticamente federal, con centros de investigación, desarrollo y producción en distintos puntos del país. Consultado sobre la función de cada uno de ellos, su director recuerda que, en el Centro Espacial Teófilo Tabanera (CETT), ubicado en Córdoba, tienen lugar los desarrollos asociados a la propulsión y los procesos de manufactura. Por su parte, el Centro Espacial Punta Indio (CEPI), se especializa en la manufactura, integración, ensayo y lanzamiento de vehículos experimentales. Además, se espera que en el futuro cercano se realicen, en el Centro Espacial Manuel Belgrano (CEMB), los lanzamientos de los vehículos Tronador I y II. Finalmente, en las cercanías de Tolhuin, se encuentra la Estación Terrena Tierra del Fuego, que incrementa las capacidades de la instalación similar ubicada en el CETT de Córdoba y que, próximamente, serán complementadas con la instalación de dos antenas en la base antártica Belgrano, la más cercana al Polo Sur que tiene nuestro país.
RUMBO AL NUEVO PLAN ESPACIAL
Respecto del nuevo Plan Espacial Nacional, el director de la CONAE destaca que se están ajustando los últimos detalles, antes de ponerlo a consideración del Poder Ejecutivo Nacional. “Va a ser el producto de la participación amplia de usuarios de información satelital, instituciones del sector científico-tecnológico, instituciones educativas, otros ministerios y empresas privadas”, enfatiza Kulichevsky.
En ese sentido, el actual viceministro de Ciencia y Tecnología, Diego Hurtado, subraya: “Es la primera vez que se incluye al sector privado espacial, que está en pleno crecimiento. Trabajando de manera asociativa con las instituciones y empresas del Estado (CONAE, VENG, INVAP), un número creciente de pymes del sector privado nos está permitiendo dar un salto cualitativo en materia aeroespacial”. Entre los principales actores privados, cabe destacar a las firmas DTA, Innova Space, Satellogic, Tlon Space, LIA Aeroespace, Space Sur y Ascentio.
Hurtado remarca que, después de un período de desfinanciación entre 2016 y 2019, “se ha vuelto a poner proa en la CONAE para alinear el Plan Espacial con un proyecto de país que tenga a la ciencia y la tecnología en las primeras líneas de sus políticas públicas”. En ese sentido, definió la agencia espacial criolla como “un arquitecto que tracciona y maximiza la sinergia entre universidades, instituciones técnicas del Estado, empresas públicas y privadas, además de la cooperación internacional con agencias de otros países”.
UN OBJETIVO AMBICIOSO: LOS VEHÍCULOS LANZADORES
En cuanto a los proyectos puntuales en los que está trabajando la CONAE, Kulichevsky se muestra convencido de que “contar con vehículos lanzadores propios es un paso muy importante para el logro de la independencia tecnológica nacional y el dominio de las nuevas tecnologías”. Al respecto, remarca que “los vehículos experimentales (VEx) se utilizarán para la comprobación de los desarrollos tecnológicos en áreas como propulsión, estructuras, navegación, guiado y control”.
El director ejecutivo de la CONAE aclara que, en todos los casos, la propulsión será a base de oxígeno líquido y querosén (LOx/KER). En cuanto a los vehículos que se están desarrollando, puntualiza que el Tronador II nos dará la posibilidad de colocar en órbita satélites o conjuntos de satélites de hasta 500 kilos de peso en su conjunto, en órbitas bajas de entre 400 y 700 kilómetros de altura; mientras que el Tronador III tendrá una capacidad de hasta 750 kilos.
EL CAMINO HACIA LA AGENCIA ESPACIAL LATINOAMERICANA
Los objetivos de las actuales autoridades no se limitan a consolidar el trabajo de la CONAE en nuestro país, sino que apuntan a una línea de trabajo conjunta a nivel regional. Tomando un modelo exitoso, como es el de la Agencia Espacial Europea (ESA), se está avanzando en la consolidación de la Agencia Espacial Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE), impulsada especialmente por Argentina y México. Kulichevsky sostiene que “será un hito trascendental para el desarrollo de las capacidades de los sectores espaciales de los países de la región, potenciando las posibilidades de cooperación y la sinergia entre las distintas agencias nacionales”.
“Pensando en las moralejas que nos dejó la pandemia, se puso en evidencia la debilidad de la cooperación científico-tecnológica entre los países de la región”, reconoce, por su parte, el viceministro Diego Hurtado, quien fue durante dos años vicepresidente de la CONAE. “La búsqueda de complementariedad en un sector estratégico es un paso muy importante”, completa, al tiempo que pondera la inserción del sector espacial argentino en un proyecto de alcance regional.
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