La maldad no es un accidente. Existe. Y no da tregua. No tiene empatía. Es cruel y perversa. Y así son los personajes de las historias que cuenta el escritor Gonzalo Unamuno en Tu jardín salvaje, un libro que publico en 2021 y dedicó a la actriz Graciela Borges. Pero peor que eso: los personajes no tienen paz y tampoco moral. No hay culpa en el hacer espantoso de esta gente desquiciada. Pero siguen como si nada. Y da escalofríos. “Entre los dos tiraron al perro dentro del jacuzzi. Tardaron dos horas en pelar y desmembrar al animal. Parece de vaca- dijo Fernando- mientras acomodaba los cortes del perro en la parrilla de los chorizos y los regaba con sal gruesa.”. En Goles, la primera de las historias del libro, dos hermanos atropellan al labrador negro del vecino del country y no saben qué hacer. Y entonces: ¿qué mejor que descuartizarlo, cocinar sus restos e invitar al dueño al asado? Un amor Fernando y Lucrecia. Son de esas personas que no querrías conocer. Capaces de cualquier locura. Hasta de servirte a tu perro como almuerzo y sin pestañear.
Eso sí: las doscientas páginas de la antología de Unamuno evitan el juicio moral y todo está librado a su suerte, ¿o a su desgracia? Aun así, los relatos son bellos y están muy bien escritos, aunque lo que narren sea espeluznante. ¿Es aquello de cuando el hombre es el lobo del hombre? Bueno, eso. Indigerible. Como el perro supongo. Aunque nunca probé. ¡Bah!, no sé.
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Tu jardín salvaje es un tratado sobre la barbaridad y la vileza humanas llevadas a su máxima expresión y un poco más allá también. Son cuentos que espantan, escritos con pluma maestra pero horrorosos al fin. Y uno no sale de su asombro, porque a medida en que la lectura avanza, la cosa se va poniendo más espesa y sofocante.
Es el caso de Filmar a orillas del río, el cuarto relato. Magdalena, una joven productora de tele, está en Perú para participar de un proyecto audiovisual sobre ríos exóticos de Sudamérica. Hasta aquí, todo bien. Lo raro viene cuando la protagonista filma como unas pirañas se comen a una chica en medio del río - y luego lo sube a sus redes como contenido pago. En fin. “Magdalena veía en su pantalla una silueta que se alejaba río adentro, los largos brazos sincronizados, hasta que un chapoteo sorpresivo y feroz surgió en torno al cuerpo de Luana”. Paren. Antes de continuar aclaro que la productora de tv acababa de tener sexo con la que ahora estaba nadando en el río. No es un dato cualquiera. Es el dato. Pero eso se los dejo a ustedes. “Oyó la sucesión de alaridos, pero siguió filmando. No había nada que pudiera hacer a esa distancia más que captar. Algunos minutos después el grupo de pirañas cesó el ataque devolviendo la quietud al río. Entonces fue hasta el auto y se sentó al volante. Agarró su celular y envió el video a sus compañeros de productora. Filmado a orillas del río, escribió”.
Los protagonistas de Gonzalo Unamuno son retorcidos. Son como muchos Hannibal Lecter (El silencio de los inocentes, 1991) recargados. Padecen y provocan daños, sufren y hacen sufrir sin piedad. Y lo hacen en circunstancias que desconciertan y en lugares inimaginables. Y todo con una tranquilidad apabullante. Son gente extraña. Y es en esa extrañeza que nos perdemos. Y nos preguntamos: Y ahora, ¿qué? La lista es infinita. Y pareciera que nunca se acaba. Pero es justamente allí, en los finales del autor, que entendemos que la vida no es ni justa ni ordenada y que la mayoría de las veces no estamos a la altura de las circunstancias, sin importar ni cómo ni cuáles sean estas. Y sí: nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.
Reflejar lo detestable de la condición humana es -sin duda- uno de los grandes logros de esta obra. Y así lo demuestran las 17 historias, una más perturbadora que la otra. Querido Elías es el último de los relatos. Y como muestra basta un botón. Son dos hermanos. Uno le escribe una carta a otro. Parece una despedida. Hay reproches. Hay reclamos. Hay venganza. Y no hay amor. Eso, seguro. “Como bien sé, sos la clase de porquería que sostiene que el quid de la mentira es que subsista lo necesario para ser quien la ejecuta descubierto siempre demasiado tarde, cómo entonces pudiste pensar que llegarías tan lejos, para salirte con la tuya. (…) Por eso, querido Elías, ya es momento de clavar la firma, meter las hojas en el sobre e ir al buzón de la entrada. Los efectos del veneno empiezan a anunciarse en mi cuerpo y es posible que en breve ya no sea capaz de levantarme”. Y como escribió Daniel Guebel, en la contratapa del libro, “(…) el autor prueba todo lo que puede- y es mucho. A veces la prosa es sobria y otras desbordada. Los narradores pasan por todas las personas y los personajes por todos los estados de dolor, la decepción, el ardor y el odio. ¿Qué más se puede pedir?”. Nada.
Quién es Gonzalo Unamuno
♦ Nació en Buenos Aires en 1985.
♦ Es autor de los libros de poesía De otra luz (2007), Distancia que nadie ocupará (2011), y de la nouvelle Acordes menores para Marion Cotillard (2011), entre otros. Sus obras más difundidas, las novelas Que todo se detenga (2015) y Lila (2018), están siendo adaptadas al cine bajo la dirección de Juan Baldana.
♦ Entre mediados de 2008 y principios de 2009 residió en Madrid, España, donde asistió a la Escuela de Letras. En 2013 compiló la Antología Buenos Aires respira poesía. En febrero de 2019 participó del Encuentro de Jóvenes Escritores de Iberoamérica y el Caribe, en La Habana, Cuba. Durante cinco años co-condujo el programa radial especializado en literatura, Guardia con la joven, y es en la actualidad columnista literario en Narraciones Extraordinarias, Radio Provincia (Am 1270).
♦ Tu jardín salvaje (2021) y Contactos bloqueados (2023) son sus dos libros de relatos.