Mar Chiquita: Parque Nacional Ansenuza, un refugio natural en el centro de Argentina

Con el objetivo de proteger la laguna de Mar Chiquita y los bañados del río Dulce -uno de los humedales más grandes del mundo- se espera la decisión política que crearía este nuevo Parque Nacional

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La laguna de Mar Chiquita es un espejo de agua salina, de una superficie variable que fluctúa entre los 6000 y los casi 8000 km2 (Macarena Prat Chretien)
La laguna de Mar Chiquita es un espejo de agua salina, de una superficie variable que fluctúa entre los 6000 y los casi 8000 km2 (Macarena Prat Chretien)

Ubicado en el noreste de la provincia mediterránea, la laguna de Mar Chiquita es un espejo de agua salina de una superficie variable que fluctúa entre los 6000 y los casi 8000 km2. Conocida como también como mar de Ansenuza, se trata de una cuenca cerrada que recibe el aporte de los ríos Dulce, Suquía y Xanaes, cuyos caudales determinan su nivel de salinidad. Con una extensión que alcanza alrededor de un millón de hectáreas, este humedal incluye también los cauces de los ríos, playas, lagunas, bañados, bosques, pastizales, sabanas y matorrales. Quebrachos, algarrobos, juncales, arbustos y totorales son algunas de las especies vegetales del lugar. Es esta enorme variedad la que admite una variada fauna, en la cual se destacan las aves (está presente el 36 % de la avifauna del país, el 66 % de todas las especies migratorias y playeras registradas en Argentina y el 85% de las de la provincia), que llegan provenientes de todo el continente, desde América del Norte hasta la Patagonia. En medio de semejante riqueza, hay un protagonista indiscutido: el flamenco.

Hugo Giraudo, reconocido fotógrafo de la naturaleza, integrante del Club de Observadores de Aves (COA) y colaborador de Aves Argentinas, detalla que hay seis especies de flamencos en el mundo, de las cuales en América existen cuatro y, en Sudamérica, tres, que en su totalidad se encuentran en la zona. “El más abundante es el denominado flamenco austral, que está presente todo el año y, según el último censo, alcanzó una población de alrededor de 300.000 ejemplares. Las otras solo se encuentran durante el otoño-invierno, pero ya existen pequeñas colonias que se quedan todo el año, incluso una especie migratoria comenzó a nidificar aquí”, explica.

LA BIODIVERSIDAD DEL LUGAR

Uno de los especialistas más destacados de la zona es Matías Michelutti, quien hace más de 30 años que recorre la laguna como prestador de turismo alternativo e integra el Grupo de Conservación Flamencos Altoandinos (GCFA), que desde 1996 se dedica a coordinar programas de investigación y manejo enfocado en el monitoreo de estas aves. “Esta región es el sitio más importante a nivel continental para la nidificación, porque en él encuentran refugio y alimento en abundancia, como lo demuestra la presencia del flamenco andino o parina grande, y la parina chica o flamenco de James, que llegan durante el invierno provenientes de la Puna. También son importantes los chorlos y playeros, que vuelan miles de kilómetros desde el hemisferio norte para venir a alimentarse”.

Esta región es el sitio más importante a nivel continental para la nidificación de aves, tal como lo demuestra la presencia del flamenco andino o parina grande, y la parina chica o flamenco de James (Macarena Prat Chretien)
Esta región es el sitio más importante a nivel continental para la nidificación de aves, tal como lo demuestra la presencia del flamenco andino o parina grande, y la parina chica o flamenco de James (Macarena Prat Chretien)

La variada biodiversidad de la región no se agota en la avifauna. La nutria, el aguará guazú, el lobito de río, el carpincho, el puma, el gato del pajonal, el zorro y la corzuela parda son algunas de las especies presentes, muchas de las cuales se encuentran en peligro de extinción o con serios problemas de conservación. Giraudo cuenta que no existe un registro preciso de la cantidad de mamíferos, pero que se estima que hay alrededor de 45 especies. “En la actualidad, estamos colocando cámaras trampa ocultas –con censor de movimiento– que sacan fotos en los pastizales, la costa y el monte, entre otros sectores. El objetivo es registrar fehacientemente la presencia de determinadas especies. Se sabe, por ejemplo, que aparecieron huellas de pumas, carpinchos, corzuelas o pecaríes, pero en su mayoría no están registradas en imágenes”.

LOS SERVICIOS AMBIENTALES QUE PRESTA LA LAGUNA

Un tema aparte es el relacionado con las propiedades terapéuticas del agua salina y el fango lacustre. Adrián Walker, quien se desempeña desde 2007 como intendente de la localidad de Miramar –único pueblo ribereño ubicado en la costa sur de la laguna–, explica que Mar Chiquita es el mayor lago de Sudamérica y la quinta laguna salada más grande del mundo, después del mar Caspio, el mar de Aral y el lago Baljash. Sus aguas, al igual que el fango y las sales, tienen propiedades curativas, en especial en enfermedades reumáticas, artritis, artrosis y también están recomendadas para tratamientos de la piel como la psoriasis. “Estas características son similares a la de otros ecosistemas salinos como el mar Muerto o el mar Menor en Murcia, España, donde han desarrollado con éxito la fangoterapia”, manifiesta. “Y esta es la razón por la cual estamos en contacto con ellos para el intercambio de información y de experiencias que abarcan desde la investigación hasta la elaboración de productos obtenidos a través de las sales del mar, incluida la gestión turística, el aspecto social y laboral, entre otros”.

Como todos los humedales, Mar Chiquita presta importantes servicios ambientales, como por ejemplo la regulación climática, la purificación del aire, y brinda alimento y agua a numerosas especies. Esta es la razón por la cual la degradación de este ecosistema traería aparejadas consecuencias irreparables para la región.

EL FUTURO PARQUE NACIONAL ANSENUZA

El área de Mar Chiquita fue declarada en 1994 Reserva Provincial de Uso Múltiple y designada en 2002 sitio Ramsar, por la convención homónima sobre humedales, tratado intergubernamental del que Argentina es miembro desde 1971 que da marco a las acciones nacionales y a la cooperación internacional para la conservación. Además, debido a su gran extensión –alrededor de un millón de hectáreas–, fue incluida en la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras y reconocida como uno de los sitios prioritarios de la Red de Humedales de Argentina, Bolivia, Chile y Perú para la conservación de los flamencos altoandinos.

La laguna fue incluida en la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras y reconocida como uno de los sitios prioritarios de la Red de Humedales de Argentina, Bolivia, Chile y Perú (Macarena Prat Chretien)
La laguna fue incluida en la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras y reconocida como uno de los sitios prioritarios de la Red de Humedales de Argentina, Bolivia, Chile y Perú (Macarena Prat Chretien)

En agosto pasado, el gobierno provincial cedió el dominio y la jurisdicción ambiental sobre un sector de los bañados y la laguna a la Nación para la creación del Parque Nacional Ansenuza, que se convertiría en el tercero de la provincia, después de los parques nacionales Quebrada del Condorito, declarado como tal en 1996, y Traslasierra, en 2018.

Este fue un paso fundamental para la concreción de un trabajo que involucra al estado nacional y el provincial, ONG locales e internacionales, investigadores particulares, científicos de diversas universidades, Aves Argentinas y a la fundación Wyss, que donará fondos para la adquisición de tierras y la creación de infraestructura.

Walker explica que el proyecto ya está muy avanzado y que su aprobación sería el corolario de años de estudio. “Trabajamos mucho para alcanzar la figura máxima de conservación ambiental y, ya aprobada la cesión por la Legislatura provincial, la Nación debe tratar el proyecto en las cámaras legislativas. Entendemos que va a ser aprobado porque hemos logrado una conciencia real sobre la importancia del recurso”.

Consultado acerca de cómo se gestiona un parque en el que tienen injerencia distinta jurisdicciones –intendencia, provincia y Nación–, Walker considera indispensable armar un grupo de trabajo, hecho del que ya vienen ocupándose los “intendentes de distintas áreas, como ambiente, trabajo, turismo, cultura, pueblos originarios, agricultura, recursos hídricos, entre otros”. Además, es fundamental “generar una mesa política que incluya las visiones y necesidades de cada localidad que rodea la laguna, ya que, como en la mayoría de los parques, convivirán distintas figuras y grados de conservación con las zonas de amortiguación”.

Los troncos petrificados a causa del alto nivel de salinidad sobresalen como vestigios de un pasado imponente y misterioso ya desaparecido (Macarena Prat Chretien)
Los troncos petrificados a causa del alto nivel de salinidad sobresalen como vestigios de un pasado imponente y misterioso ya desaparecido (Macarena Prat Chretien)

En cuanto a la cooperación internacional, en 2018 la Feria Británica de Conservación de Aves (Birdfair) destinó los fondos recaudados en su 30.ª edición al área de la laguna de Mar Chiquita y al futuro parque nacional. Por su parte, la Fundación Wyss lanzó una campaña cuya meta es lograr mantener en su estado natural el 30 % del planeta para 2030, dentro de la cual está incluido el Proyecto Ansenuza, a través de una importante donación a la Administración de Parques Nacionales.

Sobre la existencia de determinados plazos para la ejecución, el intendente de Miramar afirma que, debido a la reciente aprobación de la ley provincial, “nos queda casi un año por delante para su tratamiento”. Respecto a las donaciones de los organismos internacionales, considera que, aunque se establecieron fechas determinadas, “dada la relevancia del proyecto, los plazos con seguridad podrán flexibilizarse de ser necesario”.

LOS VAIVENES DE LA LAGUNA

Los períodos de crecidas y sequías marcaron la historia de Miramar. Un paseo en lancha por la laguna es la llave para internarse en un paisaje único y disfrutar de la fauna y la historia. Inmersos en una especie de mar sin límites, se disfruta del avistamiento de aves –cigüeñas, biguás, gaviotas, garzas o los falaropos, que atraviesan el continente hasta llegar a este destino– y, en especial, de la belleza de las poblaciones de flamencos que anidan allí y tiñen de color rosado la laguna.

“Esto no es un ojo de mar, no está conectado al océano ni tiene una salina debajo. Se trata de una cuenca endorreica o cerrada, que recibe agua de tres ríos de cuyo nivel depende el porcentaje salino: a medida que aumenta su nivel, disminuye su salinidad y viceversa”, explica. Estas fluctuaciones afectan a determinadas especies, como el pejerrey, que es el único pez que puede habitar en la laguna y no siempre se encuentra porque, “cuando se superan los 45 gramos de sal por litro de agua, vuelve a la desembocadura de los ríos”, explica el guía turístico Nicolás Weggener.

Y también se asoman para dar testimonio de la historia los troncos petrificados a causa del alto nivel de salinidad, árboles de viejos hoteles, que sobresalen como vestigios de un pasado imponente y misterioso ya desaparecido.

Los períodos de crecidas y sequías marcaron la historia de Miramar. Un paseo en lancha por la laguna es la llave para internarse en un paisaje único y disfrutar de la fauna y la historia (Macarena Prat Chretien)
Los períodos de crecidas y sequías marcaron la historia de Miramar. Un paseo en lancha por la laguna es la llave para internarse en un paisaje único y disfrutar de la fauna y la historia (Macarena Prat Chretien)

A la hora de hablar de problemas, Michelutti explica que la laguna funciona como un recipiente que colecta agua desde el norte del país y sufre la amenaza de la actividad humana que, entre otras consecuencias, puede alterar el régimen hidrológico, contaminar y sobreexplotar los recursos a través de la caza y pesca. “Los ríos pasan por grandes urbes y el uso del agua se modificó por el crecimiento demográfico de los últimos 30 años. Por eso, la principal amenaza es el agua, que suele llegar con exceso de materia orgánica por efluentes o desechos industriales”. Y sostiene que el humedal “crea un microclima en la región que brinda humedad fuera de la temporada de lluvias y genera vientos de sal que desplazan partículas de la laguna, salinizando distintos ambientes. Estas son algunas de las razones por las cuales es importante la creación del parque nacional que nos permitiría trabajar en el comité de cuencas y gestionar el agua”.

CONTRA VIENTO Y MAREA

En la actualidad, la zona se encuentra en pleno desarrollo y el intendente asegura que no es posible sufrir una nueva inundación porque la defensa costera y la costanera se construyeron teniendo en cuenta la cota máxima a la que puede llegar el agua. “A esos niveles, comienza a desbordar hacia los bañados santafecinos. Quizás algún cambio geológico pueda modificar esto, pero hoy sabemos –por las barrancas marcadas y por la antigüedad de algunos árboles– que ese es el pico máximo alcanzado”.

Sin dudas, la esperada creación del parque nacional genera un gran entusiasmo y ciertas reservas. Walker hace hincapié en la importancia de lograr esa categoría para maximizar el cuidado ambiental y también para generar trabajo en la región. “La creación de un área protegida es fundamental por su impacto directo en la economía, hecho clave para evitar que nuestros jóvenes se vean obligados a emigrar. El turismo es un gran generador de mano de obra genuina y eso se traduce en ocupación, arraigo, conservación de tradiciones”, afirma.

Sobre el temor de muchos miramarenses a que la localidad pierda su esencia y abandone su mirada ecológica para transformarse en un sitio de esparcimiento tradicional, ajeno a las normas de conservación, asegura: “Hace años que trabajamos en un código de edificación y en la planificación urbano-ambiental, para que el destino crezca en calidad más que en cantidad. Venimos de haber perdido todo y queremos progresar en forma planificada”. Para lograrlo, hicieron, junto a la Universidad Nacional de Córdoba, un plan de desarrollo que tuvo en cuenta las experiencias de otros países y los avances tecnológicos, elementos que fueron volcados en las normativas. “Recién estamos recuperándonos de todas las pérdidas sufridas en los 70. No podemos cometer errores”.

Por último, afirma sentirse feliz de que su localidad, gracias al esfuerzo de todos los actores involucrados, haya dejado de ser el pobre pueblo inundado a la orilla de la laguna para empezar a disfrutar de una nueva realidad “a través de la puesta en valor de un recurso natural de interés mundial”.

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