La escritora española Rosa Montero reivindicó este domingo en México la potencia de que España y América Latina compartan un idioma que les permite entenderse y comprender su diversidad. “Hemos empezado a advertir y asumir nuestras diferencias, a empezar a leernos, a entendernos y a mirarnos más y eso es maravillo porque tendríamos que ser mucho más conscientes de la riqueza que tenemos, no hay otra lengua que tenga una veintena de países que la hablan cada uno con su diversidad”, dijo Montero.
La madrileña afirmó en la mexicana Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que aunque en cada país el español tiene sus particularidades y su riqueza, hay un espíritu de comprensión de sus realidades y coincidencias. “Nosotros tenemos esta increíble, potentísima diferencia, diversidad, riqueza cultural y queremos entendernos y llevamos una trayectoria maravillosa de unión como países en ese territorio de la mancha que definió Carlos Fuentes, pero no somos conscientes de ese poderío brutal que no tiene parangón en el mundo”, sostuvo.
Montero y el escritor vasco Fernando Aramburu inauguraron el Salón literario de la feria con una conversación que tuvo sus momentos de humor acerca del placer de leer, del oficio de la escritura y de lo que esto significa en sus propias vidas y las del público lector.
Niños sin grandes bibliotecas
Montero y Aramburu coincidieron en que su inicio en los libros no estuvo rodeado de grandes bibliotecas familiares como ha sucedido con otras autoras y autores, sino que se fue dando desde el colegio, de manera paulatina y acrecentando el placer por las historias que tenían entre las manos. “Procedemos de padres que trabajaron por darnos una vida mejor y ellos sabían que la cultura nos podría sacar de la situación, es decir, nos podría librar de repetir su destino de trabajadores con un horizonte cultural muy estrecho”, aseguró Aramburu.
En tanto, Montero, autora de La loca de la casa, aseguró que quienes se dedican a escribir son, irremediablemente, lectores apasionados y negó que este oficio sea algo terapéutico como suelen decir muchas personas, sino que es una experiencia vital que da sentido a sus vidas. “Terapéutico es algo muy superficial, terapéutico es tomarse una aspirina si tienes fiebre, y no es eso, es mucho más importante, es estructural, es decir, es un esqueleto exógeno que me mantiene en pie, tengo la total sensación de que si dejara de escribir me descosería, me volvería loca y no podría seguir siendo”, aseguró.
Literatura personal
Por su parte, Aramburu contó que desde que se inició en la escritura tras su fracaso como deportista, tuvo la convicción de que la literatura sería el espacio de su verdad personal, y esa convicción le ha permitido crear libros que siente auténticos, ya sea en la narrativa o en la poesía. El autor de la exitosa novela Patria coincidió con Montero en que la escritura se aprende escribiendo y cometiendo errores hasta llegar a un momento de madurez.
“Lo que he ido encontrando en mis libros me ha ido enseñando lo que soy, lo que me faltaba, lo que me desasosegaba, siempre vas escribiendo en la oscuridad y dando vueltas sobre los mismos cráteres en tu interior”, agregó Montero. Señaló que parte de los temas de sus libros surgen de ese interés de entender el mundo y de encontrar una respuesta a sus obsesiones personales. “Los libros son sueños que se sueñan con los ojos abiertos”, expresó Montero.
Al finalizar la charla, Silvia Lemus, viuda del escritor mexicano Carlos Fuentes (1928-2012), les otorgó una medalla conmemorativa que lleva el nombre del autor de La región más transparente para honrar su memoria. La edición 38 de la feria tiene lugar del 30 de noviembre al 8 de diciembre para recibir a 850 autoras y autores de 43 países que hablan en 19 idiomas distintos y a la que se prevé la asistencia de 850.000 personas a 623 presentaciones de libros y 3.000 actividades literarias.
Fuente: EFE