
Para muchos el vals “Danubio azul”, del famoso compositor austriaco Johann Strauss II, es sinónimo cultural de viaje espacial, desde que apareció en el clásico de la ciencia ficción 2001: Odisea del espacio (1968) de Stanley Kubrick. Pero ahora lo será realmente.
El vals viaja este sábado por el espacio, gracias a la retransmisión por la antena de la Agencia Espacial Europea (ESA) de una interpretación en directo para celebrar el 200º aniversario del nacimiento del compositor. La Orquesta Sinfónica de Viena interpretará la obra en la capital austriaca a partir de las 19:30 GMT, explicó Josef Aschbacher, director general de la ESA. El concierto se retransmitirá en directo por internet y también se podrá ver en una proyección pública en Viena, en Nueva York y cerca de donde se encuentra la antena, en España.

“El sonido digitalizado se transmitirá a la gran antena parabólica de 35 metros de la estación terrestre de la ESA en Cebreros, en España”, declaró Aschbacher. Desde allí, el vals se “transmitirá en forma de ondas electromagnéticas”, explicó el astrónomo austriaco.
Un himno espacial
“El Danubio azul” consigue evocar la elegancia de la Viena imperial del siglo XIX, que pervive en la trepidante temporada de bailes de la ciudad. Para Norbert Kettner, director de la Oficina de Turismo de Viena, el vals del Danubio, mundialmente célebre gracias la película de Kubrick, es un “verdadero himno espacial no oficial”.

Es el “sonido típico del espacio”, afirmó Kettner, y las melodías se escuchan “durante varias maniobras de acoplamiento de la Estación Espacial Internacional (EEI)”. Cuando lo interprete este sábado, la Orquesta Sinfónica de Viena se asegurará de subrayar la ligereza del vals como si estuviera flotando por el espacio, afirmó su director Jan Nast.
Según Nast, que elaboró el programa del “concierto interestelar” del sábado, de una hora de duración, la música es un lenguaje “que llega a mucha gente” y tiene “el poder universal de transmitir esperanza y alegría”.

Error histórico
La señal se transmitirá a través de la antena parabólica española y viajará a la velocidad de la luz para alcanzar al cabo de unas 23 horas y 3 minutos la nave espacial Voyager 1 de la NASA, el objeto artificial más distante del universo. Después continuará su viaje interestelar.
Llegando a esta sonda y su gemela Voyager 2, Austria quiere corregir lo que percibe como un error. Ambas naves llevan en su interior los Golden Records, discos de cobre dorado de 12 pulgadas que explican nuestro mundo a los extraterrestres.
Estos discos contienen 115 imágenes de la vida en la Tierra, grabadas en forma analógica, y una variedad de sonidos y fragmentos de música. Entre las 27 piezas musicales selecciondas está “La flauta mágica” del compositor austriaco Wolfgang Amadeus Mozart, pero no el el famoso vals de Strauss. Viena, capital mundial de la música clásica, quiere reparar el olvido y la hará en la noche de este sábado.
Fuente: AFP
Últimas Noticias
Parece que fue ayer: 30 años de “Antes del amanecer”
El aniversario de la icónica película romántica de Richard Linklater y protagonizada por Julie Delpy y Ethan Hawke, invita a analizar cómo los cambios sociales y tecnológicos han redefinido las relaciones, la movilidad y la identidad europea

¿Por qué no queremos salvar al mundo? El dilema climático que sacude a las democracias
El investigador Federico Merke examina el desafío de equilibrar libertades individuales y protección ambiental

Bruce Springsteen revela una narrativa alternativa para su cosecha musical de más de cuatro décadas
La caja “Tracks II: The Lost Albums” que cubre el período 1983-2018 y se publicará el viernes 27 de junio, permite descubrir decisiones creativas y estilos musicales que The Boss mantuvo en reserva hasta ahora

Por qué la única salida realista a los conflictos sociales es abandonar la noción de identidad
Alexander Douglas señala que las redes sociales afianzaron la idea de que el yo puede ser adoptado a voluntad. Y que la obsesión por ese concepto está en la base de la polarización actual

El Festival de Aviñón presentará una obra teatral de tres horas basada en el caso de Gisèle Pelicot
El director suizo Milo Rau reconstruye el proceso judicial que sacudió a Francia con análisis legales, testimonios y perspectivas feministas, en una pieza que desafía a repensar la justicia y la memoria colectiva
