La causa Malvinas es un capítulo de nuestra historia que aún sigue abierto. La usurpación británica del 3 de enero de 1833 ha privado a la Argentina de la soberanía sobre un territorio que pertenece indudablemente a nuestro país. Los reclamos ante el Comité de Descolonización de Naciones Unidas han sido una constante de cada gobierno. Se trata, sin dudas, de la causa más importante de nuestra política exterior.
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas con el Reino Unido, en 1990 durante el gobierno de Carlos Saúl Menem, trajo algunas novedades. Bajo el paraguas del reclamo de soberanía, durante toda esa década se avanzó en una serie de acuerdos para las conservación de los recursos pesqueros e hidrocarburíferos. Tal vez, el más prometedor haya sido el firmado en 1995 entre los cancilleres Guido Di Tella y Malcolm Rifkind sobre cooperación en actividades offshore en el Atlántico Sudoccidental.
Paralelamente, Di Tella puso en marcha una controvertida política de seducción de la población isleña, que incluyó en diciembre de 1993 la entrega de unas cintas de video del dibujo animado Pingus. En 1996 fue el turno de un conjunto de ejemplares de “El Principito”, de Antoine Saint Exupéry, en inglés, junto con la frase más célebre del texto: “Lo esencial es invisible a los ojos”. En 1997 el regalo fue un libro de historia de la Patagonia, escrito en inglés. En 1998, fue el turno de los célebres libros de cuentos infantiles sobre Winnie-the-Pooh, que llegaron a 600 familias kelpers.
PESCA E HIDROCARBUROS: ACCIONES UNILATERALES BRITÁNICAS
Sin embargo, incumpliendo ese espíritu de diálogo, los británicos fueron extendiendo de manera unilateral su usurpación sobre los espacios marinos circundantes a las Malvinas. En concreto, entre 1987 y 1993, decidieron ampliar la supuesta “zona económica exclusiva” en torno de las islas hasta un total de 551.000 km². Por su parte, la administración isleña comenzó a otorgar licencias de pesca en esas aguas. Se estima que esos ingresos representan actualmente el 40% del PBI de las islas. Según análisis de expertos, debido a la extracción recursos pesqueros en aguas circundantes a Malvinas, Argentina habría perdido entre 63.000 y 148.000 millones de dólares en las últimas cuatro décadas, a un promedio de 200.000 toneladas anuales.
En vista de esa situación y del incumplimiento de los compromisos por parte de los británicos, en marzo de 2007 el gobierno de Néstor Kirchner comunicó a Londres la decisión del gobierno argentino de dar por terminado el acuerdo de 1995 en materia de actividades en el Atlántico sudoccidental.
La situación se vio agravada con la llegada, en febrero de 2010, de la plataforma “Ocean Guardian” para realizar prospecciones en busca de petróleo a 100 km al norte de las islas Malvinas. El gobierno argentino acusó a los británicos por la “expoliación de los recursos naturales no renovables de nuestro país”. En esa misma línea, el Congreso aprobó una ley que sanciona a las compañías petroleras extranjeras que cuenten con concesiones en aguas adyacentes a las islas.
En marzo de 2013, mientras tanto, el gobierno isleño convocó a un referéndum, rechazado por Argentina, en el que, según datos difundidos por la administración kelper, el 99,8% se pronunció a favor de mantener al territorio bajo la soberanía británica. La Cancillería argentina rechazó el carácter de esa consulta a la luz del Derecho Internacional y señaló que “el Reino Unido carece de derecho alguno a pretender alterar el estatuto jurídico de esos territorios, aún con el disfraz de un hipotético referendo”.
DEL G-20 A LA IDENTIFICACIÓN DE LOS CAÍDOS ARGENTINOS EN MALVINAS
La administración Macri intentó un tímido acercamiento con el Reino Unido, a partir de las conversaciones mantenidas en septiembre de 2016 entre el vicecanciller Carlos Foradori y su par británico Alan Duncan. En noviembre de 2018, en el marco de la cumbre del G-20, el entonces presidente Mauricio Macri recibió en Buenos Aires a la primera ministra Theresa May, con la que mantuvo un encuentro bilateral al margen de las reuniones oficiales del foro.
En los últimos años, un hecho que despertó gran expectativa en los familiares de los Caídos en Malvinas fue el proceso de identificación, partir de pruebas de ADN, de los restos de soldados argentinos enterrados en el cementerio de Darwin. La iniciativa ha sido impulsada por el coronel británico Geoffrey Cardozo y el excombatiente argentino Julio Aro. Ambos fueron postulados en 2020 al Premio Nobel de la Paz.
En el plano diplomático, Argentina ha logrado en los últimos años el apoyo tanto del Mercosur como de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) a su reclamo ante el Reino Unido. También cuenta con el apoyo de grupos de gran importancia en el concierto internacional, como el G-77 + China, que reúne a los países en vías de desarrollo. Y, año tras año, Argentina reitera su reclamo ante Naciones Unidas para que el Reino Unido regrese a la mesa de negociación, hasta el momento sin éxito.
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