Esta columna –que nació en pandemia como “La belleza del día”– busca el regocijo que provoca el arte –aunque hay excepciones, es sabido, claro–, tal vez por eso la elección de la pieza de esta semana, y su creador. ¿Qué genera regocijo? Bueno, a cada quien, lo suyo, pero hay piezas –de arte, musicales, literarias– que conmueven, que provocan, porque tocan una fibra, que ni siquiera se sabe dónde está localizada, pero no pasa desapercibida.
El recordar, el anhelar, el imaginar, tan ligados a lo emocional, cobran un nuevo significado en el surrealismo, que como entre sueños, pueden engañar a las percepciones.
En esta obra, hacia el final de sus días, Edward Wadsworth parece haber dejado de lado la técnica por la que se hizo famoso para pintar paisajes y escenas de puerto ambientados con un fondo de paisaje marino. Pero no siempre fue así.
Wadsworth fue un pintor y artista gráfico inglés que en algún punto supo “engañar”, ya que durante la Primera Guerra Mundial, su talento fue aprovechado en el diseño de camuflaje naval, conocido como dazzle painting. Este tipo de camuflaje no buscaba ocultar los barcos, sino confundir a los observadores enemigos mediante patrones geométricos complejos y colores contrastantes, lo que dificultaba, así, la determinación de la dirección, velocidad y distancia de los barcos.
Tras la guerra, Wadsworth continuó evolucionando su estilo hacia un enfoque más realista, explorando la relación entre el hombre y la máquina. Su legado incluye una serie de obras que reflejan su interés por el art déco y la abstracción.
Edward Wadsworth nació el 29 de octubre de 1889 en Cleckheaton, Inglaterra, y fue una figura central en este círculo artístico. Su carrera comenzó con influencias del impresionismo y el cubismo, pero fue su asociación con el vorticismo, lo que definió gran parte de su obra. Dejó una huella indeleble en el arte del siglo XX, especialmente a través de su participación en el movimiento vorticista. Este movimiento, que surgió en el Reino Unido como una respuesta al futurismo, se caracterizaba por su enfoque en la modernidad y el dinamismo, mediante la utilización de formas geométricas y líneas precisas.
A lo largo de su carrera, realizó numerosas exposiciones, tanto en el Reino Unido como a nivel internacional, y consolidó su reputación como un artista innovador. Wadsworth falleció el 21 de junio de 1949, y dejó tras de sí una significativa contribución al arte del siglo XX. Su trabajo en el camuflaje dazzle sigue siendo uno de los aspectos más recordados de su carrera.