Según la ONU, Estados Unidos es el país que más cocaína consume y Colombia es el país que más cocaína produce. De hecho, y en sintonía con esto último, a finales de 2020 existían 143.000 hectáreas de coca cultivada en tierras colombianas. Esto explica todas las maniobras de los narcotraficantes para poder mover la mercancía de un lugar a otro.
Durante años, se corrió el rumor de que, por aguas colombianas, circulaban embarcaciones subacuáticas con cantidades obscenas de droga. Sin embargo, en la actualidad, se sabe que aquello no era una leyenda, sino más bien una realidad. En un nuevo video de su canal de YouTube, DEF presenta un informe con cinco datos desconocidos sobre los narcosubmarinos.
LA MAYOR CANTIDAD DE NARCOSUBMARINOS PROVIENE DE COLOMBIA
La costa occidental del país caribeño tiene una geografía propicia para los escondites, el camuflaje y la circulación de embarcaciones. Debido a que existen muchos ríos que cruzan la selva y desembocan en el océano Pacífico, se generan las condiciones propicias para la construcción de varios astilleros clandestinos, difíciles de descubrir, pero con un acceso fácil al mar.
En promedio, se suelen detectar unos 25 o 30 narcosubmarinos colombianos por año. De hecho, este mes la Fuerza Naval colombiana interceptó un narcosubmarino en aguas del Pacífico de ese país: el contenido eran dos toneladas de cocaína valuadas en cerca de 70 millones de dólares y, según algunas pruebas presentadas, el cargamento pertenecería a un grupo disidente de las FARC.
¿CÓMO SE CONSTRUYEN ESTOS SEMISUMERGIBLES?
Normalmente, estos vehículos acuáticos cuentan con estructura y cubierta de fibra de vidrio, un motor diésel de 300 a 350 caballos de fuerza y son tripulados por tres o cuatro personas. Cada uno de ellos puede transportar unas 10 toneladas de cocaína a un alcance de 3200 km.
Debido a que los narcosubmarinos están fabricados con fibra de vidrio y se desplazan prácticamente bajo la superficie, es muy complejo detectarlos a la vista, por radar o por sonar. Incluso algunos tienen una fina capa de plomo en la cubierta para evitar la detección por luz infrarroja.
LA CONSTRUCCIÓN DE LOS NARCOSUBMARINOS SUELE SER TERCERIZADA
De acuerdo con un análisis del medio especializado InSight Crime, algunos carteles subcontratan redes expertas en la construcción de los semisumergibles, lo cual da cuenta de que existe una industria logística y de distribución realmente grande.
La cadena de producción y distribución de drogas es diferenciada en distintos eslabones para facilitar las operaciones y también para cubrirse las espaldas en caso de que algo salga mal. Esta modalidad de subcontratación representa un ahorro de costos y de tiempo para los traficantes, porque solo tienen que coordinar con eslabones más pequeños.
LOS TRIPULANTES SUELEN SER PESCADORES
Las personas que habitualmente tripulan estas embarcaciones son, en su mayoría, pescadores que conocen la zona. ¿El motivo? El dinero fácil: pescando, pueden ganar 200 dólares al mes, mientras que metiéndose en este negocio pueden llegar a ganar entre 10.000 y 25.000 dólares por viaje.
Sin embargo, no todo es lo que parece. Según el testimonio de un extripulante colombiano condenado a 27 años de prisión, en los semisumergibles, apenas se puede respirar y las personas que viajan dentro de ellos temen salir a la superficie para no ser identificadas.
El temor dentro de los semisumergibles es tal que los pocos excapitanes entrevistados coinciden en que las condiciones dentro del sumergible son tortuosas, de un calor infernal y con poco oxígeno. Además, no hay espacio ni tiempo para dormir. Por el poco aire, uno de los mayores temores es el desmayo.
LOS NARCOSUBMARINOS Y LA ESTRATEGIA DEL “FALSO POSITIVO”
Muchos de los pescadores arrestados sospechan que fueron víctimas de una trampa. ¿De qué manera? El escenario se compondría de la siguiente manera: un capo narco está preso en Estados Unidos, pero, tras las rejas, digita las rutas y las operaciones a la distancia. Las autoridades –que lideran líneas de investigación para intentar atrapar a los diferentes carteles– le ofrecen al líder de la organización criminal una reducción en su condena, a cambio de información valiosa y, ante esa situación, el narco “despacha” un cargamento con el solo objetivo de que sea descubierto.
¿Cómo termina la historia? Con las autoridades contentas porque encontraron más submarinos y con el narcotraficante sabiendo que logró quitarse años de encierro.
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