Presente en al menos 23 de los 32 estados mexicanos, el cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se convirtió en el grupo narcocriminal de mayor proyección dentro de ese país. La DEA, agencia antidrogas estadounidense, lo define como “una de las organizaciones criminales transnacionales de más rápido crecimiento en México”. Las autoridades advierten que se encuentra entre los fabricantes de metanfetamina más prolíficos a nivel mundial y que es responsable del ingreso de un importante porcentaje de la droga que hoy está “inundando” el territorio estadounidense.
Su líder, Nemesio Oseguera Fernández, más conocido como “El Mencho”, es uno de los delincuentes más buscados de toda la región. El Departamento de Estado de EE. UU. ofrece hasta 10 millones de dólares por información que conduzca a su captura. Su hijo y segundo al frente del CJNG, Rubén –alias “El Menchito”– fue extraditado a EE. UU. en febrero de 2020. Su hija Jessica Johana fue detenida en Washington en febrero de este año y, luego de declararse culpable, fue sentenciada a dos años y medio de prisión.
En el nuevo video de DEF, te contamos por qué el CJNG se ha transformado en la verdadera “bestia negra” del crimen organizado mexicano y por qué su líder es hoy el objetivo número uno de la DEA.
¿QUIÉN ES “EL MENCHO” OSEGUERA?
El fundador del cartel, Nemesio Oseguera, comenzó sus coqueteos con el tráfico de drogas en EE. UU. a mediados de los años 80 del siglo pasado. Había entrado a ese país en forma ilegal y, en 1986, cuando solo tenía 14 años, fue detenido en posesión de un arma de fuego por la Policía de San Francisco y luego deportado a México. Solo tres años más tarde, regresó en forma ilegal al territorio estadounidense y, esta vez, la apuesta fue mayor: se metió en el redituable negocio de la heroína. Fue detenido nuevamente en 1989 y luego en 1992. En esta última oportunidad, recibió una condena de cinco años, que cumplió parcialmente antes de ser expulsado en 1997.
De regreso en México, “El Mencho” se enroló como efectivo de la policía municipal en Tomatlán, en el estado de Jalisco. Por esos años, comenzó a vincularse con el cartel del Milenio, un grupo que estaba a su vez asociado al ascendente cartel de Sinaloa. En el estado de Veracruz, Oseguera pasó a comandar una célula especializada en el combate a Los Zetas, otro grupo narcocriminal mexicano que se encontraba en pleno apogeo en esos años. Esa célula de “Los Mata-Zetas” se convertiría en el germen del actual cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que pasó a dominar la escena local y a penetrar, con sus negocios ilícitos, en el redituable mercado norteamericano.
DROGAS PELIGROSAS: LA RUTA DEL FENTANILO
Una de las claves de la expansión del CJNG en el territorio estadounidense es su control de la ruta del fentanilo. Este opioide sintético, que es mucho más potente que la heroína y más adictivo que la morfina, se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para las autoridades de su vecino del norte. EE. UU. enfrenta una verdadera crisis por el consumo de esta droga y las muertes por sobredosis se han multiplicado en los últimos años.
¿Cómo llega esa droga a México? El fentanilo y los precursores químicos son transportados desde China, a través del Pacífico. Para controlar ese tráfico, es clave el dominio de los puertos. Cabe destacar, en especial, las terminales portuarias de Lázaro Cárdenas, en el estado de Michoacán, y Manzanillo, en el vecino estado de Colima. A ellos se suma el puerto de Veracruz, en la costa oriental del país. La presencia del CJNG permite “contaminar” los contenedores y camuflar la droga que ingresa al país desde el gigante asiático.
En el primer semestre de 2021, las incautaciones de fentanilo en EE. UU. crecieron a un ritmo nunca antes visto. El Departamento de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP, por su sigla en inglés) incautó unos 3800 kilos de fentanilo, una cifra equivalente al total decomisado en 2020, lo que demuestra el rápido crecimiento del mercado de esa droga sintética.
DROGAS, ARMAS, SICARIOS Y UNA “ESCUELA DEL TERROR”
Otra faceta inquietante del CJNG es su aceitada maquinaria de seguridad, el poderoso arsenal con el que cuenta y un despiadado cuerpo de sicarios. La prensa mexicana ofreció recientemente detalles escalofriantes de la denominada “escuela del terror” del grupo. En ese sitio, según testimonios recogidos por los investigadores, los reclutas son obligados a descuartizar cadáveres y comer restos humanos. “Si no hay cuerpo, no hay delito que perseguir” es la premisa que guía a los responsables de estos campos de formación de futuros asesinos a sueldo.
La temeridad del CJNG tuvo uno de sus momentos más contundentes el 1.º de mayo de 2015, cuando el grupo derribó un helicóptero de la Fuerza Aérea mexicana en Villa Purificación, en el estado de Jalisco. Para ello, utilizaron un lanzacohetes RPG. El sofisticado armamento y los vehículos blindados que utiliza el cartel muestran su peligrosidad y su abierto desafío a las fuerzas armadas y de seguridad. Estas se ven, muchas veces, desbordadas por el accionar de este cartel, que asume ribetes cada vez más sanguinarios y tiene hoy en vilo a las autoridades mexicanas.
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